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»Yo, que imploraba ayuda de Dios y de Dios obtenía respuesta, me he convertido en hazmerreír de mis vecinos. Sí, yo, varón justo, soy ahora objeto de burla. Entre tanto, los ricos se mofan de los atribulados y están prontos a menospreciar a todos los menesterosos. Los ladrones prosperan. ¡Y los que provocan a Dios viven confiados y piensan que pueden controlarlo!

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