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19 A él no le importa la grandeza que pueda tener una persona
    y no presta más atención al rico que al pobre;
    él creó a todos.
20 En un instante mueren;
    fallecen en la mitad de la noche;
    los poderosos se van sin la intervención de mano humana.

21 »Pues Dios observa cómo vive la gente;
    ve todo lo que ellos hacen.
22 No hay oscuridad tan densa
    que pueda esconder a los malos de sus ojos.
23 No decidimos nosotros el momento
    de presentarnos ante Dios para ser juzgados.
24 Él lleva a los poderosos a la ruina sin consultar a nadie,
    y pone a otros en su lugar.
25 Él sabe lo que hacen,
    y por la noche los vence y los destruye.
26 Los derriba porque son malvados;
    lo hace abiertamente para que todos lo vean.
27 Pues se apartaron y dejaron de seguirlo;
    no respetan ninguno de sus caminos.
28 Hacen que los pobres clamen, y esto atrae la atención de Dios;
    él oye los clamores de los necesitados.
29 Sin embargo, si él opta por quedarse callado,
    ¿quién puede criticarlo?
Cuando esconde su rostro, nadie puede encontrarlo,
    ya sea un individuo o una nación.
30 Él no deja que los incrédulos gobiernen,
    para que no sean una trampa para la gente.

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19 Porque a él no le impresiona lo grande que un hombre sea, ni favorece a los ricos más que a los pobres. A todos los hizo él. 20 En un instante mueren: a la medianoche, grandes y pequeños súbitamente fallecerán, llevados por una mano que no es de hombre.

21 »Porque Dios observa atentamente lo que hace la humanidad; a todos los ve. 22 No hay oscuridad tan densa que oculte al malo de sus ojos, 23 de modo que no hay que esperar que se produzca un crimen enorme para que el hombre sea llamado a juicio ante Dios. 24 Sin mucha ceremonia, Dios sencillamente hace trizas a los más grandes hombres, y pone a otros en su lugar. 25 Observa lo que hacen, y en sólo una noche los derriba y los destruye, 26 a plena luz los hace caer como malvados. 27 Porque ellos se desviaron de los caminos de Dios, 28 e hicieron que los clamores de los pobres llegaran a oídos del Señor. Sí, él escucha el llanto de los oprimidos. 29-30 Pero si él prefiere no hablar, ¿quién podrá censurarlo? También él puede impedir que un hombre indigno llegue a gobernar, evitándole ruina a una nación; y puede con igual facilidad echar por tierra a una nación entera.

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19 Pero Dios no tiene preferencias con los príncipes.
    Dios no ayuda al rico contra el pobre.
    Porque Dios los creó a ambos.
20 Ambos mueren en un momento,
    en medio de la noche;
    se estremecen y se van.
Él, sin intervención humana,
    elimina al poderoso.

21 »Porque Dios ve todo lo que la gente hace,
    está al tanto de cada paso que dan.
22 No hay lugar lo suficientemente oscuro
    como para que la gente mala se esconda de Dios.
23 Porque el hombre no tiene que pedir cita
    para presentarse ante el juicio de Dios.
24 Dios quebranta al poderoso
    y pone a otro en su reemplazo.
25 Por lo tanto, él sabe muy bien todo lo que ellos hacen;
    los derriba en la noche y quedan aplastados.
26 Los castiga en público
    por sus maldades.
27 Porque ellos dejaron de seguir a Dios
    y no se preocuparon por obedecerlo.
28 Ellos hicieron que el pobre le pidiera ayuda a Dios,
    y él oyó la queja de los oprimidos.
29 Cuando Dios no actúa,
    ¿quién se atreve a acusarlo de que no hace bien?
Cuando esconde su rostro,
    ¿quién puede verlo?
Él está por encima de las naciones y de los individuos
30     para evitar que un corrupto reine
    y lleve a su pueblo a la ruina.

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19 Él no se pone de parte de los gobernantes,
ni favorece más a los ricos que a los pobres,
pues él fue quien los hizo a todos.
20 Los hombres mueren en un instante,
en medio de la noche;
la gente se alborota y desaparece;
el poderoso es eliminado sin esfuerzo humano.
21 Dios vigila los pasos del hombre
y conoce todas sus andanzas.
22 No hay tinieblas tan oscuras
que puedan ocultar a un malhechor.
23 Dios no fija un plazo al hombre
para que se presente ante él a juicio.
24 No necesita investigar
para derribar a los grandes
y dar a otros su lugar.
25 Dios conoce lo que hacen,
llega de noche y los destroza.
26 Los azota como a criminales,
a la vista de todos,
27 porque no quisieron obedecerle
ni aceptar sus normas de conducta.
28 Hicieron que los gritos de los pobres y oprimidos
llegaran hasta Dios, y él los escuchó.
29 Pero si Dios calla, ¿quién podrá condenarlo?
Si oculta su rostro, ¿quién podrá verlo?
Él vigila a pueblos e individuos
30 para que no gobierne al pueblo
un malvado que lo engañe.

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19 Dios no hace acepción de personas;
trata igual a los ricos y a los pobres,
pues todos somos obra de sus manos.
20 Todos podemos morir en cualquier momento;
los pueblos se rebelan en medio de la noche,
pero pasan, lo mismo que los poderosos:
son derrocados sin que medie la violencia.
21 Dios conoce los caminos del hombre,
y vigila cada uno de sus pasos.
22 Ni las sombras más oscuras
esconden a los que practican la maldad.
23 Dios no impone al hombre fecha alguna
para que comparezca ante él en el juicio.
24 En un instante quebranta a los poderosos,
y hace que otros ocupen su lugar.
25 Puesto que él conoce las obras de todos,
en medio de la noche los derriba y extermina.
26 Los castiga, como a criminales,
en donde todo el mundo pueda verlos,
27 porque ellos se apartaron de él
y no obedecieron sus mandamientos;
28 hicieron que los pobres elevaran sus lamentos
y que los hambrientos dejaran oír su clamor.
29 Si Dios se calla, ¿quién se lo puede reprochar?
Si se oculta de los hombres, ¿quién podrá encontrarlo?
¡Ni todo un pueblo, ni todos los hombres!
30 De lo contrario, el malvado tendría poder
y el pueblo sería objeto de injusticias.

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