10 Pero nadie dice: “¿Dónde está Dios, mi Hacedor,
    que me inspira cánticos por las noches,
11 que nos enseña más que a las bestias del campo,
    que nos hace más sabios que las aves del cielo?”.
12 Si Dios no responde al clamor de la gente,
    es por la arrogancia de los malvados.

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