Job 8:1-18:3
Nueva Versión Internacional
Primer discurso de Bildad
8 A esto respondió Bildad de Súah:
2 «¿Hasta cuándo seguirás hablando así?
¡Tus palabras son un viento huracanado!
3 ¿Acaso Dios pervierte la justicia?
¿Acaso tuerce el derecho el Todopoderoso?
4 Si tus hijos pecaron contra Dios,
él les dio lo que su pecado merecía.
5 Pero si tú buscas a Dios,
si diriges tu súplica al Todopoderoso,
6 y si eres puro e intachable,
él saldrá en tu defensa[a]
y te restablecerá en el lugar que te corresponde.
7 Modestas parecerán tus primeras riquezas,
comparadas con tu prosperidad futura.
8 »Pregunta a las generaciones pasadas;
averigua lo que descubrieron sus antepasados.
9 Nosotros nacimos ayer y nada sabemos;
nuestros días en este mundo son como una sombra.
10 Pero ellos te instruirán, te lo harán saber;
compartirán contigo su experiencia.
11 ¿Puede crecer el papiro donde no hay pantano?
¿Pueden crecer los juncos donde no hay agua?
12 Aunque estén floreciendo y nadie los haya cortado,
se marchitan antes que otra hierba.
13 Tal es el destino de los que se olvidan de Dios;
así termina la esperanza de los impíos.
14 Muy frágiles[b] son sus esperanzas;
han puesto su confianza en una telaraña.
15 No podrán sostenerse cuando se apoyen en ella;
no quedarán en pie cuando se prendan de sus hilos.
16 Son como plantas frondosas expuestas al sol,
que extienden sus ramas por todo el jardín:
17 hunden sus raíces en torno a un montón de piedras
y buscan arraigarse entre ellas.
18 Pero si las arrancan de su sitio,
ese lugar negará haberlas visto.
19 ¡Así termina su alegría de vivir
y del suelo brotan otras plantas!
20 »Dios no rechaza a quien es íntegro
ni brinda su apoyo a quien hace el mal.
21 Pondrá de nuevo risas en tu boca
y gritos de alegría en tus labios.
22 Tus enemigos se cubrirán de vergüenza
y desaparecerán las moradas de los malvados».
Tercer discurso de Job
9 Job entonces respondió:
2 «Aunque sé muy bien que esto es cierto,
¿cómo puede un mortal justificarse ante Dios?
3 Si uno quisiera disputar con él,
de mil cosas no podría responderle una sola.
4 Profunda es su sabiduría, vasto su poder.
¿Quién puede desafiarlo y salir bien librado?
5 Él mueve montañas sin que estas lo sepan,
y en su enojo las trastorna.
6 Él remueve los cimientos de la tierra
y hace que se estremezcan sus columnas.
7 Reprende al sol y su brillo se apaga;
eclipsa la luz de las estrellas.
8 Él se basta para extender los cielos;
somete a su dominio las olas del mar.
9 Él creó la Osa Mayor y el Orión,
las Pléyades y las constelaciones del sur.
10 Él realiza maravillas insondables,
portentos que no pueden contarse.
11 Si pasara junto a mí, no podría verlo;
si se alejara, no alcanzaría a percibirlo.
12 Si de algo se adueñara, ¿quién lo haría desistir?
¿Quién puede cuestionar sus actos?
13 Dios no contiene su enojo;
aun Rahab y sus secuaces se postran a sus pies.
14 »¿Cómo entonces podré yo responderle?
¿Dónde hallar palabras para contradecirle?
15 Aunque fuera yo inocente, no puedo defenderme;
de mi Juez solo puedo pedir misericordia.
16 Y aunque lo llamara y me respondiera,
no creo que me concedería audiencia.
17 Me despedazaría con una tormenta
y por la menor cosa multiplicaría mis heridas.
18 No me dejaría recobrar el aliento;
más bien, me saturaría de amargura.
19 Si de fuerza se trata, ¡él es más poderoso!
Si es cuestión de juicio, ¿quién lo[c] hará comparecer?
20 Aun siendo inocente, me condenará mi boca;
aun siendo íntegro, resultaré culpable.
21 »Soy íntegro, pero ya no me importa;
tengo en poco mi propia vida.
22 Todo es lo mismo; por eso digo:
“Al íntegro y al malvado destruye por igual”.
23 Si alguna plaga acarrea la muerte repentina,
él se burla de la angustia del inocente.
24 Si algún malvado se apodera de un terreno,
él tapa los ojos a los jueces.
