Juan 7
Reina-Valera 1995
Incredulidad de los hermanos de Jesús
7 Después de esto andaba Jesús en Galilea, pues no quería andar en Judea, porque los judíos intentaban matarlo. 2 Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos, 3 y le dijeron sus hermanos:
—Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, 4 porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
5 Ni aun sus hermanos creían en él. 6 Entonces Jesús les dijo:
—Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo siempre está preparado. 7 No puede el mundo odiaros a vosotros; pero a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. 8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
9 Y habiéndoles dicho esto se quedó en Galilea.
Jesús en la fiesta de los Tabernáculos
10 Pero después que sus hermanos subieron, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. 11 Y lo buscaban los judíos en la fiesta, y decían:
—¿Dónde estará aquél?
12 Y había mucha murmuración acerca de él entre la multitud, pues unos decían: «Es bueno»; pero otros decían: «No, sino que engaña al pueblo.» 13 Sin embargo, ninguno hablaba abiertamente de él por miedo a los judíos.
14 Pero a la mitad de la fiesta subió Jesús al Templo, y enseñaba. 15 Y se admiraban los judíos, diciendo:
—¿Cómo sabe éste letras sin haber estudiado?
16 Jesús les respondió y dijo:
—Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. 17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta. 18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que lo envió, éste es verdadero y no hay en él injusticia. 19 ¿No os dio Moisés la Ley? Sin embargo, ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué intentáis matarme?
20 Respondió la multitud y dijo:
—Demonio tienes, ¿quién intenta matarte?
21 Jesús respondió y les dijo:
—Una obra hice y todos os admiráis. 22 Por cierto, Moisés os dio la circuncisión —no porque sea de Moisés, sino de los padres— y en sábado circuncidáis al hombre. 23 Si recibe el hombre la circuncisión en sábado, para que la Ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en sábado sané completamente a un hombre? 24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
¿Es éste el Cristo?
25 Decían entonces unos de Jerusalén:
—¿No es a éste a quien buscan para matarlo? 26 Pues mirad, habla públicamente y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad las autoridades que éste es el Cristo? 27 Pero éste, sabemos de dónde es; sin embargo, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.
28 Jesús entonces, enseñando en el Templo, alzó la voz y dijo:
—A mí me conocéis y sabéis de dónde soy; no he venido de mí mismo, pero el que me envió, a quien vosotros no conocéis, es verdadero. 29 Pero yo lo conozco, porque de él procedo, y él me envió.
30 Entonces intentaban prenderlo; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. 31 Y muchos de la multitud creyeron en él y decían:
—El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace?
Los fariseos envían guardias para detener a Jesús
32 Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas. Entonces los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para que lo prendieran. 33 Y Jesús dijo:
—Todavía estaré con vosotros algún tiempo, y luego iré al que me envió. 34 Me buscaréis, pero no me hallaréis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis ir.
35 Entonces los judíos dijeron entre sí:
—¿Adónde se irá éste, que no lo hallaremos? ¿Se irá a los dispersos entre los griegos y enseñará a los griegos? 36 ¿Qué significa esto que dijo: “Me buscaréis, pero no me hallaréis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis ir”?
Ríos de agua viva
37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
—Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva.
39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
División entre la gente
40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: «Verdaderamente éste es el Profeta.» 41 Otros decían: «Éste es el Cristo.» Pero algunos decían: «¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42 ¿No dice la Escritura que de la descendencia de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?» 43 Hubo entonces división entre la gente a causa de él. 44 Y algunos de ellos querían prenderlo, pero ninguno le echó mano.
¡Nunca nadie ha hablado así!
45 Los guardias vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos. Entonces estos les preguntaron:
—¿Por qué no lo habéis traído?
46 Los guardias respondieron:
—¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
47 Entonces los fariseos les preguntaron:
—¿También vosotros habéis sido engañados? 48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos? 49 Pero esta gente que no sabe la Ley, maldita es.
50 Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos:
51 —¿Juzga acaso nuestra Ley a un hombre si primero no lo oye y sabe lo que ha hecho?
52 Respondieron y le dijeron:
—¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado un profeta.
La mujer adúltera
53 Y cada uno se fue a su casa,
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