37 »Al llegar a este punto,[a] mi corazón se acelera
    como si fuera a salírseme del pecho.
¡Escucha, escucha el estruendo de su voz,
    el ruido estrepitoso que sale de su boca!
Lanza sus rayos bajo el cielo entero;
    su resplandor, hasta los confines de la tierra.
Sigue luego el rugido majestuoso de su voz;
    ¡ella resuena y no retiene sus rayos!
Dios hace tronar su voz
    y se producen maravillas:
¡Dios hace grandes cosas
    que rebasan nuestra comprensión!
A la nieve ordena: “¡Cae sobre la tierra!”,
    y a la lluvia: “¡Muestra tu poder!”.
Detiene la actividad humana
    para que todos reconozcan sus obras.
Los animales buscan abrigo
    y se quedan en sus cuevas.
De las constelaciones del sur viene la tempestad;
    de los vientos del norte, el frío.
10 Por el aliento de Dios se forma el hielo
    y se congelan las masas de agua.
11 Con agua de lluvia carga las nubes
    y lanza sus relámpagos desde ellas;
12 y estas van de un lado a otro,
    por toda la faz de la tierra,
    dispuestas a cumplir sus mandatos.
13 Por su bondad, hace que vengan las nubes,
    ya sea para castigar o para bendecir.[b]

14 »Escucha esto, Job,
    ponte a pensar en las maravillas de Dios.
15 ¿Sabes cómo controla Dios las nubes
    y cómo hace que su relámpago deslumbre?
16 ¿Sabes cómo las nubes,
    maravillas del conocimiento perfecto,[c]
    se mantienen suspendidas?
17 Tú, que te sofocas de calor entre tus ropas
    cuando la tierra dormita bajo el viento del sur,
18 ¿puedes ayudarle a extender los cielos,
    sólidos como espejo de bronce bruñido?

19 »Haznos saber qué debemos responderle,
    pues debido a nuestra ignorancia[d]
    no tenemos argumentos.
20 ¿Le haré saber que estoy pidiendo la palabra?
    ¿Quién se atreve a hablar para ser destruido?
21 No hay quien pueda mirar al sol brillante
    después de que el viento ha despejado los cielos.
22 Un dorado resplandor viene del norte;
    ¡viene Dios, envuelto en terrible majestad!
23 El Todopoderoso no está a nuestro alcance;
    excelso es su poder.
Grandes son su justicia y rectitud;
    ¡a nadie oprime!
24 Por eso le temen los mortales,
    porque él no toma en cuenta a los sabios de corazón».[e]

Respuesta de Dios

38 El Señor respondió a Job desde la tempestad. Le dijo:

«¿Quién es este, que oscurece mi consejo
    con palabras carentes de sentido?
Prepárate a hacerme frente;[f]
    yo voy a interrogarte
    y tú me responderás.

»¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra?
    ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!
¡Seguramente sabes quién estableció sus dimensiones
    y quién tendió sobre ella la cinta de medir!
¿Sobre qué están puestos sus cimientos,
    o quién puso su piedra angular
mientras cantaban a coro las estrellas matutinas
    y todos los ángeles[g] gritaban de alegría?

»¿Quién encerró el mar tras sus compuertas
    cuando este brotó del vientre de la tierra?
¿O cuando lo arropé con las nubes
    y lo envolví en densas tinieblas?
10 ¿O cuando establecí sus límites
    y en sus compuertas coloqué cerrojos?
11 ¿O cuando le dije: “Solo hasta aquí puedes llegar;
    de aquí no pasarán tus orgullosas olas”?

12 »¿Alguna vez en tu vida has dado órdenes a la mañana
    o has hecho saber a la aurora su lugar,
13 para que tomen la tierra por sus extremos
    y sacudan de ella a los malvados?
14 La tierra adquiere forma, como arcilla bajo un sello;
    sus rasgos resaltan como los de un vestido.
15 Los malvados son privados de su luz
    y es quebrantado su altanero brazo.

16 »¿Has viajado hasta las fuentes del océano
    o recorrido los rincones del abismo?
17 ¿Te han mostrado las puertas de la muerte?
    ¿Has visto las puertas de la densa oscuridad?[h]
18 ¿Tienes idea de cuán ancha es la tierra?
    Si de veras sabes todo esto, ¡dalo a conocer!

