Add parallel Print Page Options

Honores a Judit

El sumo sacerdote Joaquín y los ancianos de Israel que vivían en Jerusalén fueron a ver las maravillas que el Señor había realizado en favor de Israel, y a ver y felicitar a Judit. Cuando llegaron a donde ella estaba, todos a una la alabaron y dijeron:

—¡Tú eres el orgullo de Jerusalén, la mayor gloria de Israel, el más grande honor de nuestra nación! 10 Con tu mano hiciste todo esto; has hecho un gran bien a Israel; el Señor te ha mostrado su favor. ¡Que el Señor todopoderoso te bendiga eternamente!

Y todo el pueblo añadió:

—¡Amén!

Read full chapter