Juan 6:1-21
Reina-Valera 1995
Alimentación de los cinco mil(A)
6 Después de esto, Jesús fue al otro lado del Mar de Galilea, el de Tiberias. 2 Y lo seguía una gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces subió Jesús a un monte y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando alzó Jesús los ojos y vio que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe:
—¿De dónde compraremos pan para que coman estos?
6 Pero esto decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le respondió:
—Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomara un poco.
8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:
9 —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos?
10 Entonces Jesús dijo:
—Haced recostar a la gente.
Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como en número de cinco mil hombres. 11 Tomó Jesús aquellos panes y, después de dar gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; de igual manera hizo con los pescados, dándoles cuanto querían. 12 Y cuando se saciaron, dijo a sus discípulos:
—Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Entonces aquellos hombres, al ver la señal que Jesús había hecho, dijeron: «Verdaderamente éste es el Profeta que había de venir al mundo.»
15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo.
Jesús anda sobre el mar(B)
16 Al anochecer descendieron sus discípulos al mar, 17 y entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos. 18 El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. 19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. 20 Pero él les dijo:
—Yo soy; no temáis.
21 Entonces ellos lo recibieron con gusto en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra a donde iban.
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2 Reyes 4:42-44
Reina-Valera 1995
42 Llegó entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y Eliseo dijo:
—Da a la gente para que coma.
43 Su sirviente respondió:
—¿Cómo podré servir esto a cien hombres?
Pero Eliseo insistió:
—Da a la gente para que coma, porque así ha dicho Jehová: “Comerán y sobrará.”
44 Entonces el criado les sirvió, ellos comieron y les sobró, conforme a la palabra de Jehová.
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2 Samuel 11:1-15
Reina-Valera 1995
David y Betsabé
11 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, junto a sus siervos y a todo Israel, y ellos derrotaron a los amonitas y sitiaron a Rabá, mientras David se quedó en Jerusalén.
2 Un día, al caer la tarde, se levantó David de su lecho, y se paseaba sobre el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. 3 Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: «Aquella es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías, el heteo.» 4 Envió David mensajeros que la trajeran, y la tomó; cuando llegó, él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y regresó a su casa.
5 La mujer concibió y mandó a decir a David: «Estoy encinta.» 6 Entonces David envió a decir a Joab: «Envíame a Urías, el heteo.» Y Joab envió a Urías a David. 7 Cuando Urías llegó ante él, David le preguntó por la salud de Joab, por la salud del pueblo y por la marcha de la guerra. 8 Después dijo David a Urías: «Desciende a tu casa, y lava tus pies.»
Cuando Urías salió de la casa del rey, le enviaron un presente de la mesa real. 9 Pero Urías durmió a la puerta de la casa del rey, con todos los guardias de su señor, y no descendió a su casa. 10 Le hicieron saber esto a David diciendo: «Urías no ha descendido a su casa.» Entonces David dijo a Urías:
—¿Acaso no vienes de viaje? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?
11 Urías respondió a David:
—El Arca, Israel y Judá habitan bajo tiendas; mi señor Joab y los siervos de mi señor, en el campo; ¿cómo iba yo a entrar en mi casa para comer y beber, y dormir con mi mujer? ¡Por vida tuya y por vida de tu alma, nunca haré tal cosa!
12 David dijo entonces a Urías:
—Quédate aquí hoy también, y mañana te despediré.
Se quedó Urías aquel día y el siguiente en Jerusalén. 13 David lo convidó a comer y a beber con él hasta embriagarlo. Por la tarde salió a dormir en su cama, junto a los guardias de su señor; pero no descendió a su casa.
14 A la mañana siguiente, escribió David una carta a Joab, la cual envió por mano de Urías. 15 En ella decía: «Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y alejaos de él, para que sea herido y muera.»
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Salmos 145:10-18
Reina-Valera 1995
10 ¡Te alaben, Jehová, todas tus obras,
y tus santos te bendigan!
11 La gloria de tu reino digan
y hablen de tu poder,
12 para hacer saber sus poderosos hechos a los hijos de los hombres
y la gloria de la magnificencia de su reino.
13 Tu reino es reino de todos los siglos
y tu señorío por todas las generaciones.
14 Sostiene Jehová a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.
15 Los ojos de todos esperan en ti
y tú les das su comida a su tiempo.
16 Abres tu mano
y colmas de bendición a todo ser viviente.
17 Justo es Jehová en todos sus caminos
y misericordioso en todas sus obras.
18 Cercano está Jehová a todos los que lo invocan,
a todos los que lo invocan de veras.
Efesios 3:14-21
Reina-Valera 1995
El amor que excede a todo conocimiento
14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo 15 (de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra), 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Read full chapterCopyright © 1995 by United Bible Societies