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19 Cualquiera que salga fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su cabeza y nosotros seremos sin culpa. Pero cualquiera que esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza, si alguna mano lo toca. 20 Y si tú denuncias este nuestro asunto, nosotros quedaremos libres de este juramento que te hemos hecho.

21 —Sea así como habéis dicho —respondió ella.

Luego los despidió; ellos se fueron y ella ató el cordón de grana a la ventana.

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