Add parallel Print Page Options

Si tu pueblo, que vive en la montaña, no me hubiera despreciado, yo no habría levantado mi lanza contra ellos. Pero ellos mismos se han buscado esto. Y ahora, dime: ¿por qué huiste de ellos y te pasaste a nosotros? Por supuesto, al venir te has salvado. Ten confianza, que a partir de esta noche has salvado tu vida. Nadie te hará ningún daño; se te tratará bien, como se trata a los que sirven a mi señor, el rey Nabucodonosor.

Read full chapter