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23 Entonces el dueño de la casa salió y les dijo:

—¡Amigos míos, por favor, no hagan eso! ¡Es una terrible maldad! El hombre está de visita en mi casa. 24 ¡Miren! Les traeré a su mujer, y también a mi hija, que todavía no ha tenido relaciones sexuales con nadie. Hagan con ellas lo que quieran; ¡humíllenlas, pero no cometan tal maldad con este hombre!

25 Como los hombres seguían molestando, el hombre tomó a su mujer y la echó a la calle. Entonces ellos la violaron, y la siguieron maltratando toda la noche, hasta que amaneció.

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