19 »¿Qué camino lleva a la morada de la luz?
    ¿En qué lugar se encuentran las tinieblas?
20 ¿Puedes acaso llevarlas a sus linderos?
    ¿Conoces el camino a sus moradas?
21 ¡Con toda seguridad lo sabes,
    pues para entonces ya habrías nacido!
    ¡Son tantos los años que has vivido!

22 »¿Has llegado a visitar
    los depósitos de nieve y de granizo,
23 que guardo para tiempos de angustia,
    cuando se libran guerras y batallas?
24 ¿Qué camino lleva adonde la luz se dispersa
    o adonde los vientos del este
    se desatan sobre la tierra?
25 ¿Quién abre el canal para las lluvias torrenciales
    y da paso a la tormenta,
26 para regar regiones despobladas,
    desiertos donde nadie vive,
27 para saciar la sed del yermo desolado
    y hacer que en él brote la hierba?
28 ¿Acaso la lluvia tiene padre?
    ¿Ha engendrado alguien las gotas de rocío?
29 ¿De qué vientre nace el hielo?
    ¿Quién da a luz la escarcha de los cielos?
30 ¡Las aguas se endurecen como rocas
    y la faz del mar profundo se congela!

31 »¿Acaso puedes atar los lazos de las Pléyades
    o desatar las cuerdas que sujetan al Orión?
32 ¿Puedes hacer que las constelaciones salgan[i] a tiempo?
    ¿Puedes guiar a la Osa Mayor y a la Menor?[j]
33 ¿Conoces las leyes que rigen los cielos?
    ¿Puedes establecer mi[k] dominio sobre la tierra?

34 »¿Puedes elevar tu voz hasta las nubes
    para que te cubran aguas torrenciales?
35 ¿Eres tú quien señala el curso de los rayos?
    ¿Acaso te responden: “Estamos a tus órdenes”?
36 ¿Quién infundió sabiduría al corazón
    o dio inteligencia a la mente?[l]
37 ¿Quién tiene sabiduría para contar las nubes?
    ¿Quién puede vaciar los cántaros del cielo
38 cuando el polvo se endurece
    y los terrones se pegan entre sí?

39 »¿Cazas tú la presa para las leonas
    y sacias el hambre de sus cachorros
40 cuando yacen escondidas en sus cuevas
    o se tienden al acecho en sus guaridas?
41 ¿Eres tú quien alimenta a los cuervos
    cuando sus crías claman a mí[m]
    y andan sin rumbo y sin comida?

39 »¿Sabes cuándo las cabras monteses tienen sus crías?
    ¿Has visto el parto de las gacelas?
¿Has contado los meses de su gestación?
    ¿Sabes cuándo dan a luz?
Al tener sus crías se encorvan
    y allí terminan sus dolores de parto.
Se fortalecen sus crías y crecen a campo abierto;
    luego se van y ya no vuelven.

»¿Quién deja sueltos a los asnos salvajes?
    ¿Quién desata sus cuerdas?
Yo les di la llanura del desierto por morada,
    el yermo por hábitat.
Se burlan del tumulto de la ciudad;
    no prestan atención a los gritos del arriero.
Recorren los cerros en busca de pastos,
    en busca de verdes prados.

»¿Crees tú que el toro salvaje se prestará a servirte?
    ¿Pasará la noche en tus establos?
10 ¿Puedes mantenerlo en el surco con el arnés?
    ¿Irá en pos de ti labrando los valles?
11 ¿Pondrás tu confianza en su tremenda fuerza?
    ¿Echarás sobre sus lomos tu pesado trabajo?
12 ¿Puedes confiar en él para que acarree tu grano
    y lo junte en el lugar donde lo limpias?

13 »El avestruz bate alegremente sus alas,
    pero su plumaje no es como el de la cigüeña.[n]
14 Pone sus huevos en la tierra,
    los deja empollar en la arena,
15 sin que le importe que algún pie los pueda aplastar
    o que las bestias salvajes los pisoteen.
16 Maltrata a sus polluelos como si no fueran suyos
    y no le importa haber trabajado en vano,
17 pues Dios no le dio sabiduría
    ni le impartió su porción de buen juicio.
18 Pero, cuando extiende sus alas y corre,
    se ríe de jinetes y caballos.

