Juan 9:1-12
La Palabra (Hispanoamérica)
Sexto signo (9—10)
El ciego de nacimiento
9 Iba Jesús de camino cuando vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Sus discípulos le preguntaron:
— Maestro, ¿quién tiene la culpa de que haya nacido ciego este hombre? ¿Sus pecados o los de sus padres?
3 Jesús respondió:
— Ni sus propios pecados ni los de sus padres tienen la culpa; nació así para que el poder de Dios resplandezca en él. 4 Mientras es de día debemos realizar lo que nos ha encomendado el que me envió; cuando llega la noche, nadie puede trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
6 Dicho esto, escupió en el suelo, hizo un poco de lodo y lo extendió sobre los ojos del ciego. 7 Después le dijo:
— Ahora vete y lávate en el estanque de Siloé (palabra que significa “enviado”).
El ciego fue, se lavó y, cuando regresó, ya veía. 8 Sus vecinos y todos cuantos lo habían visto antes pidiendo limosna, comentaban:
— ¿No es este el que se sentaba por aquí y pedía limosna?
9 Unos decían:
— Sí, es el mismo.
Otros, en cambio, opinaban:
— No es él, sino uno que se le parece.
Pero el propio interesado aseguraba:
— Soy yo mismo.
10 Ellos le preguntaron:
— ¿Y cómo has conseguido ver?
11 Él les contestó:
— Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de lodo con su saliva, me lo extendió sobre los ojos y me dijo: “Vete y lávate en el estanque de Siloé”. Fui, me lavé y comencé a ver.
12 Le preguntaron:
— ¿Y dónde está ahora ese hombre?
Respondió:
— No lo sé.
Read full chapterLa Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España