Juan 8-11

La Biblia de las Américas

La mujer sorprendida en adulterio

8 Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos^(A). ² Y al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a Él; y sentándose, les enseñaba^(B). ³ Los escribas y los fariseos trajeron* a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, ⁴ le dijeron*: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. ⁵ Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres^(C); ¿tú, pues, qué dices? ⁶ Decían esto, probándole^(D), para tener de qué acusarle^(E). Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. ⁷ Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó^(F) y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero^(G) en tirarle una piedra^(H). ⁸ E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. ⁹ Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. ¹⁰ Enderezándose^(I) Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? ¹¹ Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno^(J). Vete; desde ahora no peques más^(K).

Jesús, la luz del mundo

¹² Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo^(L); el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz^(M) de la vida. ¹³ Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero^[a](N). ¹⁴ Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio^(O) de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy^(P); pero vosotros no sabéis de dónde vengo^(Q) ni adónde voy. ¹⁵ Vosotros juzgáis según la carne^[b](R); yo no juzgo a nadie^(S). ¹⁶ Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que^[c] me envió^(T). ¹⁷ Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero^[d](U). ¹⁸ Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí^(V). ¹⁹ Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre^(W). ²⁰ Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro^(X), cuando enseñaba en el templo^(Y); y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora^(Z).

Advertencias a los incrédulos

²¹ Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis^(AA), y moriréis en vuestro pecado^(AB); adonde yo voy, vosotros no podéis ir. ²² Por eso los judíos^(AC) decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: «Adonde yo voy, vosotros no podéis ir^(AD)»? ²³ Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba^(AE); vosotros sois de este mundo^(AF), yo no soy de este mundo^(AG). ²⁴ Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy^[e](AH), moriréis en vuestros pecados^(AI). ²⁵ Entonces le decían: ¿Tú quién eres? Jesús les dijo: ¿Qué os he estado diciendo desde el principio^[f]? ²⁶ Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz^(AJ); y yo, las cosas que oí de Él, estas digo al mundo^(AK). ²⁷ No comprendieron que les hablaba del Padre. ²⁸ Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre^(AL), entonces sabréis que yo soy^[g](AM) y que no hago nada por mi cuenta^(AN), sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó. ²⁹ Y El que me envió está conmigo; no me ha dejado^[h] solo^(AO), porque yo siempre hago lo que le agrada^(AP). ³⁰ Al hablar estas cosas, muchos creyeron en Él^(AQ).

Los verdaderos hijos de Abraham

³¹ Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra^(AR), verdaderamente sois mis discípulos^(AS); ³² y conoceréis la verdad^(AT), y la verdad os hará libres^(AU). ³³ Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham^(AV) y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: «Seréis libres»? ³⁴ Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado^(AW); ³⁵ y el esclavo no queda en la casa para siempre^(AX); el hijo sí permanece para siempre^(AY). ³⁶ Así que, si el Hijo os hace libres^(AZ), seréis realmente libres. ³⁷ Sé que sois descendientes de Abraham^(BA); y sin embargo, procuráis matarme^(BB) porque mi palabra no tiene cabida en vosotros^[i]. ³⁸ Yo hablo lo que he visto con mi Padre^[j]; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de vuestro padre^(BC). ³⁹ Ellos le contestaron, y le dijeron: Abraham es nuestro padre^(BD). Jesús les dijo*: Si sois hijos de Abraham^(BE), haced las obras de Abraham. ⁴⁰ Pero ahora procuráis matarme^(BF), a mí^[k] que os he dicho la verdad que oí de Dios^(BG). Esto no lo hizo Abraham. ⁴¹ Vosotros hacéis las obras de vuestro padre^(BH). Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios^(BI). ⁴² Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais^(BJ), porque yo salí de Dios y vine de Él^(BK), pues no he venido por mi propia iniciativa^(BL), sino que Él^[l] me envió^(BM). ⁴³ ¿Por qué no entendéis lo que digo^[m](BN)? Porque no podéis oír mi palabra^(BO). ⁴⁴ Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre^(BP). Él fue un homicida desde el principio^(BQ), y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira^[n], habla de su propia naturaleza^(BR), porque es mentiroso^(BS) y el padre de la mentira^[o]. ⁴⁵ Pero porque yo digo la verdad^(BT), no me creéis. ⁴⁶ ¿Quién de vosotros me prueba que tengo pecado? Y si digo verdad^(BU), ¿por qué vosotros no me creéis? ⁴⁷ El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios^(BV).

Jesús, anterior a Abraham

⁴⁸ Contestaron los judíos^(BW), y le dijeron: ¿No decimos con razón que tú eres samaritano^(BX) y que tienes un demonio^(BY)? ⁴⁹ Jesús respondió: Yo no tengo ningún demonio^(BZ), sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí. ⁵⁰ Pero yo no busco mi gloria^(CA); hay Uno que la busca, y juzga. ⁵¹ En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra^(CB), no verá jamás la muerte^(CC). ⁵² Los judíos^(CD) le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio^(CE). Abraham murió, y también los profetas, y tú dices: «Si alguno guarda mi palabra^(CF) no probará jamás la muerte^(CG)». ⁵³ ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre^(CH) Abraham que murió? Los profetas también murieron; ¿quién crees que eres?^{[p] 54} Jesús respondió: Si yo mismo me glorifico^(CI), mi gloria no es nada; es mi Padre el que me glorifica^(CJ), de quien vosotros decís: «Él es nuestro Dios». ⁵⁵ Y vosotros no le habéis conocido^(CK), pero yo le conozco; y si digo que no le conozco seré un mentiroso como vosotros^(CL); pero sí le conozco^(CM) y guardo su palabra^(CN). ⁵⁶ Vuestro padre Abraham^(CO) se regocijó esperando ver^[q] mi día; y lo vio y se alegró^(CP). ⁵⁷ Por esto los judíos^(CQ) le dijeron: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? ⁵⁸ Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera^[r], yo soy^(CR). ⁵⁹ Entonces tomaron piedras para tirárselas^(CS), pero Jesús se ocultó^[s](CT) y salió del templo^[t].

Curación de un ciego

9 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. ² Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí^[u](CU), ¿quién pecó, este^(CV) o sus padres^(CW), para que naciera ciego? ³ Jesús respondió: Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios^(CX) se manifiesten en él. ⁴ Nosotros debemos^[v] hacer las obras del que me envió mientras es de día^(CY); la noche viene cuando nadie puede trabajar. ⁵ Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo^(CZ). ⁶ Habiendo dicho esto, escupió en tierra^(DA), e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, ⁷ y le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé^(DB) (que quiere decir, Enviado). Él fue, pues, y se lavó^(DC) y regresó viendo^(DD). ⁸ Entonces los vecinos y los que antes le habían visto que era mendigo, decían: ¿No es este el que se sentaba y mendigaba^(DE)? ⁹ Unos decían: Él es; y otros decían: No, pero se parece a él. Él decía: Yo soy. ¹⁰ Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? ¹¹ Él respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre mis ojos y me dijo: «Ve al Siloé y lávate». Así que fui, me lavé y recibí la vista^(DF). ¹² Y le dijeron: ¿Dónde está Él? Él dijo*: No sé.

¹³ Llevaron* ante los fariseos al que antes había sido ciego. ¹⁴ Y era día de reposo el día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos^(DG). ¹⁵ Entonces los fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista^(DH). Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo. ¹⁶ Por eso algunos de los fariseos decían: Este hombre no viene^[w] de Dios, porque no guarda el día de reposo^(DI). Pero otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales^[x](DJ)? Y había división entre ellos^(DK). ¹⁷ Entonces dijeron* otra vez al ciego^(DL): ¿Qué dices tú de Él, ya que te abrió los ojos? Y él dijo: Es un profeta^(DM). ¹⁸ Entonces los judíos^(DN) no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, ¹⁹ y les preguntaron, diciendo: ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? ²⁰ Sus padres entonces les respondieron, y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; ²¹ pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo. ²² Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos^(DO); porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo^(DP) en que si alguno confesaba que Jesús^[y] era el Cristo^[z], fuera expulsado de la sinagoga^(DQ). ²³ Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a él^(DR).

²⁴ Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios^[aa](DS); nosotros sabemos que este hombre es un pecador^(DT). ²⁵ Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo. ²⁶ Le dijeron entonces: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? ²⁷ Él les contestó: Ya os lo dije^(DU) y no escuchasteis^(DV); ¿por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es que también vosotros queréis haceros discípulos suyos? ²⁸ Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú eres discípulo de ese hombre; pero nosotros somos discípulos de Moisés^(DW). ²⁹ Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a este, no sabemos de dónde es^(DX). ³⁰ Respondió el hombre y les dijo: Pues en esto hay algo asombroso, que vosotros no sepáis de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos. ³¹ Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a este oye^(DY). ³² Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. ³³ Si este no viniera^[ab] de Dios, no podría hacer nada^(DZ). ³⁴ Respondieron ellos y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecados^(EA), ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera^(EB).

³⁵ Jesús oyó decir que lo habían echado fuera^(EC), y hallándolo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre^[ac](ED)? ³⁶ Él respondió y dijo: ¿Y quién es, Señor, para que yo crea en Él^(EE)? ³⁷ Jesús le dijo: Pues^[ad] tú le has visto, y el que está hablando contigo^(EF), ese es. ³⁸ Él entonces dijo: Creo, Señor. Y le adoró^(EG). ³⁹ Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio^(EH); para que los que no ven, vean^(EI), y para que los que ven se vuelvan ciegos^(EJ). ⁴⁰ Algunos de los fariseos que estaban con Él oyeron esto y le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos^(EK)? ⁴¹ Jesús les dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado^(EL); pero ahora, porque decís: «Vemos», vuestro pecado permanece^(EM).

Jesús, el buen pastor

10 En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador^(EN). ² Pero el que entra por la puerta, es el pastor^(EO) de las ovejas. ³ A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz^(EP); llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera^(EQ). ⁴ Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz^(ER). ⁵ Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz^(ES) de los extraños. ⁶ Jesús les habló por medio de esta alegoría^(ET), pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

⁷ Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas^(EU). ⁸ Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores^(EV), pero las ovejas no les hicieron caso^[ae]. ⁹ Yo soy la puerta^(EW); si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. ¹⁰ El ladrón solo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida^(EX), y para que la tengan en abundancia. ¹¹ Yo soy el buen pastor^(EY); el buen pastor da su vida por las ovejas^(EZ). ¹² Pero el que es un asalariado y no un pastor^(FA), que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. ¹³ El huye porque solo trabaja por el pago^[af] y no le importan las ovejas. ¹⁴ Yo soy el buen pastor^(FB), y conozco mis ovejas^[ag](FC) y las mías me conocen, ¹⁵ de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre^(FD), y doy mi vida por las ovejas^(FE). ¹⁶ Tengo otras ovejas^(FF) que no son de este redil; a esas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño^(FG) con un solo pastor^(FH). ¹⁷ Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo^(FI). ¹⁸ Nadie me la quita^[ah](FJ), sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo^(FK). Este mandamiento recibí de mi Padre^(FL).

Los judíos divididos otra vez

¹⁹ Se volvió a suscitar una división^(FM) entre los judíos por estas palabras. ²⁰ Y muchos de ellos decían: Tiene un demonio^(FN) y está loco^(FO). ¿Por qué le hacéis caso^[ai]? ²¹ Otros decían: Estas no son palabras de un endemoniado^(FP). ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos^(FQ)?

Jesús, uno con el Padre

²² En esos días^[aj] se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. ²³ Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón^(FR). ²⁴ Entonces los judíos^(FS) le rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo^[ak], dínoslo claramente^(FT). ²⁵ Jesús les respondió: Os lo he dicho^(FU), y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, estas dan testimonio de mí^(FV). ²⁶ Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas^(FW). ²⁷ Mis ovejas oyen mi voz^(FX), y yo las conozco^(FY) y me siguen; ²⁸ y yo les doy vida eterna^(FZ) y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano^(GA). ²⁹ Mi Padre que me las dio es mayor que todos^[al], y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. ³⁰ Yo y el Padre somos uno^[am](GB).

Los judíos amenazan a Jesús

³¹ Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle^(GC). ³² Jesús les dijo^[an]: Os he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál^[ao] de ellas me apedreáis? ³³ Los judíos le contestaron: No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia^(GD); y porque tú, siendo hombre, te haces Dios^(GE). ³⁴ Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley^(GF): «Yo dije: sois dioses^(GG)»? ³⁵ Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar), ³⁶ ¿a quién el Padre santificó^(GH) y envió al mundo^(GI), vosotros decís: «Blasfemas», porque dije: «Yo soy el Hijo de Dios^(GJ)»? ³⁷ Si no hago las obras de mi Padre^(GK), no me creáis; ³⁸ pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed las obras^(GL); para que sepáis y entendáis^[ap] que el Padre está en mí y yo en el Padre^(GM). ³⁹ Por eso procuraban otra vez prenderle^(GN), pero se les escapó de entre las manos^(GO).

⁴⁰ Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan^(GP), y se quedó allí. ⁴¹ Y muchos vinieron a Él y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal^[aq](GQ), sin embargo, todo lo que Juan dijo de este^(GR) era verdad. ⁴² Y muchos creyeron en Él allí^(GS).

Muerte de Lázaro

11 Y estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania^(GT), la aldea de María y de su hermana Marta^(GU). ² María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor^(GV) con perfume y le secó los pies con sus cabellos^(GW). ³ Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús^[ar]: Señor^(GX), mira, el que tú amas^(GY) está enfermo. ⁴ Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios^(GZ), para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella. ⁵ Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro^(HA). ⁶ Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba. ⁷ Luego, después de esto, dijo* a sus discípulos: Vamos de nuevo a Judea^(HB). ⁸ Los discípulos le dijeron*: Rabí^[as](HC), hace poco que^[at] los judíos procuraban apedrearte^(HD), ¿y vas otra vez allá? ⁹ Jesús respondió: ¿No hay doce horas en el día? Si alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo^(HE). ¹⁰ Pero si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él. ¹¹ Dijo esto, y después de esto añadió^[au]: Nuestro amigo Lázaro^(HF) se ha dormido^(HG); pero voy a despertarlo. ¹² Los discípulos entonces le dijeron: Señor, si se ha dormido, se recuperará^[av]. ¹³ Pero Jesús había hablado de la muerte de Lázaro^[aw], mas ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño^[ax](HH). ¹⁴ Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: Lázaro ha muerto; ¹⁵ y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a donde está él. ¹⁶ Tomás^(HI), llamado el Dídimo^[ay](HJ), dijo entonces a sus condiscípulos: Vamos nosotros también para morir con Él.

