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El SEÑOR los entregó en mano de los israelitas, quienes los derrotaron y los persiguieron hasta la gran Sidón, hasta Misrefot-maim y hasta el valle de Mizpa al oriente. Y los mató, hasta no dejarles sobrevivientes. Josué hizo con ellos como el SEÑOR le había mandado: Dejó cojos a sus caballos y quemó sus carros.

10 En aquel tiempo Josué volvió y tomó Hazor, y mató a espada a su rey. Hazor había sido antes la capital de todos estos reinos.

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