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que la maldigan los que maldicen al Océano,
los que saben conjurar a Leviatán.
Que se ofusquen las estrellas de su aurora,
que espere en vano la luz,
que no vea el parpadeo del alba.
10 ¿Por qué no se me cerró la salida del vientre
y se me evitó contemplar tanto dolor?

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