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Jefté libra a Israel

11 Y Jefté galaadita(A) era un guerrero valiente[a], hijo de una ramera. Y Galaad era el padre de[b] Jefté. Y la mujer de Galaad le dio hijos; y cuando los hijos de su mujer crecieron, echaron fuera a Jefté, y le dijeron: No tendrás heredad en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob(B); y hombres indignos se juntaron con[c] Jefté y salían con él.

Después de cierto tiempo sucedió que los hijos de Amón(C) pelearon contra Israel. Y[d] cuando los hijos de Amón pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob. Y dijeron a Jefté: Ven y sé nuestro jefe para que peleemos contra los hijos de Amón. Entonces Jefté dijo a los ancianos de Galaad: ¿No me odiasteis y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, habéis venido a mí ahora cuando estáis en apuros(D)? Y los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: Por esta causa hemos vuelto a ti: para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón y seas jefe sobre todos los habitantes de Galaad(E). Y Jefté dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para pelear contra los hijos de Amón y el Señor me[e] los entrega, ¿seré yo vuestro jefe? 10 Y los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: El Señor es testigo[f] entre nosotros(F); ciertamente haremos como has dicho[g]. 11 Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo hizo cabeza y jefe sobre ellos; y Jefté habló todas sus palabras delante del Señor en Mizpa(G).

12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los hijos de Amón, diciendo: ¿Qué hay entre tú y yo[h], que has venido a mí para pelear contra mi tierra? 13 Y el rey de los hijos de Amón dijo a los mensajeros de Jefté: Porque Israel tomó mi tierra, cuando subieron de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc(H) y el Jordán; por tanto devuélvela ahora en paz. 14 Pero Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los hijos de Amón, 15 que le dijeron: Así dice Jefté: «Israel no tomó la tierra de Moab, ni la tierra de los hijos de Amón. 16 Porque cuando subieron de Egipto, e Israel pasó por el desierto hasta el mar Rojo[i](I) y llegó a Cades(J), 17 Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: “Permítenos, te rogamos, pasar por tu tierra”, pero el rey de Edom no les escuchó. También enviaron mensajeros al rey de Moab pero él no consintió(K), así que Israel permaneció en Cades. 18 Luego atravesaron el desierto y rodearon la tierra de Edom y de Moab(L), llegaron al lado oriental de la tierra de Moab y acamparon al otro lado del Arnón; pero no entraron en el territorio de Moab(M), porque el Arnón era la frontera de Moab. 19 (N)Y envió Israel mensajeros a Sehón, rey de los amorreos, rey de Hesbón, y le dijo Israel: “Permítenos, te rogamos, pasar por tu tierra a nuestro lugar”. 20 Pero Sehón no confió en Israel para darle paso por su territorio; reunió, pues, Sehón a todo su pueblo y acampó en Jahaza, y peleó contra Israel. 21 Y el Señor, Dios de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en manos de Israel, y los derrotaron[j], e Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos, los habitantes de esa región(O). 22 Y poseyeron todo el territorio de los amorreos desde el Arnón hasta el Jaboc(P), y desde el desierto hasta el Jordán. 23 Y puesto que el Señor, Dios de Israel, expulsó[k] a los amorreos de delante de su pueblo Israel, ¿has tú de poseerla? 24 ¿No posees tú lo que Quemos(Q), tu dios, te ha dado para poseer? De modo que todo el territorio que el Señor nuestro Dios ha desposeído delante de nosotros, lo poseeremos. 25 Ahora pues, ¿eres tú mejor que Balac, hijo de Zipor, rey de Moab(R)? ¿Acaso luchó él con Israel, o acaso peleó contra ellos? 26 Mientras Israel habitaba en Hesbón y sus pueblos(S), y en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están a orillas del Arnón, trescientos años, ¿por qué no las recuperaste durante ese tiempo? 27 Por tanto, yo no he pecado contra ti, pero tú me estás haciendo mal al hacer guerra contra mí; que el Señor, el Juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón(T)». 28 Pero el rey de los hijos de Amón no hizo caso al mensaje[l] que Jefté le envió.