Si no lo hace él, ¿entonces quién?
25 »Transcurren mis días con más rapidez que un corredor;
vuelan sin que hayan conocido la dicha.
26 Se deslizan como barcas de papiro,
como veloces águilas al caer sobre su presa.
27 Si acaso digo: “Olvidaré mi queja,
cambiaré de expresión, esbozaré una sonrisa”,
28 me queda el miedo de tanto sufrimiento,
pues bien sé que no me consideran inocente.
29 Y ya que me tienen por culpable,
¿para qué voy a luchar en vano?
30 Aunque me bañe con jabón[d]
y me limpie las manos con lejía,
31 tú me lanzarás al muladar,
¡y hasta mis ropas me aborrecerán!
32 »Dios no es hombre como yo,
para que le responda y juntos comparezcamos ante un tribunal.
33 ¡No hay un mediador aquí
que decida el caso entre nosotros dos!
34 ¡No hay quien aleje de mí la vara de Dios
para que ya no me asuste su terror!
35 Quisiera hablar sin temor,
pero no puedo hacerlo.
10 »¡Ya estoy harto de esta vida!
Por eso doy rienda suelta a mi queja;
desahogo la amargura de mi alma.
2 Le he dicho a Dios: No me condenes.
Dime qué es lo que tienes contra mí.
3 ¿Te parece bien el oprimirme
y despreciar la obra de tus manos
mientras te muestras complaciente ante los planes del malvado?
4 ¿Son tus ojos los de un simple mortal?
¿Ves las cosas como las vemos nosotros?
5 ¿Son tus días como los nuestros,
tus años como los de un mortal,
6 para que andes investigando mis faltas
y averiguándolo todo acerca de mi pecado?
7 ¡Tú bien sabes que no soy culpable
y que de tus manos no tengo escapatoria!
8 »Tú me hiciste con tus propias manos;
tú me diste forma.
¿Vas ahora a cambiar de parecer
y a ponerle fin a mi vida?
9 Recuerda que tú me hiciste del barro;
¿vas ahora a devolverme al polvo?
10 ¿No fuiste tú quien me derramó como leche,
quien me hizo cuajar como queso?
11 Fuiste tú quien me vistió de carne y piel,
quien me tejió con huesos y tendones.
12 Me diste vida, me favoreciste con tu amor
y tu cuidado ha guardado mi espíritu.
13 »Pero una cosa guardaste en tu corazón,[e]
y sé muy bien que la tuviste en mente:
14 Que si yo peco, tú me vigilas
y no pasas por alto mi pecado.
15 Si soy culpable, ¡ay de mí!
Si soy inocente, no puedo levantar mi cabeza.
¡Lleno estoy de vergüenza,
y consciente de mi aflicción!
16 Si me levanto, me acechas como un león
y despliegas contra mí tu gran poder.
17 Contra mí presentas nuevos testigos,
contra mí acrecientas tu enojo.
¡Una tras otra, tus tropas me atacan!
18 »¿Por qué me hiciste salir del vientre?
¡Quisiera haber muerto sin que nadie me viera!
19 ¡Preferiría no haber existido
y haber pasado del vientre a la tumba!
20 ¿Acaso mis contados días no llegan ya a su fin?
¡Déjame disfrutar de un momento de alegría
21 antes de mi partida sin regreso
a la tierra de las sombras y de la densa oscuridad,
22 al país de la más profunda de las noches,
al país de las sombras y del caos,
donde aun la luz se asemeja a las tinieblas!».
Primer discurso de Zofar
11 A esto respondió Zofar de Namat:
2 «¿Quedará sin respuesta toda esta palabrería?
¿Resultará inocente este hablador?
3 ¿Todo ese discurso nos dejará callados?
¿Te burlarás sin que nadie te reprenda?
4 Tú afirmas: “Mi postura es la correcta;
soy puro a los ojos de Dios”.
5 ¡Cómo me gustaría que Dios interviniera
y abriera sus labios contra ti
6 para mostrarte los secretos de la sabiduría,
pues esta tiene dos lados![f]
Sabrías entonces que buena parte de tu pecado
Dios no lo ha tomado en cuenta.
7 »¿Puedes adentrarte en los misterios de Dios
o alcanzar la perfección[g] del Todopoderoso?
8 Son más altos que los cielos;
¿qué puedes hacer?
Son más profundos que el abismo;[h]
¿qué puedes saber?
9 Son más extensos que toda la tierra;
¡son más anchos que todo el mar!
