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Pasan la noche desnudos, sin nada con qué arroparse.
    No hay cobija para ellos en el frío.
Empapados con la lluvia de las montañas,
    a falta de protección se esconden en los peñascos.

»Los perversos quitan del pecho de sus mamás a los huérfanos.
    A los pobres les exigen prendas.

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