»Clama, si quieres, pero ¿habrá quien te responda?
    ¿A cuál de los seres angelicales[a] te dirigirás?
El resentimiento mata a los necios;
    la envidia mata a los insensatos.
Yo mismo he visto al necio echar raíces,
    pero de pronto su casa fue maldecida.[b]
Sus hijos distan mucho de estar a salvo;
    en el tribunal son oprimidos y nadie los defiende.
Los hambrientos se comen su cosecha,
    y la recogen de entre las espinas;
    los sedientos se beben sus riquezas.
Y aunque las penas no brotan del suelo,
    ni los sufrimientos provienen de la tierra,
con todo, el hombre nace para sufrir,
    tan cierto como que las chispas vuelan.

»Si se tratara de mí, yo apelaría a Dios;
    ante él expondría mi caso.
Él realiza maravillas insondables,
    portentos que no pueden contarse.
10 Él derrama lluvia sobre la tierra
    y envía agua sobre los campos.
11 Él enaltece a los humildes
    y da seguridad a los enlutados.
12 Él deshace las maquinaciones de los astutos,
    para que no prospere la obra de sus manos.
13 Él atrapa a los sabios en su propia astucia,
    y desbarata los planes de los malvados.
14 De día estos se topan con las tinieblas;
    a plena luz andan a tientas, como si fuera de noche.
15 Pero a los menesterosos los salva
    de la opresión de los poderosos
    y de su lengua viperina.
16 Así es como los pobres recobran la esperanza
    y a la injusticia se le tapa la boca.

17 »¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige!
    No menosprecies la disciplina del Todopoderoso.
18 Porque él hiere, pero venda la herida;
    golpea, pero sana con sus manos.
19 De seis aflicciones te rescatará
    y la séptima no te causará ningún daño.
20 Cuando haya hambre, te salvará de la muerte;
    cuando haya guerra, te librará de la espada.
21 Estarás a salvo del latigazo de la lengua,
    y no temerás cuando venga la destrucción.
22 Te burlarás de la destrucción y del hambre,
    y no temerás a las bestias salvajes,
23 pues harás un pacto con las piedras del campo
    y las bestias salvajes estarán en paz contigo.
24 Reconocerás tu casa como lugar seguro;
    contarás tu ganado y ni un solo animal faltará.
25 Llegarás a tener muchos hijos,
    y descendientes como la hierba del campo.
26 Llegarás al sepulcro anciano, pero vigoroso,
    como las gavillas que se recogen a tiempo.

27 »Esto lo hemos examinado y es verdad.
    Así que escúchalo y compruébalo tú mismo».

Segundo discurso de Job

A esto Job respondió:

«¡Cómo quisiera que mi angustia se pesara
    y se pusiera en la balanza, junto con mi desgracia!
¡De seguro pesarían más que la arena de los mares!
    ¡Por algo mis palabras son tan impetuosas!
Las saetas del Todopoderoso me han herido,
    y mi espíritu absorbe su veneno.
    ¡Dios ha enviado sus terrores contra mí!
¿Rebuzna el asno salvaje si tiene hierba?
    ¿Muge el buey si tiene forraje?
¿Puede comerse sin sal la comida desabrida?
    ¿Tiene algún sabor la clara de huevo?[c]
Mi paladar se niega a probarla;
    ¡esa comida me enferma!

»¡Ah, si Dios me concediera lo que pido!
    ¡Si Dios me otorgara lo que anhelo!
¡Ah, si Dios se decidiera a destrozarme por completo,
    a descargar su mano sobre mí y aniquilarme!
10 Aun así me quedaría este consuelo,
    esta alegría en medio de mi implacable dolor:
    ¡el no haber negado las palabras del Dios Santo!

11 »¿Qué fuerzas me quedan para seguir esperando?
    ¿Qué fin me espera para querer vivir?
12 ¿Tengo acaso la fuerza de la roca?
    ¿Acaso tengo piel de bronce?
13 ¿Cómo puedo valerme por mí mismo,
    si me han quitado todos mis recursos?