19 »¿Le has dado al caballo su fuerza?
    ¿Has cubierto su cuello con largas crines?
20 ¿Eres tú quien lo hace saltar como langosta,
    con su orgulloso resoplido que infunde terror?
21 Patalea con furia, regocijándose en su fuerza,
    y se lanza al galope a la batalla.
22 Se burla del miedo; a nada teme;
    no rehúye hacerle frente a la espada.
23 En torno suyo silban las flechas,
    brillan las lanzas y las jabalinas.
24 En frenética carrera devora las distancias;
    al toque de trompeta no es posible refrenarlo.
25 En cuanto suena la trompeta, resopla desafiante;
    percibe desde lejos el fragor[o] de la batalla,
    los gritos de los comandantes y las órdenes de ataque.

26 »¿Es tu sabiduría la que hace que el gavilán vuele
    y que hacia el sur extienda sus alas?
27 ¿Acaso por tus órdenes remonta el vuelo el águila
    y construye su nido en las alturas?
28 Habita en los riscos; allí pasa la noche;
    en escarpadas grietas tiene su baluarte.
29 Desde allí acecha la presa;
    sus ojos la detectan desde lejos.
30 Sus polluelos se regodean en la sangre;
    donde hay un cadáver, allí está él».

Footnotes

  1. 37:1 Al llegar a este punto. Alt. Al ver esto.
  2. 37:13 Versículo de difícil traducción.
  3. 37:16 del conocimiento perfecto. Alt. del que todo lo sabe.
  4. 37:19 ignorancia. Lit. oscuridad.
  5. 37:24 O porque él no toma en cuenta a los que se creen sabios.
  6. 38:3 Prepárate a hacerme frente. Lit. Ciñe ahora, como hombre, tus lomos.
  7. 38:7 ángeles. Lit. hijos de Dios.
  8. 38:17 la densa oscuridad. Lit. la sombra de muerte.
  9. 38:32 las constelaciones salgan. Alt. la estrella de la mañana salga.
  10. 38:32 a la Osa Mayor y a la Menor. Alt. a Leo y a sus cachorros.
  11. 38:33 mi. Lit. su.
  12. 38:36 corazón … mente. Palabras de difícil traducción.
  13. 38:41 a mí. Lit. a Dios.
  14. 39:13 su plumaje … cigüeña. Frase de difícil traducción.
  15. 39:25 el fragor. Lit. el olor.

37 Ante esto también tiembla mi corazón,
y salta de su lugar.
Escuchad atentamente el estruendo de su voz,
y el rugido que sale de su boca(A).
Bajo todos los cielos lo suelta,
y su relámpago[a] hasta los confines de la tierra(B).
Tras él, ruge una voz;
truena Él con su majestuosa voz,
y no retiene los relámpagos[b] mientras se oye su voz.
Maravillosamente truena Dios con su voz,
haciendo grandes cosas que no comprendemos(C).
Porque a la nieve(D) dice: «Cae sobre la tierra»,
y al aguacero y a la lluvia[c](E): «Sed fuertes».
Él sella la mano de todo hombre(F),
para que todos conozcan su obra(G).
La fiera entra en su guarida,
y permanece en su madriguera[d](H).
Del sur[e](I) viene el torbellino,
y del norte[f] el frío.
10 Del soplo de Dios se forma el hielo(J),
y se congela la extensión de las aguas.
11 También Él carga de humedad la densa nube(K),
y esparce la nube(L) con su relámpago[g](M);
12 aquella gira y da vueltas por su sabia dirección,
para hacer todo lo que Él le[h] ordena(N)
sobre la faz de toda la tierra[i](O).
13 Ya sea por corrección[j](P), o por el mundo suyo(Q),
o por misericordia(R), Él hace que suceda[k].

14 Escucha esto, Job,
detente y considera las maravillas de Dios.
15 ¿Sabes tú cómo Dios las establece,
y hace resplandecer el relámpago[l] de su nube?
16 ¿Sabes tú la posición de las densas nubes,
maravillas(S) del perfecto en conocimiento(T),
17 tú, cuyos vestidos están calientes
cuando la tierra está en calma a causa del viento del sur?
18 ¿Puedes con Él extender el firmamento(U),
fuerte como espejo de metal fundido?
19 Enséñanos qué le hemos de decir a Dios;
no podemos ordenar nuestro argumento(V) a causa de las tinieblas.
20 ¿Habrá que contarle que yo quiero hablar?
¿O debe un hombre decir que quiere ser tragado[m]?

