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Judit se enfrenta a Holofernes

10 Cuando Judit terminó de orar al Dios de Israel, llamó a su empleada de confianza y bajó al primer piso de su casa. Allí era donde ella pasaba los sábados y los días de fiesta. Judit se quitó la ropa de luto, se bañó y se perfumó. Luego se peinó, se puso una diadema y se vistió con su mejor vestido, tal como lo hacía cuando aún vivía su marido Manasés.

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