14 »Al amigo que sufre no se le niega la lealtad,[d]
    aunque se haya apartado del temor al Todopoderoso.
15 Pero mis hermanos me traicionan como un torrente;
    como corrientes de arroyos que desaparecen:
16 se enturbian cuando el hielo se derrite;
    se ensanchan al derretirse la nieve,
17 pero dejan de fluir durante las sequías;
    en pleno calor desaparecen de sus lechos.
18 Las caravanas se apartan de sus rutas;
    se encaminan al desierto y allí mueren.
19 Las caravanas de Temá van en busca de agua,
    los mercaderes de Sabá abrigan esperanzas.
20 Se desaniman, a pesar de su confianza;
    llegan allí y se quedan frustrados.
21 Lo mismo pasa con ustedes:
    ¡ven algo espantoso y se asustan!
22 ¿Acaso les he pedido que me den algo
    o que paguen con su dinero mi rescate?
23 ¿Acaso les he pedido que me libren de mi enemigo
    o que me rescaten de las garras de los opresores?

24 »Instrúyanme y me quedaré callado;
    muéstrenme en qué estoy equivocado.
25 ¡Qué dolorosas son las palabras justas!
    ¡Pero los argumentos de ustedes, qué pretenden probar!
26 ¿Pretenden ustedes corregir lo que digo
    y tratar mis palabras desesperadas como si fueran viento?
27 ¡Ustedes echarían suertes hasta por un huérfano
    y venderían a su amigo por cualquier cosa!

28 »Tengan la bondad de mirarme a los ojos.
    ¿Creen que les mentiría en su propia cara?
29 Reflexionen, no sean injustos;
    reflexionen, que en esto radica mi integridad.
30 ¿Acaso hay malicia en mi lengua?
    ¿No puede mi paladar discernir la maldad?

»¿No tenemos todos una obligación en este mundo?
    ¿No son nuestros días como los de un jornalero?
Como el esclavo que espera con ansias la noche,
    como el jornalero que ansioso espera su paga,
meses enteros he vivido en vano;
    me han tocado noches de miseria.
Me acuesto y pienso:
    “¿Cuánto falta para que amanezca?”.
La noche se me hace interminable;
    me canso de dar vueltas en la cama hasta el amanecer.
Tengo el cuerpo cubierto de gusanos y de costras;
    la piel se me rasga y me supura.

»Mis días se van más veloces que una lanzadera,
    y sin esperanza alguna llegan a su fin.
Recuerda, oh Dios, que mi vida es un suspiro;
    que ya no verán mis ojos la felicidad.
Los ojos que hoy me ven no me verán mañana;
    pondrás en mí tus ojos, pero ya no existiré.
Como nubes que se diluyen y se pierden,
    los que bajan a los dominios de la muerte[e] ya no vuelven a subir.
10 Nunca más regresan a su casa;
    desaparecen de su lugar.

11 »Por lo que a mí toca, no guardaré silencio;
    la angustia de mi espíritu me lleva a hablar,
    la amargura en que vivo me obliga a protestar.
12 ¿Soy acaso el mar o el monstruo marino,
    para que me pongas bajo vigilancia?
13 Cuando pienso que en mi lecho hallaré consuelo
    o encontraré alivio a mi queja,
14 aun allí me infundes miedo en mis sueños;
    ¡me aterras con visiones!
15 ¡Preferiría que me estrangularan
    a seguir viviendo en este cuerpo!
16 Tengo en poco mi vida; no quiero vivir para siempre.
    ¡Déjame en paz, que mi vida no tiene sentido!

17 »¿Qué es el hombre a quien das tanta importancia,
    que tanta atención le concedes,
18 que cada mañana examinas
    y a toda hora lo pones a prueba?
19 Aparta de mí la mirada;
    ¡déjame al menos tragar saliva!
20 Si he pecado, ¿en qué te afecta,
    vigilante de los mortales?
¿Por qué te ensañas conmigo?
    ¿Acaso te soy una carga?[f]
21 ¿Por qué no me perdonas mis pecados?
    ¿Por qué no pasas por alto mi maldad?
Un poco más y yaceré en el polvo;
    me buscarás, pero habré dejado de existir».

