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30     que el perverso se libra de la calamidad,
    y que los malos sobreviven el día de la ira.
31 ¿Quién le reclama al perverso por sus malas costumbres?
    ¿Quién le da su merecido por lo que hace?
32 Lo llevan a enterrar,
    y un guardia cuida su tumba.

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