Add parallel Print Page Options

Se quitó su ropa de luto,
se untó el rostro con perfumes,
para salvar a los oprimidos de Israel.
Se adornó la cabeza con una diadema
y se puso ropa fina para engañarlo.
Sus sandalias le deslumbraron los ojos,
su belleza le cautivó el alma,
y la espada le atravesó el cuello.

Read full chapter