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25 Todos estaban muy contentos en la celebración y gritaban: «Saquen a Sansón para que nos divierta». Así que trajeron a Sansón, lo obligaron a pararse en medio de las dos columnas del templo de Dagón y todos se rieron de él. 26 Un sirviente llevaba a Sansón de la mano. Sansón le dijo: «Ponme donde yo pueda tocar las dos columnas que sostienen el templo, quiero recostarme en ellas».

27 El lugar estaba lleno de gente, todos los dirigentes estaban allí. En el techo había más de 3000 personas viendo el espectáculo.

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