21 Ahora los hombres no ven la luz que brilla en el firmamento;
pero pasa el viento y lo despeja.
22 Del norte viene dorado esplendor:
majestad impresionante alrededor de Dios.
23 Es el Todopoderoso[n]; no le podemos alcanzar(W);
Él es grande en poder(X),
y no pervertirá(Y) el juicio ni la abundante justicia(Z).
24 Por eso le temen los hombres(AA);
Él no estima a ninguno que se cree sabio de corazón(AB).

Dios convence a Job de su ignorancia

38 Entonces el Señor respondió a Job desde el torbellino y dijo(AC):

¿Quién es este que oscurece el consejo
con palabras sin conocimiento(AD)?
Ciñe ahora tus lomos como un hombre(AE),
y yo te preguntaré, y tú me instruirás(AF).
¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra(AG)?
melo, si tienes[o] inteligencia.
¿Quién puso sus medidas(AH)?, ya que sabes,
¿o quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué se asientan sus basas(AI),
o quién puso su piedra angular
cuando cantaban juntas las estrellas del alba,
y todos los hijos de Dios(AJ) gritaban de gozo?

¿O quién encerró con puertas el mar(AK),
cuando, irrumpiendo, se salió de su seno;
cuando hice de una nube su vestidura,
y de espesa oscuridad sus pañales;
10 cuando sobre él establecí límites[p],
puse puertas(AL) y cerrojos,
11 y dije: «Hasta aquí llegarás, pero no más allá;
aquí se detendrá el orgullo de tus olas»?

12 ¿Alguna vez en tu vida[q] has mandado a la mañana,
y hecho conocer al alba su lugar,
13 para que ella eche mano a los confines de la tierra(AM),
y de ella sean sacudidos los impíos(AN)?
14 Ella cambia como barro bajo el sello;
y como con vestidura se presenta[r].
15 Mas se quita la luz a los impíos(AO),
y se quiebra el brazo levantado(AP).

16 ¿Has entrado hasta las fuentes del mar,
o andado en las profundidades[s] del abismo(AQ)?
17 ¿Te han sido reveladas las puertas de la muerte,
o has visto las puertas de la densa oscuridad(AR)?
18 ¿Has comprendido la extensión[t] de la tierra(AS)?
melo, si tú sabes todo esto.

19 ¿Dónde está el camino a la morada de la luz?
Y la oscuridad, ¿dónde está su lugar,
20 para que la lleves a su territorio(AT),
y para que disciernas los senderos de su casa?
21 ¡Tú lo sabes, porque entonces ya habías nacido(AU),
y grande es el número de tus días!
22 ¿Has entrado en los depósitos de la nieve(AV),
o has visto los depósitos del granizo(AW),
23 que he reservado para el tiempo de angustia,
para el día de guerra y de batalla?
24 ¿Dónde está el camino en que se divide la luz(AX),
o el viento solano esparcido sobre la tierra?

25 ¿Quién ha abierto un canal para el turbión,
o un camino para el rayo,
26 para traer lluvia(AY) sobre tierra despoblada[u],
sobre un desierto sin hombre alguno,
27 para saciar la tierra desierta y desolada,
y hacer brotar las semillas[v](AZ) de la hierba?
28 ¿Tiene padre la lluvia(BA)?
¿Quién ha engendrado las gotas de rocío?
29 ¿Del vientre de quién ha salido el hielo(BB)?
Y la escarcha del cielo, ¿quién la ha dado a luz?
30 El agua se endurece[w] como la piedra,
y aprisionada está la superficie del abismo.

31 ¿Puedes tú atar las cadenas de las Pléyades,
o desatar las cuerdas de Orión(BC)?
32 ¿Haces aparecer una constelación[x] a su tiempo,
y conduces la Osa con sus hijos?
33 ¿Conoces tú las ordenanzas de los cielos,
o fijas su dominio en la tierra(BD)?

34 ¿Puedes levantar tu voz a las nubes,
para que abundancia de agua te cubra(BE)?
35 ¿Envías los relámpagos para que vayan
y te digan: «Aquí estamos(BF)»?
36 ¿Quién ha puesto sabiduría en lo más íntimo del ser(BG),
o ha dado a la mente[y] inteligencia(BH)?
37 ¿Quién puede contar las nubes con sabiduría,
o inclinar los odres de los cielos(BI),
38 cuando el polvo en masa se endurece,
y los terrones se pegan entre sí?

