Mensaje para Amón

49 Así dice el Señor acerca de los amonitas:

«¿Acaso Israel no tiene hijos?
    ¿Acaso no tiene herederos?
¿Por qué Moloc[a] ha heredado Gad
    y su pueblo vive en sus ciudades?
Vienen días», afirma el Señor,
«en que yo haré resonar el grito de guerra
    contra Rabá de los amonitas
y se convertirá en un montón de ruinas;
    sus villas serán incendiadas.
Entonces Israel despojará de todo
    a los que de todo la despojaron»,
    afirma el Señor.
«¡Gime, Hesbón, porque Hai ha sido destruida!
    ¡Griten, hijas de Rabá!
¡Vístanse de luto y hagan lamentación;
    corran de un lado a otro, dentro de los muros!,
porque Moloc marcha al destierro,
    junto con sus sacerdotes y oficiales.
¿Por qué te jactas de tus valles,
    de tus fértiles valles?
Hija rebelde, tú confías en tus tesoros
    y dices: “¿Quién me atacará?”.
Voy a hacer que te acose
    el terror por todas partes»,
    afirma el Señor de los Ejércitos.
«Todos serán expulsados, cada uno por su lado,
    y nadie reunirá a los fugitivos.

»Pero después de esto, restauraré la fortuna de los amonitas»,
    afirma el Señor.

Mensaje para Edom(A)(B)

Así dice el Señor de los Ejércitos acerca de Edom:

«¿Ya no hay sabiduría en Temán?
    ¿Se acabó el consejo de los inteligentes?
    ¿Acaso se ha echado a perder su sabiduría?
Habitantes de Dedán:
    ¡Huyan, vuélvanse atrás!
    ¡Escóndanse en lo más profundo de la tierra!
Yo provocaré un desastre sobre Esaú,
    pues le llegó la hora del castigo.
Si los que cosechan las uvas vinieran a ti,
    ¿no te dejarían algunas uvas?
Si de noche te llegaran ladrones,
    ¿no se llevarían solo lo que desean?
10 Pero yo despojaré por completo a Esaú;
    pondré a descubierto sus escondites,
    y no podrá ocultarse.
Sus hijos, parientes y vecinos,
    serán destruidos y dejarán de existir.
11 ¡Abandona a tus huérfanos,
    que yo les protegeré la vida!
    ¡Tus viudas pueden confiar en mí!».

12 Así dice el Señor: «Los que no estaban condenados a beber la copa de castigo la bebieron. ¿Y acaso tú vas a quedarte sin castigo? ¡De ninguna manera quedarás impune, sino que también beberás de esa copa! 13 Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor—, Bosra se convertirá en objeto de maldición, en horror, deshonra y ruina. Para siempre quedarán en ruinas todas sus ciudades».

14 He oído un mensaje de parte del Señor.
    Un heraldo ha sido enviado a las naciones, diciendo:
«¡Reúnanse, ataquen a la ciudad!
    ¡Prepárense para la guerra!

15 »Te haré pequeño entre las naciones,
    menospreciado por la humanidad.
16 Tú, que habitas en las hendiduras de las rocas;
    tú, que ocupas las alturas de los montes:
fuiste engañado por el terror que infundías
    y por el orgullo de tu corazón.
Aunque pongas tu nido tan alto como el del águila,
    desde allí te haré caer»,
    afirma el Señor.
17 «Tan espantosa será la caída de Edom
    que todo el que pase por él
    quedará atónito y se burlará de todas sus heridas.
18 Será como en la destrucción de Sodoma y Gomorra
    y de sus ciudades vecinas;
nadie volverá a habitar allí,
    ningún ser humano vivirá en ella»,
    afirma el Señor.

19 «Como león que sale de la espesura del Jordán
    hacia praderas de verdes pastos,
en un instante espantaré de su tierra a los de Edom.
    ¿Quién es el elegido que nombraré para esto?
Porque, ¿quién como yo?
    ¿Quién me puede desafiar?
    ¿Qué pastor se me puede oponer?».

