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14 »Con tan sólo una orden tuya
todo comenzó a existir.
Con un soplo de tu aliento
toda tu creación cobró vida.
¡Que todo lo que respira te adore!

»¡Tú hablas y todos te obedecen!
15 Al oír tu voz, tiemblan las montañas,
las aguas se desbordan
y las rocas se derriten.
Pero con los que te adoran
eres un Dios bondadoso.

16 »Para ti, mi Dios,
las ofrendas y los sacrificios
no tienen ningún valor.
Pero al que te respeta
lo haces famoso para siempre.

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