39 ¿Puedes cazar la presa para la leona,
o saciar el apetito de los leoncillos(BJ),
40 cuando se agachan en sus madrigueras,
o están al acecho en sus guaridas(BK)?
41 ¿Quién prepara para el cuervo su alimento,
cuando sus crías claman a Dios,
y vagan sin comida(BL)?

Dios habla de la naturaleza y sus criaturas

39 ¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses[z](BM)?
¿Has observado el parto de las ciervas(BN)?
¿Puedes contar los meses de su gestación,
o conoces el tiempo en que han de parir?
Se encorvan, paren sus crías,
y se libran de sus dolores de parto.
Sus crías se fortalecen, crecen en campo abierto;
se van y no vuelven a ellas.

¿Quién dejó en libertad al asno montés(BO)?
¿Y quién soltó las ataduras del asno veloz,
al cual di por hogar el desierto(BP),
y por morada la tierra salada(BQ)?
Se burla del tumulto de la ciudad,
no escucha los gritos del arriero.
Explora los montes buscando su pasto,
y anda tras toda hierba verde.
¿Consentirá en servirte el búfalo(BR),
o pasará la noche en tu pesebre?
10 ¿Puedes atar al búfalo con coyundas[aa] para el surco,
o rastrillará los valles en pos de ti?
11 ¿Confiarás en él por ser grande su fuerza
y le confiarás tu labor?
12 ¿Tendrás fe en él de que te devolverá tu grano[ab],
y de que lo recogerá de tu era?

13 Baten alegres las alas del avestruz,
¿acaso con el ala y plumaje del amor[ac]?
14 Porque abandona sus huevos en la tierra,
y sobre el polvo los calienta;
15 se olvida de que algún pie los[ad] puede aplastar,
o una bestia salvaje los[ae] puede pisotear.
16 Trata a sus hijos con crueldad(BS), como si no fueran suyos;
aunque su trabajo sea en vano, le es indiferente[af];
17 porque Dios le ha hecho olvidar la sabiduría,
y no le ha dado su porción de inteligencia.
18 Pero cuando se levanta en alto[ag],
se burla del caballo y de su jinete.

19 ¿Das tú al caballo su fuerza?
¿Revistes su cuello de crines?
20 ¿Le haces saltar(BT) como la langosta?
Terrible es su formidable resoplido(BU);
21 escarba[ah] en el valle, y se regocija en su fuerza;
sale al encuentro de las armas(BV).
22 Se burla del temor y no se acobarda,
ni retrocede ante la espada.
23 Resuena contra él la aljaba,
la lanza reluciente y la jabalina.
24 Con ímpetu y furor corre sobre[ai] la tierra;
y no se está quieto al sonido de la trompeta.
25 Cada vez que la trompeta suena, como que dice: «¡Ea!»,
y desde lejos olfatea la batalla,
las voces atronadoras de los capitanes y el grito de guerra.

26 ¿Acaso por tu sabiduría se eleva el gavilán,
extendiendo sus alas hacia el sur?
27 ¿Acaso a tu mandato[aj] se remonta el águila
y hace en las alturas su nido(BW)?
28 En la peña mora y se aloja,
sobre la cima del despeñadero[ak], lugar inaccesible.
29 Desde allí acecha la presa[al](BX);
desde muy lejos sus ojos la divisan.
30 Sus polluelos chupan la sangre;
y donde hay muertos, allí está ella(BY).

Footnotes

  1. Job 37:3 Lit., luz
  2. Job 37:4 Lit., no los retiene
  3. Job 37:6 Lit., aguacero de lluvia y aguacero de lluvias
  4. Job 37:8 Lit., sus madrigueras
  5. Job 37:9 Lit., De la cámara
  6. Job 37:9 Lit., de los vientos que dispersan
  7. Job 37:11 Lit., luz
  8. Job 37:12 Lit., les
  9. Job 37:12 Lit., tierra habitable
  10. Job 37:13 Lit., vara
  11. Job 37:13 Lit., sea hallado
  12. Job 37:15 Lit., la luz
  13. Job 37:20 O, Si un hombre habla, ciertamente será tragado
  14. Job 37:23 Heb., Shaddai
  15. Job 38:4 Lit., sabes
  16. Job 38:10 Lit., rompí en él mi decreto
  17. Job 38:12 Lit., ¿Desde tus días
  18. Job 38:14 Lit., se presentan
  19. Job 38:16 O, en busca
  20. Job 38:18 O, anchura
  21. Job 38:26 Lit., sin hombre
  22. Job 38:27 O, el crecimiento
  23. Job 38:30 Lit., se esconde
  24. Job 38:32 Heb., Mazarot
  25. Job 38:36 O, al gallo
  26. Job 39:1 Lit., de la peña
  27. Job 39:10 Lit., su cuerda
  28. Job 39:12 Lit., semilla
  29. Job 39:13 O, de una cigüeña
  30. Job 39:15 Lit., lo
  31. Job 39:15 Lit., lo
  32. Job 39:16 Lit., no tiene temor
  33. Job 39:18 O, para huir
  34. Job 39:21 Lit., escarban
  35. Job 39:24 O, devora
  36. Job 39:27 Lit., boca
  37. Job 39:28 O, de la peña
  38. Job 39:29 Lit., el alimento

