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27-28 Para él el hierro es como paja, y el bronce como palo podrido. Las flechas no lo ahuyentan. Las piedras de honda son tan inútiles como paja. 29 Los garrotes de nada sirven y él se ríe de las jabalinas que lanzan. 30 Tiene el vientre cubierto de escamas como cascos agudos; ¡se arrastra por la tierra como un rodillo de aplanar!

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28 No lo hacen huir las flechas;
    ve como paja las piedras de las hondas.
29 Al mazo lo considera paja;
    se burla del silbido de la jabalina.
30 Sus costados son dentados tiestos
    que en el fango van dejando huellas de rastrillos.

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28 (20) Las flechas no lo hacen huir;
lanzarle piedras es como lanzarle paja.
29 (21) Un golpe de mazo le es como un golpe de caña;
se ríe al oír silbar las jabalinas.
30 (22) Cuando se arrastra, abre surcos en el barro,
como si lo hiciera con afilados trillos.

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