Voto y victoria de Jefté

29 Y el Espíritu del Señor vino sobre Jefté(U), y pasó por Galaad y Manasés; luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde estaban los hijos de Amón. 30 Y Jefté hizo un voto al Señor, y dijo: Si en verdad entregas en mis manos a los hijos de Amón, 31 sucederá que cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los hijos de Amón, será del Señor, o[m] lo ofreceré como holocausto. 32 Y Jefté cruzó adonde estaban los hijos de Amón para pelear contra ellos; y el Señor los entregó en su mano. 33 Y los hirió con una gran matanza desde Aroer hasta la entrada de Minit(V), veinte ciudades, hasta Abel-keramim. Y los hijos de Amón fueron sometidos delante de los hijos de Israel.

34 Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa(W), he aquí, su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas(X). Era ella su única hija; fuera de ella no tenía hijo ni hija. 35 Y[n] cuando la vio, él rasgó sus ropas y dijo: ¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen; porque he dado mi palabra[o] al Señor, y no me puedo retractar(Y). 36 Entonces ella le dijo: Padre mío, has dado tu palabra[p] al Señor; haz conmigo conforme a lo que has dicho[q](Z), ya que el Señor te ha vengado de tus enemigos, los hijos de Amón. 37 Y ella dijo a su padre: Que se haga esto por mí; déjame sola por dos meses, para que vaya yo a[r] los montes y llore por mi virginidad(AA), yo y mis compañeras. 38 Y él dijo: Ve, y la dejó ir por dos meses; y ella se fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. 39 Al[s] cabo de los dos meses ella regresó a su padre, que hizo con ella conforme al voto que había hecho; y ella no tuvo relaciones con ningún hombre[t]. Y se hizo costumbre en Israel, 40 que de año en año las hijas de Israel fueran cuatro días en el año a conmemorar[u] a la hija de Jefté galaadita.

Footnotes

  1. Jueces 11:1 O, poderoso hombre de valor
  2. Jueces 11:1 Lit., engendró a
  3. Jueces 11:3 Lit., a
  4. Jueces 11:5 Lit., Y fue que
  5. Jueces 11:9 Lit., delante de mí
  6. Jueces 11:10 Lit., oyente
  7. Jueces 11:10 Lit., conforme a tu palabra
  8. Jueces 11:12 Lit., Qué a mí y a ti
  9. Jueces 11:16 Lit., mar de Cañas
  10. Jueces 11:21 Lit., hirieron
  11. Jueces 11:23 Lit., desposeyó
  12. Jueces 11:28 Lit., no escuchó las palabras
  13. Jueces 11:31 O, y
  14. Jueces 11:35 Lit., Y fue que
  15. Jueces 11:35 Lit., he abierto mi boca
  16. Jueces 11:36 Lit., has abierto tu boca
  17. Jueces 11:36 Lit., a lo que ha salido de tu boca
  18. Jueces 11:37 Lit., vaya y descienda sobre
  19. Jueces 11:39 Lit., Y fue que al
  20. Jueces 11:39 Lit., no conoció hombre
  21. Jueces 11:40 Lit., recontar; algunas versiones antiguas dicen: lamentar

11 Jefté el galaadita era un guerrero valiente, hijo de Galaad y de una prostituta. Galaad también tuvo hijos con su esposa, quienes cuando crecieron echaron a Jefté. «No tendrás parte en la herencia de nuestra familia —dijeron—, porque eres hijo de otra mujer». Entonces Jefté huyó de sus hermanos y se fue a vivir en la región de Tob, donde se le juntaron unos hombres sin escrúpulos, que salían con él a cometer fechorías.

Después de algún tiempo, cuando los amonitas hicieron la guerra contra Israel, los jefes de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob.

—Ven —le dijeron—, sé nuestro comandante, para que podamos luchar contra los amonitas.

Jefté les contestó:

—¿No eran ustedes los que me odiaban y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen a verme ahora cuando están en apuros?

Los jefes de Galaad dijeron:

—Por eso ahora venimos a verte. Ven con nosotros a luchar contra los amonitas y serás el líder de todos los que vivimos en Galaad.

Jefté respondió:

—Si me llevan con ustedes para luchar contra los amonitas y el Señor me los entrega, entonces de veras seré el líder de ustedes.