37 Por eso también se estremece mi corazón,

Y salta de su lugar.

Oíd atentamente el estrépito de su voz,

Y el sonido que sale de su boca.

Debajo de todos los cielos lo dirige,

Y su luz hasta los fines de la tierra.

Después de ella brama el sonido,

Truena él con voz majestuosa;

Y aunque sea oída su voz, no los detiene.

Truena Dios maravillosamente con su voz;

Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.

Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra;

También a la llovizna, y a los aguaceros torrenciales.

Así hace retirarse a todo hombre,

Para que los hombres todos reconozcan su obra.

Las bestias entran en su escondrijo,

Y se están en sus moradas.

Del sur viene el torbellino,

Y el frío de los vientos del norte.

10 Por el soplo de Dios se da el hielo,

Y las anchas aguas se congelan.

11 Regando también llega a disipar la densa nube,

Y con su luz esparce la niebla.

12 Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor,

Para hacer sobre la faz del mundo,

En la tierra, lo que él les mande.

13 Unas veces por azote, otras por causa de su tierra,

Otras por misericordia las hará venir.

14 Escucha esto, Job;

Detente, y considera las maravillas de Dios.

15 ¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto,

Y hace resplandecer la luz de su nube?

16 ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes,

Las maravillas del Perfecto en sabiduría?

17 ¿Por qué están calientes tus vestidos

Cuando él sosiega la tierra con el viento del sur?

18 ¿Extendiste tú con él los cielos,

Firmes como un espejo fundido?

19 Muéstranos qué le hemos de decir;

Porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de las tinieblas.

20 ¿Será preciso contarle cuando yo hablare?

Por más que el hombre razone, quedará como abismado.

21 Mas ahora ya no se puede mirar la luz esplendente en los cielos,

Luego que pasa el viento y los limpia,

22 Viniendo de la parte del norte la dorada claridad.

En Dios hay una majestad terrible.

23 Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder;

Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.

24 Lo temerán por tanto los hombres;

Él no estima a ninguno que cree en su propio corazón ser sabio.

Jehová convence a Job de su ignorancia

38 Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:

¿Quién es ese que oscurece el consejo

Con palabras sin sabiduría?

Ahora ciñe como varón tus lomos;

Yo te preguntaré, y tú me contestarás.

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?

Házmelo saber, si tienes inteligencia.

¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?

¿O quién extendió sobre ella cordel?

¿Sobre qué están fundadas sus bases?

¿O quién puso su piedra angular,

Cuando alababan todas las estrellas del alba,

Y se regocijaban todos los hijos de Dios?

¿Quién encerró con puertas el mar,

Cuando se derramaba saliéndose de su seno,

Cuando puse yo nubes por vestidura suya,

Y por su faja oscuridad,

10 Y establecí sobre él mi decreto,

Le puse puertas y cerrojo,

11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante,

Y ahí parará el orgullo de tus olas?(A)

12 ¿Has mandado tú a la mañana en tus días?

¿Has mostrado al alba su lugar,

13 Para que ocupe los fines de la tierra,

Y para que sean sacudidos de ella los impíos?

14 Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello,

Y viene a estar como con vestidura;

15 Mas la luz de los impíos es quitada de ellos,

Y el brazo enaltecido es quebrantado.

16 ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar,

Y has andado escudriñando el abismo?

17 ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte,

Y has visto las puertas de la sombra de muerte?

18 ¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra?

Declara si sabes todo esto.