Primer discurso de Bildad

A esto respondió Bildad de Súah:

«¿Hasta cuándo seguirás hablando así?
    ¡Tus palabras son un viento huracanado!
¿Acaso Dios pervierte la justicia?
    ¿Acaso tuerce el derecho el Todopoderoso?
Si tus hijos pecaron contra Dios,
    él les dio lo que su pecado merecía.
Pero si tú buscas a Dios,
    si diriges tu súplica al Todopoderoso,
y si eres puro e intachable,
    él saldrá en tu defensa[g]
    y te restablecerá en el lugar que te corresponde.
Modestas parecerán tus primeras riquezas,
    comparadas con tu prosperidad futura.

»Pregunta a las generaciones pasadas;
    averigua lo que descubrieron sus antepasados.
Nosotros nacimos ayer y nada sabemos;
    nuestros días en este mundo son como una sombra.
10 Pero ellos te instruirán, te lo harán saber;
    compartirán contigo su experiencia.
11 ¿Puede crecer el papiro donde no hay pantano?
    ¿Pueden crecer los juncos donde no hay agua?
12 Aunque estén floreciendo y nadie los haya cortado,
    se marchitan antes que otra hierba.
13 Tal es el destino de los que se olvidan de Dios;
    así termina la esperanza de los impíos.
14 Muy frágiles[h] son sus esperanzas;
    han puesto su confianza en una telaraña.
15 No podrán sostenerse cuando se apoyen en ella;
    no quedarán en pie cuando se prendan de sus hilos.
16 Son como plantas frondosas expuestas al sol,
    que extienden sus ramas por todo el jardín:
17 hunden sus raíces en torno a un montón de piedras
    y buscan arraigarse entre ellas.
18 Pero si las arrancan de su sitio,
    ese lugar negará haberlas visto.
19 ¡Así termina su alegría de vivir
    y del suelo brotan otras plantas!

20 »Dios no rechaza a quien es íntegro
    ni brinda su apoyo a quien hace el mal.
21 Pondrá de nuevo risas en tu boca
    y gritos de alegría en tus labios.
22 Tus enemigos se cubrirán de vergüenza
    y desaparecerán las moradas de los malvados».

Footnotes

  1. 5:1 seres angelicales. Lit. santos.
  2. 5:3 fue maldecida. Lit. yo maldije.
  3. 6:6 la clara de huevo. Alt. el suero del queso, o el jugo de malva.
  4. 6:14 Al amigo … lealtad (lectura probable); para el desahuciado hay lealtad de su amigo (TM).
  5. 7:9 bajan … muerte. Lit. bajan al Seol.
  6. 7:20 ¿Acaso te soy una carga? (LXX, mss. hebreos y una tradición rabínica); Me he vuelto una carga para mí mismo (TM).
  7. 8:6 saldrá en tu defensa. Alt. velará por ti.
  8. 8:14 frágiles. Palabra de difícil traducción.

Llama ahora, ¿habrá quién te responda?
¿Y a cuál de los santos(A) te volverás?
Porque el enojo mata al insensato,
y la ira da muerte al necio(B).
Yo he visto al insensato echar raíces(C),
y al instante maldije su morada(D).
Sus hijos no tienen seguridad alguna(E),
aun en la puerta son oprimidos[a],
y no hay quien los libre.
Su[b] cosecha devoran los hambrientos,
la toman aun de entre los espinos,
y el intrigante[c](F) ansía su riqueza.
Porque la aflicción(G) no viene del polvo,
ni brota el infortunio de la tierra;
porque el hombre nace para la aflicción(H),
como las chispas vuelan hacia arriba.

Pero yo buscaría a Dios,
y delante de Dios presentaría mi causa(I);
Él hace cosas grandes e inescrutables,
maravillas[d] sin número(J).
10 Él da la lluvia sobre la faz de la tierra,
y envía las aguas sobre[e] los campos(K).
11 Para poner en alto a los humildes,
y a los que lloran levantarlos a lugar seguro(L),
12 Él frustra las tramas de los astutos(M),
para que sus manos no tengan éxito.
13 Él prende a los sabios en su propia astucia(N),
y el consejo de los sagaces pronto se frustra.
14 De día tropiezan con las tinieblas,
y a mediodía andan a tientas como de noche(O).
15 Pero Él salva al pobre de la espada, de sus bocas(P)
y de la mano del poderoso(Q).
16 El desamparado, pues, tiene esperanza,
y la injusticia tiene que cerrar su boca(R).

