Add parallel Print Page Options

Cuando dentro de mí desfallecía mi alma,
me acordé de ti, Señor,
Y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo.

Los que siguen vanidades ilusorias,
abandonan tu misericordia.
Pero yo, con voz de alabanza,
te ofreceré sacrificios y cumpliré mis promesas.
La salvación es tuya, Señor.»

Read full chapter