10 »Si viene y te pone en un calabozo,
y luego te llama a cuentas,
¿quién lo hará desistir?
11 Bien conoce Dios a la gente sin escrúpulos;
cuando percibe el mal, no lo pasa por alto.
12 ¡El necio llegará a ser sabio
cuando de un asno salvaje nazca un hombre![i]
13 »Pero si le entregas tu corazón
y hacia él extiendes las manos,
14 si te apartas del pecado que has cometido
y en tu morada no das cabida al mal,
15 entonces podrás llevar la frente en alto
y mantenerte firme y libre de temor.
16 Ciertamente olvidarás tus pesares
o los recordarás como el agua que pasó.
17 Tu vida será más radiante que el sol de mediodía
y la oscuridad será como el amanecer.
18 Vivirás tranquilo, porque hay esperanza;
estarás protegido[j] y dormirás confiado.
19 Descansarás sin temer a nadie
y muchos querrán ganarse tu favor.
20 Pero los ojos de los malvados se apagarán;
no tendrán escapatoria.
¡Su esperanza es exhalar el último suspiro!».
Cuarto discurso de Job
12 A esto respondió Job:
2 «¡No hay duda de que ustedes son el pueblo!
¡Muertos ustedes, morirá la sabiduría!
3 Pero yo tengo tanto cerebro como ustedes;
en nada siento que me aventajen.
¿Quién no sabe todas esas cosas?
4 »Yo, que llamaba a Dios y él me respondía,
me he vuelto el hazmerreír de mis amigos;
¡soy un hazmerreír, justo e íntegro!
5 Dice la gente que vive tranquila:
“¡Al daño se añade la injuria!”,
“¡Al que está por caer, hay que empujarlo!”.
6 Los salteadores viven tranquilos en sus tiendas de campaña;
confiados viven esos que irritan a Dios
y piensan que pueden controlarlo.
7 »Pero interroga a los animales y ellos te darán una lección;
pregunta a las aves del cielo y ellas te lo contarán;
8 habla con la tierra y ella te enseñará;
con los peces del mar y te lo harán saber.
9 ¿Quién de todos ellos no sabe
que la mano del Señor ha hecho todo esto?
10 En sus manos está la vida de todo ser vivo
y el aliento que anima a todo ser humano.
11 ¿Acaso no comprueba el oído las palabras
como la lengua prueba la comida?
12 Entre los ancianos se halla la sabiduría;
en los muchos años, el entendimiento.
13 »Con Dios están la sabiduría y el poder;
suyos son el consejo y el entendimiento.
14 Lo que él derriba, nadie lo levanta;
a quien él apresa, nadie puede liberarlo.
15 Si él retiene las lluvias, hay sequía;
si las deja caer, se inunda la tierra.
16 Suyos son el poder y el buen juicio;
suyos son los engañados y los que engañan.
17 Él hace que los consejeros anden descalzos
y que los jueces pierdan la cabeza.
18 Despoja de su autoridad a los reyes
y ata una soga a su cintura.
19 Él hace que los sacerdotes anden descalzos
y derroca a los que tienen el poder.
20 Acalla los labios de los consejeros
y deja sin discernimiento a los ancianos.
21 Cubre de desprecio a los nobles
y desarma a los poderosos.
22 Pone al descubierto los más oscuros abismos
y saca a la luz las sombras más profundas.
23 Engrandece o destruye a las naciones;
las hace prosperar o las dispersa.
24 Priva de sensatez a los líderes de la tierra
y los hace vagar por desiertos sin senderos.
25 Sin luz, los hace andar a tientas en medio de la oscuridad
y los hace tambalear como borrachos.
13 »Todo esto lo han visto mis ojos;
lo han captado y entendido mis oídos.
2 Yo tengo tanto conocimiento como ustedes;
en nada siento que me aventajen.
3 Más bien quisiera hablar con el Todopoderoso;
me gustaría discutir mi caso con Dios.
4 Porque ustedes me difaman con mentiras;
¡como médicos no valen nada!
5 ¡Si tan solo se callaran la boca!
Eso, en ustedes, ya sería sabiduría.
6 Ahora les toca escuchar mi defensa;
presten atención a mi alegato.
7 ¿Se atreverán a decir falsedades en nombre de Dios?
¿Argumentarán en su favor con engaños?
8 ¿Le harán el favor de defenderlo?
¿Van a resultar sus abogados defensores?
9 ¿Qué pasaría si él los examinara?