17 He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende(S);
no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso[f](T).
18 Porque Él inflige dolor, pero da alivio[g];
Él hiere, pero sus manos también sanan(U).
19 De[h] seis aflicciones te librará(V),
y en siete no te tocará el mal(W).
20 En el hambre te salvará de la muerte(X),
y en la guerra del poder de la espada(Y).
21 Estarás a cubierto del azote de la lengua(Z),
y no temerás la violencia cuando venga(AA).
22 De la violencia y del hambre te reirás(AB),
y no temerás a las fieras de la tierra(AC).
23 Pues con las piedras del campo harás tu alianza,
y las fieras del campo estarán en paz contigo(AD).
24 Y sabrás que tu tienda está segura[i],
porque visitarás tu morada y no temerás pérdida alguna(AE).
25 También sabrás que tu descendencia[j] será numerosa(AF),
y tus vástagos como la hierba de la tierra(AG).
26 En pleno vigor llegarás al sepulcro(AH),
como se hacinan las gavillas a su tiempo.
27 He aquí, esto lo hemos examinado, y así es;
óyelo, y conócelo para tu bien[k].

Respuesta de Job a Elifaz

Entonces respondió Job y dijo:

¡Oh, si pudiera pesarse mi sufrimiento,
y ponerse en la balanza junto con mi calamidad(AI)!
Porque pesarían(AJ) ahora más que la arena de los mares:
por eso mis palabras han sido precipitadas.
Porque las flechas del Todopoderoso[l] están clavadas en mí(AK),
cuyo veneno bebe mi espíritu(AL),
y contra mí se juntan[m] los terrores de Dios(AM).
¿Acaso rebuzna el asno montés junto a[n] su hierba(AN),
o muge el buey junto a[o] su forraje?
¿Se come sin sal lo insípido,
o hay gusto en la clara del huevo[p]?
Mi alma se niega a tocar estas cosas;
son para mí alimento repugnante(AO).

¡Quién me diera que mi petición se cumpliera,
que Dios me concediera mi anhelo,
que Dios consintiera en aplastarme,
que soltara su mano y acabara conmigo(AP)!
10 Mas aún es mi consuelo,
y me regocijo en el dolor sin tregua,
que no he negado[q] las palabras del Santo(AQ).
11 ¿Cuál es mi fuerza, para que yo espere,
y cuál es mi fin, para que yo resista[r](AR)?
12 ¿Es mi fuerza la fuerza de las piedras,
o es mi carne de bronce?
13 ¿Es que mi ayuda(AS) no está dentro de mí,
y está alejado de mí todo auxilio[s](AT)?

14 Para el abatido(AU), debe haber compasión de parte de su amigo;
no sea que abandone el temor[t] del Todopoderoso[u](AV).
15 Mis hermanos han obrado engañosamente como un torrente[v],
como las corrientes de los arroyos que se desvanecen(AW),
16 que a causa del hielo están turbios
y en los que la nieve se derrite[w].
17 Cuando se quedan sin agua, están silenciosos[x],
cuando hace calor, desaparecen de su lugar(AX).
18 Serpentean las sendas de su curso,
se evaporan en la nada y perecen[y].
19 Las caravanas de Temán(AY) los buscaron[z],
los viajeros de Sabá(AZ) contaban con ellos.
20 Quedaron frustrados[aa] porque habían confiado,
llegaron allí y fueron confundidos(BA).
21 Ciertamente, así sois vosotros ahora,
veis algo aterrador y os espantáis(BB).
22 ¿Acaso he dicho: «Dadme algo»,
«De vuestra riqueza ofrecedme un soborno»,
23 «Libradme de la mano del adversario»,
o: «Rescatadme de la mano de los tiranos»?