20 Por eso, escuchen el plan que el Señor ha diseñado contra Edom;
    escuchen lo que tiene planeado contra los habitantes de Temán:
Serán arrastrados los más pequeños del rebaño;
    por causa de ellos sus praderas quedarán asoladas.
21 Tiembla la tierra por el estruendo de su caída;
    hasta en el mar Rojo[b] resuenan sus gritos.
22 Remonta vuelo el enemigo,
    se desliza como un águila,
    extiende sus alas sobre Bosra.
En aquel día se angustiarán los valientes de Edom,
    como se angustia una mujer de parto.

Mensaje para Damasco

23 Mensaje acerca de Damasco:

«Jamat y Arfad están desanimadas,
    pues ya saben la mala noticia.
Están inquietas, se agitan como el mar
    y no pueden calmarse.
24 Damasco desfallece;
    trató de huir,
    pero la dominó el pánico.
Se halla presa de la angustia y el dolor,
    como si estuviera de parto.
25 ¿Por qué no ha sido abandonada
    la ciudad famosa, la que era mi delicia?
26 Por eso, sus jóvenes quedarán tendidos en las calles;
    ¡perecerán todos sus soldados!»,
    afirma el Señor de los Ejércitos.
27 «Prenderé fuego al muro de Damasco,
    y los palacios de Ben Adad serán consumidos».

Mensaje para Cedar y Jazor

28 Así dice el Señor acerca de Cedar y de los reinos de Jazor que fueron atacados por Nabucodonosor, rey de Babilonia:

«¡Vamos, ataquen a Cedar!
    ¡Destruyan a esa gente del oriente!
29 Sus tiendas de campaña y rebaños les serán arrebatados,
    se llevarán sus cortinas,
    bienes y camellos.
La gente les gritará:
    “¡El terror está por todas partes!”.

30 »¡Huyan, habitantes de Jazor!
Escapen ya, escóndanse
    en lo más profundo de la tierra»,
    afirma el Señor.
«Nabucodonosor, rey de Babilonia,
    maquina planes contra ustedes;
    contra ustedes ha diseñado un plan.

31 »¡Levántense y ataquen a esta nación indolente
    que vive del todo confiada,
nación que no tiene puertas ni cerrojos
    y que vive muy aislada!»,
    afirma el Señor.
32 «Sus camellos serán el botín,
    y su numeroso ganado, el despojo.
Dispersaré a los cuatro vientos a los que se rapan las sienes;
    de todas partes les traeré su ruina»,
    afirma el Señor.
33 «Jazor se convertirá en una guarida de chacales,
    en un lugar desolado para siempre.
Ningún ser humano vivirá allí,
    nadie habitará en ese lugar».

Mensaje para Elam

34 La palabra del Señor acerca de Elam vino al profeta Jeremías al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá.

35 Así dice el Señor de los Ejércitos:

«Voy a quebrar el arco de Elam;
    voy a acabar con lo mejor de su poderío.
36 Voy a desatar contra Elam los cuatro vientos
    desde los cuatro extremos del cielo.
Los voy a esparcir por los cuatro vientos,
    y no quedará nación alguna
    adonde no lleguen sus desterrados.
37 Aterraré a Elam frente a sus enemigos,
    frente a los que atentan contra su vida;
desataré mi ardiente ira,
    y traeré sobre Elam calamidad»,
    afirma el Señor.
«Haré que la espada los persiga
    hasta que los haya exterminado.
38 Estableceré mi trono en Elam,
    y destruiré a su rey y a sus oficiales»,
    afirma el Señor.

39 «Pero en los días venideros
    restauraré la fortuna de Elam»,
    afirma el Señor.

Mensaje para Babilonia(C)

50 La palabra del Señor acerca de Babilonia, el país de los babilonios,[c] vino al profeta Jeremías:

«¡Anuncien y proclamen entre las naciones!
    ¡Proclámenlo, levanten un estandarte!
    No oculten nada, sino digan:
“¡Babilonia será conquistada!
    ¡Bel quedará en vergüenza!
    ¡Marduc quedará aterrado!
¡Sus imágenes quedan humilladas
    y sus ídolos, aterrados!”.
Porque la ataca una nación del norte,
    que dejará su tierra desolada.
Las personas y los animales saldrán huyendo
    y no habrá nadie que la habite.