¿Podrían engañarlo como se engaña a la gente?
10 Lo más seguro es que él los reprendería
si en secreto se mostraran parciales.
11 ¿Acaso no les infundiría miedo su esplendor?
¿Y no caería sobre ustedes su terror?
12 ¡Han memorizado proverbios sin sentido!
¡Se defienden con apologías endebles!
13 »¡Cállense la boca, déjenme hablar,
y que venga lo que venga!
14 ¿Por qué me pongo en peligro
y me juego el pellejo?
15 ¡Que me mate, en él tengo mi esperanza![k]
Pero en su propia cara defenderé mi conducta.
16 En esto radica mi liberación:
en que ningún impío comparecería ante él.
17 Presten atención a mis palabras;
presten oído a lo que digo:
18 Vean que ya he preparado mi caso
y sé muy bien que seré declarado inocente.
19 ¿Hay quien pueda presentar cargos contra mí?
Si lo hay, me quedaré callado hasta morir.
20 »Concédeme, oh Dios, solo dos cosas
y no tendré que esconderme de ti:
21 Quítame la mano de encima
y deja de infundirme temor.
22 Llámame a comparecer y te responderé
o déjame hablar y contéstame.
23 Enumera mis iniquidades y pecados;
hazme ver mis transgresiones y ofensas.
24 ¿Por qué no me das la cara?
¿Por qué me tienes por enemigo?
25 ¿Acosarás a una hoja arrebatada por el viento?
¿Perseguirás a la paja seca?
26 Has dictado contra mí penas amargas;
me estás cobrando[l] los pecados de mi juventud.
27 Me has puesto cadenas en los pies;
vigilas todos mis pasos;
examinas las huellas que dejo al caminar.
28 »El hombre se deteriora como algo podrido;
como ropa carcomida por la polilla.
14 »Pocos son los días y muchos los problemas,
que vive el hombre nacido de mujer.
2 Es como las flores que brotan y se marchitan;
es como efímera sombra que se esfuma.
3 ¿Y en alguien así has puesto los ojos?
¿Con alguien como yo entrarás en juicio?
4 ¿Quién de la inmundicia puede sacar pureza?
¡No hay nadie que pueda hacerlo!
5 Los días del hombre ya están determinados;
tú has establecido los meses de su vida;
le has puesto límites que no puede rebasar.
6 Aparta de él la mirada y déjalo en paz;
como al jornalero, déjalo disfrutar de su trabajo.
7 »Si se derriba un árbol,
queda al menos la esperanza de que retoñe
y de que no se marchiten sus renuevos.
8 Tal vez sus raíces envejezcan en la tierra
y su tronco muera en su terreno,
9 pero al sentir el agua, florecerá;
echará ramas como árbol recién plantado.
10 El hombre, en cambio, muere y pierde su fuerza;
exhala el último suspiro y deja de existir.
11 Como del mar se evapora el agua
y los ríos se agotan y se secan,
12 así los mortales, cuando se acuestan,
no se vuelven a levantar.
Mientras exista el cielo,
no se levantarán los mortales
ni se despertarán de su sueño.
13 »¡Si al menos me ocultaras en el sepulcro[m]
y me escondieras hasta que pase tu enojo!
¡Si al menos me pusieras un plazo allí
y luego me recordaras!
14 Pero si alguien muere, ¿acaso volverá a vivir?
Cada día de mi servicio obligatorio
esperaré que llegue mi relevo.
15 Tú me llamarás, y yo te responderé;
desearás ver la obra de tus manos.
16 Desearás también contar mis pasos,
pero no tomarás en cuenta mi pecado.
17 En saco sellado guardarás mis transgresiones
y perdonarás del todo mi pecado.
18 »Pero así como un monte se erosiona y se derrumba
y las piedras cambian de lugar;
19 así como las aguas desgastan las rocas
y los torrentes erosionan el suelo,
así tú pones fin a la esperanza del hombre.
20 Lo apabullas del todo y él desaparece;
lo desfiguras y entonces lo despides.
21 Si sus hijos reciben honores, él no lo sabe;
si se les humilla, él no se da cuenta.
22 Solo siente el dolor de su propio cuerpo
y solo de sí mismo se conduele».
Segundo discurso de Elifaz
15 Replicó entonces Elifaz de Temán:
2 «El sabio no responde con vana sabiduría
ni da respuestas en el aire.[n]
3 Tampoco discute con argumentos vanos
ni con palabras huecas.
