Jesus gibt sich in Wort und Tat als Sohn Gottes zu erkennen (Kapitel 2–12)

Jesus auf der Hochzeit in Kana

Zwei Tage später wurde in dem Dorf Kana in Galiläa eine Hochzeit gefeiert. Die Mutter von Jesus war dort, und auch Jesus hatte man mit seinen Jüngern eingeladen.

Als während des Festes der Wein ausging, sagte seine Mutter zu ihm: »Es ist kein Wein mehr da!« Doch Jesus antwortete ihr: »Es ist nicht deine Sache, mir zu sagen, was ich tun soll! Meine Zeit ist noch nicht gekommen!« Da sagte seine Mutter zu den Dienern: »Was immer er euch befiehlt, das tut!« Nun gab es im Haus sechs steinerne Wasserkrüge. Man benutzte sie für die Waschungen, die das jüdische Gesetz verlangt. Jeder von ihnen fasste 80 bis 120 Liter. Jesus forderte die Diener auf: »Füllt diese Krüge mit Wasser!« Sie füllten die Gefäße bis zum Rand. Dann ordnete er an: »Nun bringt dem Mann, der für das Festmahl verantwortlich ist, eine Kostprobe davon!« Die Diener befolgten seine Anweisungen. Der Mann probierte das Wasser: Es war zu Wein geworden! Er wusste allerdings nicht, woher der Wein kam. Nur die Diener wussten Bescheid. Da rief er den Bräutigam zu sich 10 und hielt ihm vor: »Jeder bietet doch zuerst den besten Wein an! Und erst später, wenn die Gäste schon betrunken sind, kommt der billigere Wein auf den Tisch. Aber du hast den besten Wein bis jetzt zurückgehalten!«

11 So vollbrachte Jesus in dem Dorf Kana in Galiläa sein erstes Wunder. Er offenbarte damit zum ersten Mal seine göttliche Herrlichkeit, und seine Jünger glaubten an ihn. 12 Danach ging er mit seiner Mutter, seinen Brüdern und seinen Jüngern nach Kapernaum. Dort blieben sie für einige Tage.

Jesus jagt die Händler aus dem Tempel (Matthäus 21,12‒13; Markus 11,15‒17; Lukas 19,45‒46)

13 Kurz vor dem jüdischen Passahfest reiste Jesus nach Jerusalem. 14 Dort sah er im Vorhof des Tempels viele Händler, die Rinder, Schafe und Tauben als Opfertiere verkauften. Auch Geldwechsler saßen hinter ihren Tischen. 15 Jesus machte sich aus Stricken eine Peitsche und jagte die Händler mit all ihren Schafen und Rindern[a] aus dem Tempelbezirk. Er schleuderte das Geld der Wechsler auf den Boden und warf ihre Tische um. 16 Den Taubenhändlern befahl er: »Schafft das alles hinaus! Das Haus meines Vaters ist doch keine Markthalle!« 17 Seine Jünger aber mussten an das Wort in der Heiligen Schrift denken: »Der Eifer für deinen Tempel wird mich vernichten!«[b]

Von wem hat Jesus seine Vollmacht?

18 Die führenden Männer der Juden stellten Jesus daraufhin zur Rede: »Woher nimmst du dir das Recht, die Leute hinauszuwerfen? Wenn du dabei im Auftrag Gottes handelst, dann musst du uns einen eindeutigen Beweis dafür geben!« 19 Jesus antwortete ihnen: »Zerstört diesen Tempel! In drei Tagen werde ich ihn wieder aufbauen.« 20 »Was?«, riefen sie. »46 Jahre wurde an diesem Tempel gebaut, und du willst das in drei Tagen schaffen?«

21 Mit dem Tempel aber meinte Jesus seinen eigenen Körper. 22 Als er von den Toten auferstanden war, erinnerten sich seine Jünger an diese Worte. Sie glaubten den Voraussagen der Heiligen Schrift und allem, was Jesus selbst ihnen gesagt hatte.

23 Während des Passahfestes hielt sich Jesus in Jerusalem auf. Viele Menschen erlebten die Wunder, die er vollbrachte, und glaubten deshalb an ihn. 24 Aber Jesus vertraute sich ihnen nicht an, weil er sie genau kannte. 25 Ihm brauchte niemand etwas über die Menschen zu sagen, denn er wusste, was in jedem Einzelnen vor sich geht.

Footnotes

  1. 2,15 Oder: und jagte alle Opfertiere, die Schafe ebenso wie die Rinder.
  2. 2,17 Psalm 69,10

La boda de Caná

Al tercer día(A) se celebró una boda en Caná de Galilea(B), y estaba allí la madre de Jesús(C); y también Jesús fue invitado a la boda, con[a] Sus discípulos(D). Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo*: «No tienen vino». Y Jesús le dijo*: «Mujer(E), ¿qué nos interesa esto a ti y a Mí(F)? Todavía no ha llegado Mi hora(G)». Su madre(H) dijo* a los que servían: «Hagan todo lo que Él les diga».

Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos(I); en cada una cabían dos o tres cántaros[b]. Jesús les dijo*: «Llenen de agua las tinajas». Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo*: «Saquen ahora un poco y llévenlo al mayordomo». Y se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino(J), sin saber de dónde era, pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían. Entonces el mayordomo llamó* al novio, 10 y le dijo*: «Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante(K), entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno».

11 Este principio de Sus señales[c](L) hizo Jesús en Caná de Galilea(M), y manifestó Su gloria(N), y Sus discípulos creyeron en Él.

12 Después de esto Jesús bajó a Capernaúm(O) con Su madre, Sus hermanos(P) y Sus discípulos(Q); pero no se quedaron allí muchos días.

Jesús echa a los mercaderes del templo

13 La Pascua de los judíos estaba cerca(R), y Jesús subió a Jerusalén(S). 14 (T)En el templo encontró a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. 15 Y haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los que cambiaban el dinero y volcó las mesas. 16 A los que vendían palomas les dijo(U): «Quiten esto de aquí; no hagan de la casa de Mi Padre(V)una casa de comercio».

17 Sus discípulos(W) se acordaron de que estaba escrito: «El celo por Tu casa me consumirá(X)».

18 Entonces los judíos(Y) le dijeron: «Ya que haces estas cosas, ¿qué señal(Z) nos muestras?». 19 Jesús les respondió: «Destruyan este templo[d], y en tres días lo levantaré(AA)». 20 Entonces los judíos(AB) dijeron: «En cuarenta y seis años fue edificado este templo[e](AC), ¿y Tú lo levantarás en tres días?».

21 Pero Él hablaba del templo[f] de Su cuerpo(AD). 22 Por eso, cuando resucitó de los muertos, Sus discípulos(AE) se acordaron(AF) de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura(AG) y en la palabra que Jesús había hablado.

Los primeros creyentes en Jerusalén

23 Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua(AH), muchos creyeron en Su nombre al ver las señales(AI) que hacía. 24 Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos(AJ), 25 y[g] no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, porque Él conocía lo que había en el interior del hombre(AK).

Footnotes

  1. 2:2 Lit. y.
  2. 2:6 O unos 100 litros.
  3. 2:11 O milagros.
  4. 2:19 O santuario.
  5. 2:20 O santuario.
  6. 2:21 O santuario.
  7. 2:25 Lit. y que.

Las bodas de Caná

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.(A) Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto descendieron a Capernaum,(B) él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Jesús purifica el templo

(Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46)

13 Estaba cerca la pascua(C) de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, 14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. 17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.(D) 18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? 19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.(E) 20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

Jesús conoce a todos los hombres

23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.