Add parallel Print Page Options

Tú has dicho: “Mi conducta es limpia,
nada malo me puedes reprochar”.
Pero ojalá Dios te hablase,
abriese la boca para responderte:
te enseñaría secretos de sabiduría,
que son prodigios de habilidad.
Entonces acabarías sabiendo
que aún te perdona parte de tu culpa.

Read full chapter