Jueces 13-14
La Biblia de las Américas
Opresión filistea
13 Y los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor(A), y el Señor los entregó en manos de los filisteos por cuarenta años.
2 Y había un hombre de Zora(B), de la familia de los danitas, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril y no había tenido hijos. 3 Entonces el ángel del Señor se le apareció a la mujer(C), y le dijo: He aquí, tú eres estéril y no has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo. 4 Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor(D), y de no comer ninguna cosa inmunda. 5 Pues he aquí, concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo para Dios(E) desde el seno materno(F); y él comenzará a salvar a Israel(G) de manos de los filisteos. 6 Y la mujer fue y se lo dijo a su marido, diciendo: Un hombre de Dios vino a mí(H), y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde venía, ni él me hizo saber su nombre. 7 Pero él me dijo: «He aquí, concebirás y darás a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte».
8 Entonces Manoa imploró al Señor, y dijo: Te ruego Señor, que el hombre de Dios que tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer(I). 9 Y Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer(J) cuando estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella. 10 Y la mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: He aquí, se me ha aparecido el hombre que vino[a] el otro día(K). 11 Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: ¿Eres el hombre que habló a la mujer(L)? Y él respondió: Yo soy. 12 Y Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación? 13 Y el ángel del Señor dijo a Manoa: Que la mujer atienda a[b] todo lo que le dije(M). 14 No comerá nada que venga de la vid(N), no beberá vino ni licor, ni comerá nada inmundo(O); que guarde ella todo lo que le he mandado.
Visión de Manoa y nacimiento de Sansón
15 Entonces Manoa dijo al ángel del Señor(P): Permítenos detenerte y prepararte un cabrito. 16 Y el ángel del Señor respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu alimento[c](Q), mas si preparas un holocausto, ofrécelo al Señor. Y[d] Manoa no sabía que era el ángel del Señor. 17 Y Manoa dijo al ángel del Señor: ¿Cuál es tu nombre(R), para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos? 18 Y el ángel del Señor le respondió: ¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso[e](S)? 19 Y Manoa tomó el cabrito con la ofrenda de cereal y los ofreció sobre una piedra al Señor(T), y el ángel hizo maravillas mientras que Manoa y su mujer observaban. 20 Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en la llama del altar. Al ver esto, Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra(U). 21 Y el ángel del Señor no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor(V). 22 Y Manoa dijo a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios(W). 23 Pero su mujer le dijo: Si el Señor hubiera deseado matarnos, no habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereal de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas estas cosas, ni nos habría permitido ahora oír cosas como estas(X).
24 Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y el Señor lo bendijo(Y). 25 Y el Espíritu del Señor(Z) comenzó a manifestarse en él en Mahané-dan[f], entre Zora y Estaol(AA).
El matrimonio de Sansón
14 Y Sansón descendió a Timnat y vio allí[g] a una mujer de las hijas de los filisteos. 2 Cuando regresó[h], se lo contó a su padre y a su madre, diciendo: Vi en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos; ahora pues, tomádmela por mujer. 3 Le respondieron[i] su padre y su madre: ¿No hay mujer entre las hijas de tus parientes[j] o entre todo nuestro[k] pueblo, para que vayas a tomar mujer de los filisteos incircuncisos(AB)? Pero Sansón dijo a su padre: Tómala para mí, porque ella me agrada[l]. 4 Y su padre y su madre no sabían que esto era del Señor, porque Él buscaba ocasión contra los filisteos(AC), pues en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel.
5 Y Sansón descendió a Timnat con su padre y con su madre, y llegó hasta los viñedos de Timnat; y he aquí, un león joven venía rugiendo hacia él. 6 Y el Espíritu del Señor vino[m] sobre él(AD) con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano(AE); pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho. 7 Descendió y habló con la mujer; y ella le agradó a Sansón[n]. 8 Cuando regresó más tarde para tomarla, se apartó del camino para ver el cadáver del león; y he aquí que había un enjambre de abejas y miel en el cuerpo del león. 9 Recogió la miel[o] en sus manos[p] y siguió adelante, comiéndola mientras caminaba. Cuando llegó adonde estaban su padre y su madre, les dio miel y ellos comieron; pero no les contó que había recogido la miel del cuerpo del león.