24 Instruidme, y yo callaré(BC);
mostradme en qué he errado.
25 ¡Cuán dolorosas son las palabras sinceras!
Pero ¿qué prueba vuestro argumento?
26 ¿Pensáis censurar mis palabras,
cuando las palabras del desesperado se las lleva el[ab] viento(BD)?
27 Aun echaríais suerte(BE) sobre los huérfanos(BF),
y especularíais con vuestro amigo(BG).
28 Y ahora, tratad de mirarme
y ved si miento(BH) en vuestra cara.
29 Desistid, por favor; que no haya injusticia;
sí, desistid; en ello está aún mi justicia(BI).
30 ¿Acaso hay injusticia en mi lengua?
¿No puede mi paladar discernir calamidades(BJ)?

Miserias de la vida

¿No está el hombre obligado a trabajar[ac] sobre la tierra(BK)?
¿No son sus días como los días de un jornalero(BL)?
Como esclavo que suspira por la sombra,
y como jornalero que espera con ansias su paga,
así me han dado en herencia meses inútiles,
y noches de aflicción me han asignado(BM).
Cuando me acuesto, digo:
«¿Cuándo me levantaré?».
Pero la noche sigue,
y estoy dando[ad] vueltas continuamente hasta el amanecer(BN).
Mi carne está cubierta de gusanos y de una costra de tierra;
mi piel se endurece y supura(BO).
Mis días pasan más veloces que la lanzadera(BP),
y llegan a su fin sin esperanza(BQ).

Recuerda, oh Dios, que mi vida es un soplo(BR),
mis ojos no volverán a ver el bien(BS).
El ojo del que me ve no me verá más(BT);
tus ojos estarán sobre mí, pero yo no existiré(BU).
Como una nube se desvanece y pasa(BV),
así el que desciende(BW) al Seol[ae](BX) no subirá;
10 no volverá más a su casa,
ni su lugar lo verá más(BY).

11 Por tanto, no refrenaré mi boca,
hablaré en la angustia de mi espíritu,
me quejaré en la amargura de mi alma(BZ).
12 ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino(CA),
para que me pongas guardia?
13 Si digo: «Mi cama me consolará,
mi lecho atenuará[af] mi queja(CB)»,
14 entonces tú me asustas con sueños
y me aterrorizas con visiones;
15 mi alma, pues, escoge la asfixia,
la muerte, en lugar de mis dolores[ag].
16 Languidezco[ah]; no he de vivir para siempre(CC).
Déjame solo, pues mis días son un soplo(CD).
17 ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas,
para que te preocupes por[ai] él(CE),
18 para que lo examines cada mañana,
y a cada momento lo pongas a prueba(CF)?
19 ¿Nunca[aj] apartarás de mí tu mirada,
ni me dejarás solo(CG) hasta que trague mi saliva?
20 ¿He pecado(CH)? ¿Qué te he hecho a ti,
oh guardián de los hombres(CI)?
¿Por qué has hecho de mí tu blanco,
de modo que soy una carga para mí mismo?
21 Entonces, ¿por qué no perdonas mi transgresión
y quitas mi iniquidad(CJ)?
Porque ahora dormiré en el polvo(CK);
y tú me buscarás, pero ya no existiré(CL).

Discurso de Bildad

Entonces respondió Bildad suhita, y dijo:

¿Hasta cuándo hablarás estas cosas,
y serán viento impetuoso las palabras de tu boca(CM)?
¿Acaso tuerce Dios la justicia
o tuerce el Todopoderoso[ak] lo que es justo(CN)?
Si tus hijos pecaron contra Él,
entonces Él los entregó al poder[al] de su transgresión(CO).
Si tú buscaras a Dios
e imploraras la misericordia del Todopoderoso[am](CP),
si fueras puro y recto,
ciertamente Él se despertaría ahora en tu favor(CQ)
y restauraría tu justa condición[an](CR).
Aunque tu principio haya sido insignificante,
con todo, tu final aumentará sobremanera(CS).

Pregunta, te ruego, a las generaciones pasadas,
y considera las cosas escudriñadas por sus padres(CT).
Porque nosotros somos de ayer y nada sabemos,
pues nuestros días sobre la tierra son como una sombra(CU).
10 ¿No te instruirán ellos y te hablarán,
y de sus corazones sacarán palabras?

