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Bildad habla otra vez

25 Entonces Bildad de Súah respondió:

«La autoridad y el terror le pertenecen
    al que hace reinar la paz en sus alturas.
¿Acaso puede contarse el número de sus ejércitos?
    ¿Sobre quién no se irradia su luz?
¿Quién puede permanecer sin tacha ante él?
    ¿Qué ser humano puede decir que es puro?
Ante sus ojos ni la luna brilla;
    ni las estrellas son puras.
Mucho menos lo son los seres humanos, que son como gusanos.
    Un ser humano es un simple gusano».

Bildad niega que el hombre pueda ser justificado delante de Dios

25 Respondió Bildad suhita, y dijo:

El señorío y el temor están con él;

Él hace paz en sus alturas.

¿Tienen sus ejércitos número?

¿Sobre quién no está su luz?

¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios?

¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?

He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente,

Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos;

¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano,

Y el hijo de hombre, también gusano?

Tercer discurso de Bildad

25 A esto respondió Bildad de Súah:

«Dios es poderoso e infunde temor;
    él pone orden en las alturas de los cielos.
¿Pueden contarse acaso sus ejércitos?
    ¿Sobre quién no alumbra su luz?
¿Cómo puede una persona declararse justo ante Dios?
    ¿Cómo puede alegar pureza quien ha nacido de mujer?
Si a sus ojos no tiene brillo la luna,
    ni son puras las estrellas,
mucho menos el hombre, simple gusano;
    ¡mucho menos el hombre, miserable lombriz!».