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24 Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le dijeron:

―¡Da gloria a Dios! A nosotros nos consta que ese hombre es pecador.

25 ―Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.

26 Pero ellos le insistieron:

―¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?

27 ―Ya os lo dije y no me hicisteis caso. ¿Por qué queréis oírlo de nuevo? ¿Es que también vosotros queréis haceros sus discípulos?

28 Entonces lo insultaron y le dijeron:

―¡Discípulo de ese lo serás tú! ¡Nosotros somos discípulos de Moisés!

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