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Grandeza del Creador

26 Job respondió así:

¡Qué bien sabes ayudar al débil!
¡Qué bien socorres al brazo sin fuerza!
¡Qué bien aconsejas al necio!
¡Con qué talento asesoras!
¿A quién van dirigidas tus razones?
¿De quién emana tu inspiración?
Las sombras se estremecen de miedo,
se espantan el mar y sus moradores.
El reino de los muertos
se encuentra desnudo ante él,
el abismo se halla al descubierto.
Él tendió el Septentrión sobre el vacío,
suspendió la tierra sobre la nada.
Él encerró las aguas en las nubes,
sin que el nublado estalle con el peso.
Él ocultó a las miradas su trono,
desplegando su nube ante él.
10 Él limitó con un cerco las aguas
en la frontera de la luz y las tinieblas.
11 Se tambalean las columnas del cielo,
aterradas cuando él las amenaza.
12 Con su poder dominó el Mar,
con su ingenio machacó a Rahab.
13 Su soplo desplegó los cielos,
su mano traspasó al Dragón Huidizo.
14 Esto es sólo un ejemplo de sus obras,
sólo un susurro mortecino que nos llega;
el potencial de su poder, ¿quién lo captará?

Job proclama la soberanía de Dios

26 Respondió Job, y dijo:

¿En qué ayudaste al que no tiene poder?

¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?

¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia,

Y qué plenitud de inteligencia has dado a conocer?

¿A quién has anunciado palabras,

Y de quién es el espíritu que de ti procede?

Las sombras tiemblan en lo profundo,

Los mares y cuanto en ellos mora.

El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.

Él extiende el norte sobre vacío,

Cuelga la tierra sobre nada.

Ata las aguas en sus nubes,

Y las nubes no se rompen debajo de ellas.

Él encubre la faz de su trono,

Y sobre él extiende su nube.

10 Puso límite a la superficie de las aguas,

Hasta el fin de la luz y las tinieblas.

11 Las columnas del cielo tiemblan,

Y se espantan a su reprensión.

12 Él agita el mar con su poder,

Y con su entendimiento hiere la arrogancia suya.

13 Su espíritu adornó los cielos;

Su mano creó la serpiente tortuosa.

14 He aquí, estas cosas son solo los bordes de sus caminos;

¡Y cuán leve es el susurro que hemos oído de él!

Pero el trueno de su poder, ¿quién lo puede comprender?