Add parallel Print Page Options

«En medio de mi gran angustia clamé al Señor, y él me respondió. Estando ya muy cerca de morir te pedí ayuda, y tú, Señor, oíste mi súplica. Me arrojaste a las profundidades del mar; me hundí en las corrientes de las aguas, y tus olas tempestuosas pasaron sobre mí. Entonces dije: “He sido arrojado de tu presencia. ¿Cómo me será posible volver a visitar tu santo templo de Jerusalén?”.

Read full chapter