El enigma de Sansón
10 Entonces el padre descendió adonde estaba la mujer; y Sansón hizo allí un banquete, porque así acostumbraban hacer los jóvenes. 11 Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él. 12 Y Sansón les dijo: Permitidme proponeros ahora un enigma(AF); y si en verdad me lo declaráis dentro de los siete días del banquete, y lo descifráis, entonces os daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa(AG). 13 Pero si no podéis declarármelo, entonces vosotros me daréis treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa. Y ellos le dijeron: Propón tu enigma, para que lo escuchemos. 14 Y él les dijo:
Del que come salió comida,
y del fuerte salió dulzura.
Y no pudieron declararle el enigma en tres días.
15 Y[q] al cuarto[r] día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido(AH) a que nos declare el enigma, o te quemaremos a fuego a ti y a la casa de tu padre(AI). Nos habéis invitado para empobrecernos. ¿No es así? 16 Y la mujer de Sansón lloró delante de él, y dijo: Solo me aborreces y no me quieres; has propuesto un enigma a los hijos de mi pueblo, y no me lo has declarado(AJ). Y él le dijo: He aquí que no lo he declarado ni a mi padre ni a mi madre; ¿y te lo he de declarar a ti? 17 Mas ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se lo declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo. 18 Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron:
¿Qué es más dulce que la miel?
¿Y qué es más fuerte que un león?
Y él les dijo:
Si no hubiereis arado con mi novilla,
no habríais descubierto mi enigma.
19 Entonces el Espíritu del Señor vino[s] sobre él(AK) con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas de ropa a los que habían declarado el enigma. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre. 20 Pero la mujer de Sansón fue dada al compañero que había sido su amigo íntimo(AL).
Footnotes
- Jueces 13:10 Lit., vino a mí
- Jueces 13:13 Lit., se guarde de
- Jueces 13:16 Lit., pan
- Jueces 13:16 Lit., Porque
- Jueces 13:18 O, incomprensible
- Jueces 13:25 I.e., Campamento de Dan
- Jueces 14:1 Lit., en Timnat
- Jueces 14:2 Lit., subió
- Jueces 14:3 Lit., Le dijo
- Jueces 14:3 Lit., hermanos
- Jueces 14:3 Lit., mi
- Jueces 14:3 Lit., es perfecta en mis ojos
- Jueces 14:6 Lit., cayó
- Jueces 14:7 Lit., era perfecta en los ojos de Sansón
- Jueces 14:9 Lit., Y la recogió
- Jueces 14:9 Lit., palmas
- Jueces 14:15 Lit., Y fue que
- Jueces 14:15 Así en algunas versiones antiguas; en heb., séptimo
- Jueces 14:19 Lit., cayó
Jueces 13-14
Reina-Valera 1960
Nacimiento de Sansón
13 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años. 2 Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. 3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. 4 Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. 5 Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo(A) a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos. 6 Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre. 7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.
8 Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer. 9 Y Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella. 10 Y la mujer corrió prontamente a avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino a mí el otro día. 11 Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer; y vino al varón y le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y él dijo: Yo soy. 12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él? 13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije. 14 No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé.
15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito. 16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquel fuese ángel de Jehová. 17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos? 18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable? 19 Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer. 20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.
21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová. 22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. 23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto. 24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. 25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.
Sansón y la mujer filistea de Timnat
14 Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. 2 Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. 3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada.
4 Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.
5 Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él. 6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho. 7 Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a Sansón. 8 Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal de miel. 9 Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.
10 Vino, pues, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes. 11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él. 12 Y Sansón les dijo: Yo os propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta. 13 Mas si no me lo podéis declarar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos. 14 Entonces les dijo:
Del devorador salió comida,
Y del fuerte salió dulzura.
Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días.
15 Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos? 16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti? 17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo. 18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron:
¿Qué cosa más dulce que la miel?
¿Y qué cosa más fuerte que el león?
Y él les respondió:
Si no araseis con mi novilla,
Nunca hubierais descubierto mi enigma.
19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre. 20 Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su amigo.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible