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Jesús y la fiesta de la Dedicación

22 Por aquel entonces se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación.[a] Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo, por el pórtico de Salomón. 24 Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron:

―¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo con franqueza.

25 ―Ya os lo he dicho, y no lo creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan, 26 pero vosotros no creéis porque no sois de mi rebaño. 27 Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. 28 Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. 29 Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos;[b] y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. 30 El Padre y yo somos uno.

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Footnotes

  1. 10:22 Es decir, Hanukkah.
  2. 10:29 Mi Padre … todos. Var. Lo que mi Padre me ha dado es más grande que todo.