10 Los jefes de Galaad le aseguraron:

—El Señor es nuestro testigo: haremos lo que tú digas.

11 Jefté fue con los jefes de Galaad; entonces el pueblo lo puso como su líder y comandante. Y reiteró en Mizpa todas sus palabras en presencia del Señor.

12 Luego Jefté envió unos mensajeros al rey de los amonitas para que le preguntaran:

—¿Qué tienes contra mí que has venido a hacerle la guerra a mi país?

13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté:

—Cuando Israel salió de Egipto, se apoderó de mi tierra desde el Arnón hasta el Jaboc, incluso hasta el Jordán. Ahora devuélvemela por las buenas.

14 Jefté volvió a enviar mensajeros al rey amonita, 15 diciéndole:

«Así dice Jefté: “Israel no se apoderó de la tierra de los moabitas ni de los amonitas. 16 Cuando los israelitas salieron de Egipto, caminaron por el desierto hasta el mar Rojo[a] y siguieron hasta Cades. 17 Entonces enviaron mensajeros al rey de Edom, diciéndole: ‘Danos permiso para pasar por tu país’. Pero el rey de Edom no les hizo caso. Enviaron el mismo mensaje al rey de Moab, pero él tampoco aceptó. Así que Israel se quedó a vivir en Cades.

18 »”Después anduvieron por el desierto y bordeando los territorios de Edom y Moab, entraron en territorio moabita por la parte oriental y acamparon al otro lado del río Arnón. No entraron en el territorio moabita, pues el Arnón era la frontera.

19 »”Entonces Israel mandó mensajeros a Sijón, rey de los amorreos, que gobernaba en Hesbón, y le dijo: ‘Permítenos pasar por tu país hasta nuestro territorio’. 20 Pero Sijón desconfió de Israel[b] en cuanto a dejarlo pasar por su territorio, por lo que reunió a todo su ejército y acampó en Yahaza y luchó contra Israel.

21 »”El Señor, Dios de Israel, entregó a Sijón y a todo su ejército en manos de Israel y los derrotó. Así tomó Israel posesión de toda la tierra de los amorreos que vivían en aquel país, 22 ocupándolo todo, desde el Arnón hasta el Jaboc y desde el desierto hasta el Jordán.

23 »”El Señor, Dios de Israel, les quitó esta tierra a los amorreos para dársela a su pueblo Israel, ¿y tú nos la vas a quitar? 24 ¿Acaso no consideras tuyo lo que tu dios Quemós te da? Pues también nosotros consideramos nuestro lo que el Señor nuestro Dios nos ha dado. 25 ¿Acaso te crees mejor que Balac, hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Acaso alguna vez entró él en litigio con Israel o luchó contra ellos? 26 Hace ya trescientos años que Israel ocupó a Hesbón y Aroer, con sus poblados y todas las ciudades en la ribera del Arnón. ¿Por qué no las recuperaron durante ese tiempo? 27 Yo no te he hecho ningún mal. Tú, en cambio, obras mal conmigo al librar una guerra contra mí. Que el Señor, el gran Juez, dicte hoy su sentencia en esta contienda entre israelitas y amonitas”».

28 Sin embargo, el rey de los amonitas no prestó atención al mensaje que le envió Jefté.

29 Entonces Jefté, tomado por el Espíritu del Señor, recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mizpa de Galaad y desde allí avanzó contra los amonitas. 30 Y Jefté hizo una promesa solemne al Señor: «Si verdaderamente entregas a los amonitas en mis manos, 31 quien salga primero de la puerta de mi casa a recibirme, cuando yo vuelva de haber vencido a los amonitas, será del Señor y lo ofreceré en holocausto».

32 Jefté cruzó el río para luchar contra los amonitas y el Señor los entregó en sus manos. 33 Derrotó veinte ciudades, desde Aroer hasta las inmediaciones de Minit, hasta Abel Queramín. La derrota fue muy grande; así los amonitas quedaron sometidos a los israelitas.

34 Cuando Jefté volvió a su hogar en Mizpa, salió a recibirlo su hija, bailando al son de los panderos. Ella era hija única, pues Jefté no tenía otros hijos. 35 Cuando Jefté la vio, se rasgó las vestiduras y exclamó:

—¡Ay, hija mía, me has destrozado por completo! ¡Eres la causa de mi desgracia! Juré algo al Señor y no puedo retractarme.

36 —Padre mío —respondió ella—, le has dado tu palabra al Señor. Haz conmigo conforme a tu juramento, ya que el Señor te ha vengado de tus enemigos, los amonitas. 37 Pero concédeme esta sola petición —añadió—. Ya que nunca me casaré, dame un plazo de dos meses para retirarme a las montañas y llorar allí con mis amigas.

38 —Está bien, puedes ir —respondió él.

Y le permitió irse por dos meses. Ella y sus amigas se fueron a las montañas y lloró porque nunca se casaría. 39 Cumplidos los dos meses volvió a su padre y él hizo con ella conforme a su promesa. Ella era virgen.

De allí se originó la costumbre israelita 40 de que todos los años, durante cuatro días, las muchachas de Israel recordaran a la hija de Jefté de Galaad.

Footnotes

  1. 11:16 Lit. mar de las Cañas. Término con el que se designa en la Biblia al mar Rojo en su parte septentrional.
  2. 11:20 desconfió de Israel. Alt. no acordó con Israel.

Jefté

11 Jefté era un valiente guerrero de la región de Galaad. Era hijo de una prostituta y de un hombre llamado Galaad, y como la esposa de Galaad le había dado otros hijos, cuando ellos crecieron echaron de la casa a Jefté y le dijeron que no heredaría nada de su padre, por ser hijo de otra mujer. Entonces Jefté huyó de sus hermanos y se fue a vivir a la región de Tob, donde reunió una banda de desalmados que junto con él salían a hacer correrías.

Pasado algún tiempo los amonitas atacaron a Israel, y los jefes de Galaad mandaron traer a Jefté de la región de Tob, y le dijeron:

—Ven, queremos que seas nuestro jefe en la guerra contra los amonitas.

Jefté les contestó:

—¿Pues no me odiaban ustedes, y hasta me obligaron a irme de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen a buscarme ahora que están en aprietos?

—Precisamente porque estamos en aprietos venimos a buscarte —dijeron ellos—. Queremos que vengas con nosotros y pelees contra los amonitas, y que seas el jefe de todos los que vivimos en Galaad.

—Pues si ustedes quieren que yo regrese para pelear contra los amonitas, y si el Señor me da la victoria, seré el jefe de ustedes —respondió Jefté.

10 Y los jefes le aseguraron:

—El Señor es testigo nuestro de que haremos todo lo que has dicho.

11 Entonces Jefté fue con ellos, y el pueblo lo nombró su jefe y caudillo. En Mispá, Jefté repitió ante el Señor lo que antes había dicho. 12 Después mandó unos mensajeros al rey de los amonitas, para que le preguntaran: «¿Qué tienes tú contra mí, para que vengas ahora a atacar mi país?» 13 Y el rey de los amonitas les contestó a los mensajeros de Jefté: «Cuando ustedes los israelitas salieron de Egipto, nos quitaron nuestras tierras, desde el río Arnón hasta los ríos Jaboc y Jordán. Ahora, pues, devuélvemelas por las buenas.»

14 Jefté envió entonces otros mensajeros al rey de los amonitas, 15 con este mensaje: «Ésta es la respuesta de Jefté: Nosotros los israelitas no les hemos quitado tierras ni a los moabitas ni a los amonitas. 16 Cuando salimos de Egipto, cruzamos el desierto hasta el Mar Rojo, y llegamos hasta Cadés. 17 Entonces mandamos unos mensajeros al rey de Edom pidiéndole que nos dejara pasar por sus territorios, pero él no nos dejó pasar. Se lo pedimos también al rey de Moab, pero él tampoco nos dejó pasar. Por eso nos quedamos en Cadés. 18 Después, andando por el desierto, fuimos rodeando los territorios de Edom y de Moab, hasta llegar al este de Moab, y acampamos allí, al otro lado del río Arnón. Pero no lo cruzamos, porque allí empezaba el territorio de Moab. 19 Entonces mandamos unos mensajeros a Sihón, el rey amorreo de Hesbón, pidiéndole que nos dejara pasar por sus territorios para dirigirnos a nuestra tierra. 20 Pero Sihón desconfió y no nos permitió pasar por su territorio; por el contrario, reunió a todo su ejército y acampó en Jahas, y nos atacó. 21 Pero el Señor, el Dios de Israel, su pueblo, nos dio la victoria, y derrotamos a Sihón y a su ejército, y nos adueñamos de todo el territorio de los amorreos de esa región: 22 tomamos toda la tierra de los amorreos, desde el río Arnón hasta el Jaboc y desde el desierto hasta el Jordán. 23 ¿Y ahora quieres tú despojarnos de lo que el Señor les quitó a los amorreos y nos dio a nosotros? 24 Si Quemós, tu dios, te da algo en posesión, tú lo consideras propiedad tuya, ¿no es cierto? Pues también nosotros consideramos nuestro lo que el Señor nos ha dado en propiedad. 25 ¿Acaso te crees mejor que Balac, hijo de Sipor, el rey de Moab? Pues bien, él no vino a pelear contra nosotros. 26 Ya hace trescientos años que vivimos en Hesbón, Aroer y las aldeas vecinas, y en todas las ciudades a orillas del Arnón; ¿por qué no han reclamado ustedes esas tierras en todo este tiempo? 27 Yo no te he hecho ningún mal. Eres tú quien está actuando mal al venir a atacarnos. Pero el Señor es el juez, y él será quien juzgue a israelitas y amonitas.»

28 A pesar de todo, el rey de los amonitas no hizo caso del mensaje de Jefté.

La promesa de Jefté

29 Entonces el espíritu del Señor vino sobre Jefté, y éste recorrió Galaad y Manasés, pasando por Mispá de Galaad, para invadir el territorio de los amonitas. 30 Y Jefté le hizo esta promesa al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas, 31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.»

32 Jefté invadió el territorio de los amonitas, y los atacó, y el Señor le dio la victoria. 33 Mató Jefté a muchos enemigos, y conquistó veinte ciudades entre Aroer, Minit y Abel-queramim. De este modo los israelitas dominaron a los amonitas.

34 Cuando Jefté volvió a su casa en Mispá, la única hija que tenía salió a recibirlo bailando y tocando panderetas. Aparte de ella, no tenía otros hijos, 35 así que, al verla, se rasgó la ropa en señal de desesperación y le dijo:

—¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas! ¡Y eres tú misma la causa de mi desgracia, pues le he hecho una promesa al Señor, y ahora tengo que cumplírsela!

36 Y ella le respondió:

—Padre mío, haz conmigo lo que le prometiste al Señor, ya que él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas. 37 Te ruego, sin embargo, que me concedas dos meses para andar por los montes, con mis amigas, llorando por tener que morir sin haberme casado.

38 Jefté le concedió los dos meses, y en ese tiempo ella anduvo por los montes, con sus amigas, llorando porque iba a morir sin haberse casado. 39 Después de ese tiempo volvió a donde estaba su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor. La hija de Jefté murió sin haber tenido relaciones sexuales con ningún hombre. 40 Por eso es costumbre entre los israelitas que todos los años las jóvenes vayan a llorar a la hija de Jefté durante cuatro días.

士師耶弗他

11 基列人耶弗他是個英勇的戰士,他父親名叫基列,母親是個妓女。 基列的妻子還生了幾個兒子,他們長大後,便把耶弗他趕出家門,說:「你是別的女人生的,你休想繼承我們父親的任何產業。」 耶弗他只好逃走,住在陀伯地區。有一群匪徒跟隨了他。

