Add parallel Print Page Options

Desde que había quedado viuda ayunaba todos los días, excepto los sábados y las vísperas de estos días, o en los días de la luna nueva y su víspera, o en los días de fiesta y alegría del pueblo de Israel. Era muy bonita y de bello aspecto. Manasés, su esposo, le había dejado oro, plata, criados, criadas, ganado y campos. Vivía de sus posesiones, y como era muy respetuosa de Dios, nadie tenía nada contra ella.

Read full chapter