11 ¿Puede crecer el papiro sin cenagal?
¿Puede el junco crecer sin agua?
12 Estando aún verde y sin cortar,
con todo, se seca antes que cualquier otra planta[ao].
13 Así son las sendas de todos los que se olvidan de Dios(CV),
y la esperanza del impío perecerá(CW),
14 porque es frágil su confianza,
y una tela[ap] de araña(CX) su seguridad.
15 Confía[aq] en su casa, pero esta no se sostiene;
se aferra a ella, pero esta no perdura(CY).
16 Crece con vigor[ar] delante del sol(CZ),
y sus renuevos brotan sobre su jardín(DA).
17 Sus raíces se entrelazan sobre un montón de rocas;
vive en[as] una casa de piedras.
18 Si se le arranca[at] de su lugar,
este le negará, diciendo: «Nunca te vi(DB)».
19 He aquí, este es el gozo(DC) de su camino[au];
y del polvo brotarán otros.
20 He aquí, Dios no rechaza al íntegro[av](DD),
ni sostiene a[aw] los malhechores(DE).
21 Aún ha de llenar de risa tu boca,
y tus labios de gritos de júbilo(DF).
22 Los que te odian serán cubiertos de vergüenza(DG),
y la tienda de los impíos no existirá más(DH).

Footnotes

  1. Job 5:4 Lit., aplastados
  2. Job 5:5 Lit., Cuya
  3. Job 5:5 Algunas versiones antiguas dicen: sediento
  4. Job 5:9 O, milagros
  5. Job 5:10 Lit., sobre la faz de
  6. Job 5:17 Heb., Shaddai
  7. Job 5:18 Lit., venda
  8. Job 5:19 Lit., En
  9. Job 5:24 O, en paz
  10. Job 5:25 Lit., simiente
  11. Job 5:27 Lit., para ti
  12. Job 6:4 Heb., Shaddai
  13. Job 6:4 O, se colocan en línea de batalla
  14. Job 6:5 O, sobre
  15. Job 6:5 O, sobre
  16. Job 6:6 Heb., rir halamut, de significado incierto; quizá el jugo de una planta
  17. Job 6:10 Lit., ocultado
  18. Job 6:11 Lit., prolongue mi alma
  19. Job 6:13 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., éxito o sabiduría
  20. Job 6:14 O, la reverencia
  21. Job 6:14 Heb., Shaddai
  22. Job 6:15 O, arroyo
  23. Job 6:16 Lit., se esconde
  24. Job 6:17 O, cesan
  25. Job 6:18 O, Caravanas se desvían de su curso, suben a lo desolado y perecen
  26. Job 6:19 Lit., miraron
  27. Job 6:20 Lit., avergonzados
  28. Job 6:26 Lit., al
  29. Job 7:1 Lit., No tiene el hombre trabajo forzado
  30. Job 7:4 Lit., estoy harto de dar
  31. Job 7:9 I.e., región de los muertos
  32. Job 7:13 Lit., soportará
  33. Job 7:15 Lit., huesos
  34. Job 7:16 O, Aborrezco
  35. Job 7:17 Lit., pongas tu corazón en
  36. Job 7:19 Lit., ¿Hasta cuándo no
  37. Job 8:3 Heb., Shaddai
  38. Job 8:4 Lit., en mano
  39. Job 8:5 Heb., Shaddai
  40. Job 8:6 Lit., justo lugar
  41. Job 8:12 Lit., hierba
  42. Job 8:14 Lit., casa
  43. Job 8:15 Lit., Se apoya
  44. Job 8:16 Lit., Es exuberante
  45. Job 8:17 Lit., ve
  46. Job 8:18 Lit., es tragado
  47. Job 8:19 I.e., del camino de Dios
  48. Job 8:20 O, perfecto
  49. Job 8:20 Lit., ni fortalece la mano de

Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda?

¿Y a cuál de los santos te volverás?

Es cierto que al necio lo mata la ira,

Y al codicioso lo consume la envidia.

Yo he visto al necio que echaba raíces,

Y en la misma hora maldije su habitación.