¹⁷ Llegó, pues, Jesús y halló que ya hacía cuatro días^(HK) que estaba en el sepulcro. ¹⁸ Betania^(HL) estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros^[az]; ¹⁹ y muchos de los judíos^(HM) habían venido a casa de Marta y María^(HN), para consolarlas^(HO) por la muerte de su hermano. ²⁰ Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, fue a su encuentro, pero María^(HP) se quedó sentada en casa. ²¹ Y^[ba] Marta dijo a Jesús: Señor^(HQ), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto^(HR). ²² Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá^(HS). ²³ Jesús le dijo*: Tu hermano resucitará. ²⁴ Marta le contestó*: Yo sé que resucitará en la resurrección^(HT), en el día final. ²⁵ Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida^(HU); el que cree en mí, aunque muera, vivirá, ²⁶ y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás^(HV). ¿Crees esto? ²⁷ Ella le dijo*: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo^[bb], el Hijo de Dios^(HW), el que viene^[bc] al mundo^(HX). ²⁸ Y habiendo dicho esto, se fue^(HY) y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: El Maestro^(HZ) está aquí, y te llama. ²⁹ Tan pronto como ella lo oyó, se levantó* rápidamente y fue hacia Él.

³⁰ Pues Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta le había encontrado^(IA). ³¹ Entonces los judíos que estaban con ella en la casa consolándola^(IB), cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron^(IC), suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. ³² Cuando María llegó adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: Señor^(ID), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto^(IE). ³³ Y^[bd] cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos^(IF) que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente^(IG) en el espíritu, y se entristeció^[be](IH), ³⁴ y dijo: ¿Dónde lo pusisteis? Le dijeron*: Señor, ven y ve. ³⁵ Jesús lloró^(II). ³⁶ Por eso los judíos^(IJ) decían: Mirad, cómo lo amaba^(IK). ³⁷ Pero algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos del ciego^(IL), haber evitado también que Lázaro muriera^[bf]?

Resurrección de Lázaro

³⁸ Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido en su interior, fue* al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella^(IM). ³⁹ Jesús dijo*: Quitad la piedra. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: Señor, ya hiede, porque hace cuatro días^(IN) que murió. ⁴⁰ Jesús le dijo*: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios^(IO)? ⁴¹ Entonces quitaron la piedra^(IP). Jesús alzó los ojos a lo alto^(IQ), y dijo: Padre, te doy gracias^(IR) porque me has oído. ⁴² Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud^(IS) que me rodea, para que crean que tú me has enviado^(IT). ⁴³ Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, ven fuera! ⁴⁴ Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados^(IU) con vendas, y el rostro envuelto en un sudario^(IV). Jesús les dijo*: Desatadlo, y dejadlo ir.

Complot para matar a Jesús

⁴⁵ Por esto muchos de los judíos que habían venido a ver a María^(IW), y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en Él^(IX). ⁴⁶ Pero algunos de ellos fueron a los fariseos^(IY) y les contaron lo que Jesús había hecho.

⁴⁷ Entonces los principales sacerdotes y los fariseos^(IZ) convocaron^(JA) un concilio^(JB), y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales^[bg](JC). ⁴⁸ Si le dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar^[bh](JD) y nuestra^[bi] nación. ⁴⁹ Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote^(JE) ese año^(JF), les dijo: Vosotros no sabéis nada, ⁵⁰ ni tenéis en cuenta que os es más conveniente que un hombre muera por el pueblo^(JG), y no que toda la nación perezca. ⁵¹ Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa^[bj], sino que siendo el sumo sacerdote ese año^(JH), profetizó que Jesús iba a morir por la nación; ⁵² y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos^(JI). ⁵³ Así que, desde ese día planearon entre sí para matarle^(JJ).

⁵⁴ Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos^(JK), sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín^(JL); y se quedó allí con los discípulos. ⁵⁵ Y estaba cerca la Pascua de los judíos^(JM), y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse^(JN). ⁵⁶ Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: ¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta^(JO)? ⁵⁷ Y los principales sacerdotes y los fariseos^(JP) habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que le prendieran.