19 ¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz,

Y dónde está el lugar de las tinieblas,

20 Para que las lleves a sus límites,

Y entiendas las sendas de su casa?

21 ¡Tú lo sabes! Pues entonces ya habías nacido,

Y es grande el número de tus días.

22 ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve,

O has visto los tesoros del granizo,

23 Que tengo reservados para el tiempo de angustia,

Para el día de la guerra y de la batalla?

24 ¿Por qué camino se reparte la luz,

Y se esparce el viento solano sobre la tierra?

25 ¿Quién repartió conducto al turbión,

Y camino a los relámpagos y truenos,

26 Haciendo llover sobre la tierra deshabitada,

Sobre el desierto, donde no hay hombre,

27 Para saciar la tierra desierta e inculta,

Y para hacer brotar la tierna hierba?

28 ¿Tiene la lluvia padre?

¿O quién engendró las gotas del rocío?

29 ¿De qué vientre salió el hielo?

Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?

30 Las aguas se endurecen a manera de piedra,

Y se congela la faz del abismo.

31 ¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades,

O desatarás las ligaduras de Orión?(B)

32 ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos,

O guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?

33 ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos?

¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?

34 ¿Alzarás tú a las nubes tu voz,

Para que te cubra muchedumbre de aguas?

35 ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan?

¿Y te dirán ellos: Henos aquí?

36 ¿Quién puso la sabiduría en el corazón?

¿O quién dio al espíritu inteligencia?

37 ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría?

Y los odres de los cielos, ¿quién los hace inclinar,

38 Cuando el polvo se ha convertido en dureza,

Y los terrones se han pegado unos con otros?

39 ¿Cazarás tú la presa para el león?

¿Saciarás el hambre de los leoncillos,

40 Cuando están echados en las cuevas,

O se están en sus guaridas para acechar?

41 ¿Quién prepara al cuervo su alimento,

Cuando sus polluelos claman a Dios,

Y andan errantes por falta de comida?

39 ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses?

¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?

¿Contaste tú los meses de su preñez,

Y sabes el tiempo cuando han de parir?

Se encorvan, hacen salir sus hijos,

Pasan sus dolores.

Sus hijos se fortalecen, crecen con el pasto;

Salen, y no vuelven a ellas.

¿Quién echó libre al asno montés,

Y quién soltó sus ataduras?

Al cual yo puse casa en la soledad,

Y sus moradas en lugares estériles.

Se burla de la multitud de la ciudad;

No oye las voces del arriero.

Lo oculto de los montes es su pasto,

Y anda buscando toda cosa verde.

¿Querrá el búfalo servirte a ti,

O quedar en tu pesebre?

10 ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para el surco?

¿Labrará los valles en pos de ti?

11 ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fuerza,

Y le fiarás tu labor?

12 ¿Fiarás de él para que recoja tu semilla,

Y la junte en tu era?

13 ¿Diste tú hermosas alas al pavo real,

O alas y plumas al avestruz?

14 El cual desampara en la tierra sus huevos,

Y sobre el polvo los calienta,

15 Y olvida que el pie los puede pisar,

Y que puede quebrarlos la bestia del campo.

16 Se endurece para con sus hijos, como si no fuesen suyos,

No temiendo que su trabajo haya sido en vano;

17 Porque le privó Dios de sabiduría,

Y no le dio inteligencia.

18 Luego que se levanta en alto,

Se burla del caballo y de su jinete.

19 ¿Diste tú al caballo la fuerza?

¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?

20 ¿Le intimidarás tú como a langosta?

El resoplido de su nariz es formidable.

21 Escarba la tierra, se alegra en su fuerza,

Sale al encuentro de las armas;

22 Hace burla del espanto, y no teme,

Ni vuelve el rostro delante de la espada.

23 Contra él suenan la aljaba,

El hierro de la lanza y de la jabalina;

24 Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,

Sin importarle el sonido de la trompeta;

25 Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea!

Y desde lejos huele la batalla,

El grito de los capitanes, y el vocerío.

26 ¿Vuela el gavilán por tu sabiduría,

Y extiende hacia el sur sus alas?

27 ¿Se remonta el águila por tu mandamiento,

Y pone en alto su nido?

28 Ella habita y mora en la peña,

En la cumbre del peñasco y de la roca.

29 Desde allí acecha la presa;

Sus ojos observan de muy lejos.

30 Sus polluelos chupan la sangre;

Y donde hubiere cadáveres, allí está ella.