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25 Perecieron aquel día todos los habitantes de Ay: un total de doce mil, entre hombres y mujeres.

26 Josué no retiró la mano que tenía extendida con el dardo hasta que fueron consagrados al exterminio todos los habitantes de Ay. 27 Y conforme el Señor había indicado a Josué, los israelitas se quedaron como botín el ganado y otros enseres de la ciudad.

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