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Seguiré declarándome inocente todos los días de mi vida.
    Mientras viva, no haré nada digno de reproche.

»Que mi enemigo sea considerado como el que hace maldades.
    Que el que se pone en mi contra sea considerado como el perverso.
Porque, ¿qué esperanza le queda al que no tiene a Dios
    cuando Dios lo elimina,
    cuando le quita la vida?

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