4 Tú, en cambio, restas valor al temor a Dios
y tomas a la ligera la devoción que él merece.
5 Tu maldad pone en acción tu boca;
hablas igual que la gente astuta.
6 Tu propia boca te condena, no la mía;
tus propios labios atestiguan contra ti.
7 »¿Eres acaso el primer hombre que ha nacido?
¿Naciste acaso antes que los montes?
8 ¿Tienes parte en el consejo de Dios?
¿Acaso eres tú el único sabio?
9 ¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos?
¿Qué has percibido que nosotros ignoremos?
10 Las canas y la edad están de nuestra parte;
tenemos más experiencia que tu padre.
11 ¿No te basta que Dios mismo te consuele
y que se te hable con cariño?
12 ¿Por qué te dejas llevar por el enojo?
¿Por qué te relampaguean los ojos?
13 ¿Por qué desatas tu enojo contra Dios
y das rienda suelta a tu lengua?
14 »¿Qué es el hombre para creerse puro
y el nacido de mujer para alegar inocencia?
15 Si Dios no confía ni en sus santos
y ni siquiera considera puros a los cielos,
16 ¡cuánto menos confiará en el hombre,
que es vil y corrupto y tiene sed del mal![o]
17 »Escúchame y te lo explicaré;
déjame decirte lo que he visto.
18 Es lo que han declarado los sabios
sin ocultar nada de lo aprendido de sus antepasados.
19 Solo a ellos se les dio la tierra
y ningún extraño pasó entre ellos.
20 El impío se ve atormentado toda la vida;
el violento tiene sus años contados.
21 Sus oídos perciben sonidos espantosos;
cuando está en paz, los salteadores lo atacan.
22 No espera escapar de las tinieblas;
condenado está a morir a filo de espada.
23 Vaga sin rumbo; es comida de los buitres;[p]
sabe que el día de las tinieblas le ha llegado.
24 La desgracia y la angustia lo llenan de terror;
lo abruman como si un rey fuera a atacarlo
25 y todo por levantar el puño contra Dios
y atreverse a desafiar al Todopoderoso.
26 Contra Dios se lanzó desafiante,
blandiendo grueso y resistente escudo.
27 »Aunque su rostro esté hinchado de grasa
y le sobre carne en la cintura,
28 habitará en lugares desolados,
en casas deshabitadas,
en casas a punto de derrumbarse.
29 Dejará de ser rico; no durarán sus riquezas
ni se extenderán sus posesiones en la tierra.
30 No podrá escapar de las tinieblas;
una llama de fuego marchitará sus renuevos
y el aliento de Dios lo arrebatará.
31 Que no se engañe ni confíe en cosas vanas,
porque nada obtendrá a cambio de ellas.
32 Antes de que muera recibirá su merecido
y sus ramas no reverdecerán.
33 Quedará como vid que pierde sus uvas agrias,
como olivo que no llega a florecer.
34 La compañía de los impíos no es de provecho;
¡las moradas de los que aman el soborno serán consumidas por el fuego!
35 Conciben iniquidad y dan a luz maldad;
en su vientre se genera el engaño».
Quinto discurso de Job
16 A esto Job contestó:
2 «Muchas veces he escuchado cosas semejantes;
¡el consuelo de ustedes es un desastre![q]
3 ¿No habrá fin a sus discursos inútiles?
¿Qué les irrita tanto que siguen contendiendo?
4 También yo podría hablar del mismo modo
si estuvieran ustedes en mi lugar.
También yo pronunciaría bellos discursos en su contra,
meneando con sarcasmo la cabeza.
5 Les infundiría nuevos bríos con la boca;
les daría consuelo con los labios.
6 »Si hablo, mi dolor no disminuye;
si me callo, tampoco se me calma.
7 Ciertamente Dios me ha destruido;
ha exterminado[r] a toda mi familia.
8 Me tiene acorralado[s] y da testimonio contra mí;
mi deplorable estado se levanta y me condena.
9 En su enojo Dios me desgarra y me persigue;
rechina los dientes contra mí;
mi adversario me clava la mirada.
10 La gente se mofa de mí abiertamente;
burlones, me dan de bofetadas,
y todos juntos se ponen en mi contra.
11 Dios me ha entregado en manos de gente injusta;
me ha arrojado en las garras de los malvados.
12 Yo vivía tranquilo, pero él me destrozó;
me agarró por el cuello y me hizo pedazos;
me hizo blanco de sus ataques.
13 Sus arqueros me rodearon.
Sin piedad me perforaron los riñones
y mi hígado se derramó por el suelo.
