Add parallel Print Page Options

28 Dios nos está castigando por los pecados que cometimos, y por los de nuestros antepasados. ¡Por el amor de Dios, no nos dejen morir!»

29 Todos los que estaban allí reunidos empezaron a llorar de angustia. Daban gritos pidiendo la ayuda de Dios. 30 Entonces el gobernador Ozías les respondió:

—¡Compatriotas, tengan fe! ¡Les pido que aguantemos sólo cinco días más! ¡Les aseguro que Dios tendrá compasión de nosotros! ¡Dios no nos abandonará!

Read full chapter