後來,亞捫人攻打以色列, 基列的眾長老就去陀伯請耶弗他, 對他說:「請你回來做統帥帶領我們對抗亞捫人。」 耶弗他說:「從前你們不是厭惡我,把我從父親家趕走的嗎?現在你們遭難,為什麼來找我?」 基列的眾長老說:「現在我們是來請你跟我們一起回去抵抗亞捫人,你可以做所有基列人的首領。」 耶弗他說:「如果我跟你們回去與亞捫人作戰,耶和華讓我打敗他們,我就真的可以做你們的首領嗎?」 10 基列的首領們說:「我們必聽從你的吩咐,有耶和華為我們作證。」 11 於是,耶弗他便跟他們一起回去。民眾擁立他做他們的首領和元帥。耶弗他在米斯巴將之前所說的話在耶和華面前重申一遍。

12 然後,他派遣使者去問亞捫王:「你與我有什麼相干?為什麼要攻打我的領土?」 13 亞捫王對他的使者說:「因為以色列人從埃及出來的時候佔據了我們的土地——從亞嫩河到雅博河,一直到約旦河。現在你們要乖乖地把這些土地還給我們。」 14 耶弗他再差遣使者去見亞捫王, 15 對他說:「以色列人並沒有佔據摩押和亞捫的土地。 16 當年以色列人離開埃及,經曠野渡過紅海來到加低斯, 17 然後派遣使者去見以東王,說,『求你讓我們經過你的領土。』以東王卻不答應。他們又派遣使者去見摩押王,摩押王也不答應。於是,以色列人就住在加低斯。 18 後來,他們走過曠野,繞過以東和摩押,到了摩押的東邊,在摩押的邊界亞嫩河東岸紮營,並沒有進入摩押境內。 19 以色列人派遣使者去見希實本的亞摩利王西宏,對他說,『求讓我們經過你的領土前往我們自己的土地。』 20 但西宏不信任以色列人,拒絕了他們的請求,並招聚全軍駐紮在雅雜,攻打他們。 21 但以色列的上帝耶和華幫助以色列人戰勝西宏和他的軍隊,佔領了他們所有的土地, 22 從亞嫩河直到雅博河,從曠野直到約旦河。 23 既然是以色列的上帝耶和華為祂的以色列子民趕走了亞摩利人,你憑什麼要奪取這塊土地? 24 你擁有你們的神明基抹給你們的土地,我們也要擁有我們的上帝耶和華賜給我們的土地。 25 難道你比摩押王西撥的兒子巴勒更強嗎?他從未挑戰過以色列人,也未和以色列人交過戰。 26 三百年來,以色列人一直住在希實本及其周圍的鄉村、亞羅珥及其周圍的鄉村和亞嫩河沿岸一帶的城邑。在這期間,你們為什麼不收回這些土地呢? 27 我們沒有得罪你們,你們卻攻打我們。願審判者耶和華今天在以色列人和亞捫人之間主持公道。」 28 可是,亞捫王不理會耶弗他派使者所傳的話。

29 那時,耶和華的靈降在耶弗他身上,他便經過基列和瑪拿西,來到基列的米斯巴,然後從那裡去迎戰亞捫人。 30 他向耶和華許願說:「如果你把亞捫人交在我手中, 31 讓我凱旋而歸,第一個從我家門出來迎接我的人必歸給你,我必把他獻給你作燔祭。」 32 於是,耶弗他率軍與亞捫人作戰,耶和華把敵人交在他手中, 33 他大敗敵軍,摧毀了從亞羅珥到米匿、遠至亞備勒·基拉明的二十座城。這樣,以色列人征服了亞捫人。

34 耶弗他返回自己在米斯巴的家,他的獨生女兒敲著鼓、跳著舞出來迎接他。 35 他一見自己的女兒,便撕裂衣服,說:「唉,我的女兒啊,你真讓我傷心欲絕!我向耶和華許了願,不能收回了!」 36 他女兒說:「父親啊,你既然向耶和華許了願,就照你許的願對待我吧!因為耶和華幫你打敗了敵軍亞捫人,為你報了仇。 37 但求你先給我兩個月的時間,讓我和同伴到山上去為我終身未嫁哀哭。」 38 耶弗他答應了,給了她兩個月的時間。於是,她便和同伴到山上為自己終身未嫁哀哭。 39 兩個月後,她回到父親那裡。她父親履行了自己所許的願。她終身未嫁。自此以後,在以色列有個習俗: 40 每年以色列的女子都去為基列人耶弗他的女兒哀哭四天。