Sus hijos estarán lejos de la seguridad;

En la puerta serán quebrantados,

Y no habrá quién los libre.

Su mies comerán los hambrientos,

Y la sacarán de entre los espinos,

Y los sedientos beberán su hacienda.

Porque la aflicción no sale del polvo,

Ni la molestia brota de la tierra.

Pero como las chispas se levantan para volar por el aire,

Así el hombre nace para la aflicción.

Ciertamente yo buscaría a Dios,

Y encomendaría a él mi causa;

El cual hace cosas grandes e inescrutables,

Y maravillas sin número;

10 Que da la lluvia sobre la faz de la tierra,

Y envía las aguas sobre los campos;

11 Que pone a los humildes en altura,

Y a los enlutados levanta a seguridad;

12 Que frustra los pensamientos de los astutos,

Para que sus manos no hagan nada;

13 Que prende a los sabios en la astucia de ellos,(A)

Y frustra los designios de los perversos.

14 De día tropiezan con tinieblas,

Y a mediodía andan a tientas como de noche.

15 Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos,

Y de la mano violenta;

16 Pues es esperanza al menesteroso,

Y la iniquidad cerrará su boca.

17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga;

Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.(B)

18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará;

Él hiere, y sus manos curan.

19 En seis tribulaciones te librará,

Y en la séptima no te tocará el mal.

20 En el hambre te salvará de la muerte,

Y del poder de la espada en la guerra.

21 Del azote de la lengua serás encubierto;

No temerás la destrucción cuando viniere.

22 De la destrucción y del hambre te reirás,

Y no temerás de las fieras del campo;

23 Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto,

Y las fieras del campo estarán en paz contigo.

24 Sabrás que hay paz en tu tienda;

Visitarás tu morada, y nada te faltará.

25 Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha,

Y tu prole como la hierba de la tierra.

26 Vendrás en la vejez a la sepultura,

Como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.

27 He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así;

Óyelo, y conócelo tú para tu provecho.

Job reprocha la actitud de sus amigos

Respondió entonces Job, y dijo:

¡Oh, que pesasen justamente mi queja y mi tormento,

Y se alzasen igualmente en balanza!

Porque pesarían ahora más que la arena del mar;

Por eso mis palabras han sido precipitadas.

Porque las saetas del Todopoderoso están en mí,

Cuyo veneno bebe mi espíritu;

Y terrores de Dios me combaten.

¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba?

¿Muge el buey junto a su pasto?

¿Se comerá lo desabrido sin sal?

¿Habrá gusto en la clara del huevo?

Las cosas que mi alma no quería tocar,

Son ahora mi alimento.

¡Quién me diera que viniese mi petición,

Y que me otorgase Dios lo que anhelo,

Y que agradara a Dios quebrantarme;

Que soltara su mano, y acabara conmigo!

10 Sería aún mi consuelo,

Si me asaltase con dolor sin dar más tregua,

Que yo no he escondido las palabras del Santo.

11 ¿Cuál es mi fuerza para esperar aún?

¿Y cuál mi fin para que tenga aún paciencia?

12 ¿Es mi fuerza la de las piedras,

O es mi carne de bronce?

13 ¿No es así que ni aun a mí mismo me puedo valer,

Y que todo auxilio me ha faltado?

14 El atribulado es consolado por su compañero;

Aun aquel que abandona el temor del Omnipotente.

15 Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente;

Pasan como corrientes impetuosas

16 Que están escondidas por la helada,

Y encubiertas por la nieve;

17 Que al tiempo del calor son deshechas,

Y al calentarse, desaparecen de su lugar;

18 Se apartan de la senda de su rumbo,

Van menguando, y se pierden.

19 Miraron los caminantes de Temán,

Los caminantes de Sabá esperaron en ellas;

20 Pero fueron avergonzados por su esperanza;

Porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.

21 Ahora ciertamente como ellas sois vosotros;

Pues habéis visto el tormento, y teméis.

22 ¿Os he dicho yo: Traedme,

Y pagad por mí de vuestra hacienda;

23 Libradme de la mano del opresor,

Y redimidme del poder de los violentos?

24 Enseñadme, y yo callaré;

Hacedme entender en qué he errado.

