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»Sé tú, Dios, mi fiador, y sea junto a ti mi protección;
porque ¿quién, si no tú, querría responder por mí?
Pues del corazón de estos has escondido la inteligencia
y, por tanto, no los exaltarás.
¡Desfallecerán los ojos de los hijos
del que por recompensa denuncia a sus amigos!

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