14 Abriéndome herida tras herida,
se lanzó contra mí como un guerrero.
15 »He cosido la ropa de luto en mi piel;
en el polvo tengo enterrada la frente.[t]
16 De tanto llorar tengo enrojecida la cara
y profundas ojeras tengo en torno a los ojos;
17 pero mis manos están libres de violencia
y es pura mi oración.
18 »¡Ah, tierra, no cubras mi sangre!
¡No dejes que se acalle mi clamor!
19 Ahora mismo tengo en los cielos un testigo;
en lo alto se encuentra mi abogado.
20 Mi intercesor es mi amigo[u]
y ante Dios me deshago en lágrimas
21 para que interceda ante Dios en favor mío,
como quien apela por su amigo.
22 »Pasarán solo unos cuantos años
antes de que yo emprenda el viaje sin regreso.
17 Mi espíritu está quebrantado,
mis días se acortan,
la tumba me espera.
2 Estoy rodeado de burlones;
mis ojos no pueden cerrarse por su hostilidad.
3 »Dame, oh Dios, la garantía que demandas.
¿Quién más podría responder por mí?
4 Tú has cerrado sus mentes al entendimiento,
por eso no dejarás que triunfen.
5 Quien por una recompensa denuncia a sus amigos
verá a sus hijos desfallecer.
6 »Dios me ha puesto en boca de todos;
no falta quien me escupa en la cara.
7 Los ojos se me apagan a causa del dolor;
todo mi esqueleto no es más que una sombra.
8 Los íntegros ven esto y se quedan asombrados;
los inocentes se indignan contra el impío.
9 La gente justa se aferra a su camino;
los de manos limpias aumentan su fuerza.
10 »Vengan, pues, todos ustedes; ¡arremetan contra mí!
No hallaré entre ustedes a un solo sabio.
11 Mis días van pasando, mis planes se frustran
junto con los anhelos de mi corazón.
12 Esta gente convierte la noche en día;
todo está oscuro, pero insisten:
“La luz se acerca”.
13 Si el único hogar que espero está en los dominios de la muerte,[v]
he de tenderme a dormir en las tinieblas;
14 he de llamar “padre mío” a la corrupción
y “madre” y “hermana” a los gusanos.
15 ¿Dónde queda entonces mi esperanza?
¿Quién ve alguna esperanza para mí?
16 ¿Bajará conmigo hasta los dominios de la muerte?[w]
¿Descenderemos juntos hasta el polvo?».
Segundo discurso de Bildad
18 Respondió entonces Bildad de Súah:
2 «¿Cuándo pondrás fin a tanta palabrería?
Entra en razón y entonces hablaremos.
3 ¿Por qué nos tratas como si fuéramos bestias?
¿Por qué nos consideras unos tontos?
Footnotes
- 8:6 saldrá en tu defensa. Alt. velará por ti.
- 8:14 frágiles. Palabra de difícil traducción.
- 9:19 lo (LXX); me (TM).
- 9:30 jabón. Alt. nieve.
- 10:13 corazón. En la Biblia se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
- 11:6 esta tiene dos lados. Frase de difícil traducción.
- 11:7 alcanzar la perfección. Alt. llegar hasta los límites.
- 11:8 abismo. Lit. Seol.
- 11:12 cuando … hombre. Alt. cuando los asnos salvajes nazcan domesticados.
- 11:18 estarás protegido. Alt. mirarás en torno tuyo (TM).
- 13:15 ¡Que me mate … esperanza! Alt. Aunque él me mate, seguiré esperando en él.
- 13:26 cobrando. Lit. heredando.
- 14:13 sepulcro. Lit. Seol.
- 15:2 ni da respuestas en el aire. Lit. llena su vientre con el viento del este.
- 15:16 tiene sed del mal. Lit. bebe como agua el mal.
- 15:23 rumbo … buitres. Alt. rumbo, en busca de alimento.
- 16:2 el consuelo … desastre. Lit. son consoladores de calamidad.
- 16:7 ha exterminado; Lit. tú has exterminado.
- 16:8 me tiene acorralado; Lit. tú me tienes acorralado.
- 16:15 enterrada la frente. Lit. enterrado mi cuerno.
- 16:20 Mi intercesor es mi amigo. Alt. Mis amigos me tratan con burlas.
- 17:13 los dominios de la muerte. Lit. el Seol.
- 17:16 los dominios de la muerte. Lit. las puertas del Seol.
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