25 ¡Cuán eficaces son las palabras rectas!

Pero ¿qué reprende la censura vuestra?

26 ¿Pensáis censurar palabras,

Y los discursos de un desesperado, que son como el viento?

27 También os arrojáis sobre el huérfano,

Y caváis un hoyo para vuestro amigo.

28 Ahora, pues, si queréis, miradme,

Y ved si digo mentira delante de vosotros.

29 Volved ahora, y no haya iniquidad;

Volved aún a considerar mi justicia en esto.

30 ¿Hay iniquidad en mi lengua?

¿Acaso no puede mi paladar discernir las cosas inicuas?

Job argumenta contra Dios

¿No es acaso brega la vida del hombre sobre la tierra,

Y sus días como los días del jornalero?

Como el siervo suspira por la sombra,

Y como el jornalero espera el reposo de su trabajo,

Así he recibido meses de calamidad,

Y noches de trabajo me dieron por cuenta.

Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré?

Mas la noche es larga, y estoy lleno de inquietudes hasta el alba.

Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo;

Mi piel hendida y abominable.

Y mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor,

Y fenecieron sin esperanza.

Acuérdate que mi vida es un soplo,

Y que mis ojos no volverán a ver el bien.

Los ojos de los que me ven, no me verán más;

Fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser.

Como la nube se desvanece y se va,

Así el que desciende al Seol no subirá;

10 No volverá más a su casa,

Ni su lugar le conocerá más.

11 Por tanto, no refrenaré mi boca;

Hablaré en la angustia de mi espíritu,

Y me quejaré con la amargura de mi alma.

12 ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino,

Para que me pongas guarda?

13 Cuando digo: Me consolará mi lecho,

Mi cama atenuará mis quejas;

14 Entonces me asustas con sueños,

Y me aterras con visiones.

15 Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación,

Y quiso la muerte más que mis huesos.

16 Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre;

Déjame, pues, porque mis días son vanidad.

17 ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas,

Y para que pongas sobre él tu corazón,(C)

18 Y lo visites todas las mañanas,

Y todos los momentos lo pruebes?

19 ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada,

Y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?

20 Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres?

¿Por qué me pones por blanco tuyo,

Hasta convertirme en una carga para mí mismo?

21 ¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad?

Porque ahora dormiré en el polvo,

Y si me buscares de mañana, ya no existiré.

Bildad proclama la justicia de Dios

Respondió Bildad suhita, y dijo:

¿Hasta cuándo hablarás tales cosas,

Y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso?

¿Acaso torcerá Dios el derecho,

O pervertirá el Todopoderoso la justicia?

Si tus hijos pecaron contra él,

Él los echó en el lugar de su pecado.

Si tú de mañana buscares a Dios,

Y rogares al Todopoderoso;

Si fueres limpio y recto,

Ciertamente luego se despertará por ti,

Y hará próspera la morada de tu justicia.

Y aunque tu principio haya sido pequeño,

Tu postrer estado será muy grande.

Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas,

Y disponte para inquirir a los padres de ellas;

Pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos,

Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.

10 ¿No te enseñarán ellos, te hablarán,

Y de su corazón sacarán palabras?

11 ¿Crece el junco sin lodo?

¿Crece el prado sin agua?

12 Aun en su verdor, y sin haber sido cortado,

Con todo, se seca primero que toda hierba.

13 Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios;

Y la esperanza del impío perecerá;

14 Porque su esperanza será cortada,

Y su confianza es tela de araña.

15 Se apoyará él en su casa, mas no permanecerá ella en pie;

Se asirá de ella, mas no resistirá.

16 A manera de un árbol está verde delante del sol,

Y sus renuevos salen sobre su huerto;

17 Se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente,

Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.

18 Si le arrancaren de su lugar,

Este le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.

19 Ciertamente este será el gozo de su camino;

Y del polvo mismo nacerán otros.

20 He aquí, Dios no aborrece al perfecto,

Ni apoya la mano de los malignos.

21 Aún llenará tu boca de risa,

Y tus labios de júbilo.

22 Los que te aborrecen serán vestidos de confusión;

Y la habitación de los impíos perecerá.