Respuesta de Job

42 Job respondió entonces al Señor. Le dijo:

«Yo sé bien que tú lo puedes todo,
    que no es posible frustrar ninguno de tus planes.
“¿Quién es este —has preguntado—,
    que sin conocimiento oscurece mi consejo?”.
Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender,
    de cosas demasiado maravillosas
    que me son desconocidas.

»Dijiste:[a] “Ahora escúchame, yo voy a hablar;
    yo te cuestionaré y tú me responderás”.
De oídas había oído hablar de ti,
    pero ahora te veo con mis propios ojos.
Por tanto, me retracto
    y me arrepiento en polvo y ceniza».

Read full chapter

Footnotes

  1. 42:4 Dijiste. Véase 38:3.

Job reconoce su atrevimiento

42 Entonces Job le respondió al Señor, y le dijo:

«Yo sé bien que todo lo puedes,
que no hay nada que tú no puedas realizar.
Preguntaste:
“¿Quién se atreve a oscurecer mis designios,(A)
con palabras carentes de sentido?”
Yo fui ese atrevido, que habló sin entender;
¡grandes son tus maravillas!
¡Son cosas que no alcanzo a comprender!
Por favor, escucha mis palabras;
quiero preguntarte algo; ¡házmelo saber!(B)
Yo había oído hablar de ti,
pero ahora mis ojos te ven.
Por lo tanto, me retracto de lo dicho,
y me humillo hasta el polvo y las cenizas.»

Read full chapter

Confesión y restauración de Job

42 Entonces Job respondió al Señor, y dijo:

Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas(A),
y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado.
«¿Quién es este que oculta el consejo sin entendimiento(B)?».
Por tanto, he declarado lo que no comprendía,
cosas demasiado maravillosas para mí(C), que yo no sabía.
«Escucha ahora, y hablaré;
te preguntaré y tú me instruirás(D)».
He sabido de ti solo de oídas(E),
pero ahora mis ojos te ven(F).
Por eso me retracto,
y me arrepiento en polvo y ceniza.

Read full chapter

Confesión y justificación de Job

42 Respondió Job a Jehová, y dijo:

Yo conozco que todo lo puedes,

Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.

¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?(A)

Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;

Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.

Oye, te ruego, y hablaré;

Te preguntaré, y tú me enseñarás.(B)

De oídas te había oído;

Mas ahora mis ojos te ven.

Por tanto me aborrezco,

Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Read full chapter