»En aquellos días, en aquel tiempo,
    la gente de Israel y de Judá
    irá llorando en busca del Señor su Dios»,
    afirma el Señor.
«Preguntarán por el camino a Sión
    y hacia allá se encaminarán.
Vendrán y se aferrarán al Señor
    en un pacto eterno,
    que ya no olvidarán.

»Mi pueblo ha sido como un rebaño perdido;
    sus pastores lo han descarriado,
    lo han hecho vagar por las montañas.
Ha ido de colina en colina
    y se ha olvidado de su redil.
Todos los que lo encuentran lo devoran.
    “No somos culpables —decían sus enemigos—,
porque ellos pecaron contra el Señor;
    ¡él es pastizal de justicia,
    esperanza de sus antepasados!”.

»¡Huyan de Babilonia;
    abandonen el país de los babilonios![d]
    Sean como los machos cabríos que guían al rebaño.
Porque yo movilizo contra Babilonia
    una alianza de grandes naciones del norte.
Se alistarán contra ella
    y desde el norte será conquistada.
Sus flechas son como expertos guerreros
    que no vuelven con las manos vacías.
10 Babilonia[e] será saqueada,
    y todos sus saqueadores se saciarán»,
    afirma el Señor.

11 «¡Ustedes saquean mi heredad,
    y se alegran y regocijan!
¡Saltan como terneras en la pradera,
    relinchan como sementales!
12 Pero la madre de ustedes quedará grandemente humillada;
    la que les dio la vida quedará en vergüenza.
Será la última de las naciones;
    se convertirá en desierto, tierra árida y llanura seca.
13 Por el enojo del Señor no será habitada,
    sino que quedará totalmente en ruinas.
Todo el que pase por Babilonia
    se asombrará y burlará al ver todas sus heridas.

14 »¡Tomen posiciones alrededor de Babilonia,
    todos los que tensan el arco!
¡Dispárenle, no escatimen flechas,
    porque ha pecado contra el Señor!
15 Griten en torno de ella:
    ¡Se ha rendido, cayeron sus torres,
    se derrumbaron sus muros!
¡Esta es la venganza del Señor!
    ¡Vénguense de ella!
    ¡Háganle lo mismo que hizo a otros!
16 Exterminen al que siembra en Babilonia,
    y al que maneja la hoz en la cosecha.
Ante la espada del opresor,
    cada uno retorna a su pueblo,
    cada cual huye a su propia tierra.

17 »Israel es como un rebaño descarriado,
    acosado por los leones.
Primero lo devoró el rey de Asiria
    y luego Nabucodonosor, rey de Babilonia,
    le quebró todos los huesos».

18 Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel:

«Castigaré al rey de Babilonia y a su tierra
    como castigué al rey de Asiria.
19 Haré que Israel vuelva a su prado
    y que se alimente en el Carmelo y en Basán.
Su apetito quedará saciado
    en las montañas de Efraín y Galaad.
20 En aquellos días, en aquel tiempo, se buscará la iniquidad de Israel,
    pero ya no se encontrará.
Buscarán los pecados de Judá,
    pero ya no se hallarán,
    porque yo perdonaré a los que deje como remanente»,
    afirma el Señor.

21 «¡Ataca el territorio de Meratayin
    y a los que viven en Pecod!
¡Mátalos, destrúyelos por completo!»,
    afirma el Señor.
    «¡Cumple con todas mis órdenes!
22 ¡En el territorio hay estruendo de guerra
    y de impresionante destrucción!
23 ¡Cómo ha sido quebrado y derribado
    el martillo de toda la tierra!
¡Babilonia ha quedado desolada
    en medio de las naciones!
24 Te tendí una trampa, Babilonia, y en ella caíste
    antes de que te dieras cuenta.
Fuiste sorprendida y capturada,
    porque te opusiste al Señor.
25 El Señor ha abierto su arsenal,
    y ha sacado las armas de su ira;
el Señor, Señor de los Ejércitos,
    tiene una tarea que cumplir en el país de los babilonios[f]
26 ¡Atáquenla desde los confines de la tierra!
    ¡Abran sus graneros!
¡Amontónenla como a las gavillas!
    ¡Destrúyanla por completo!
    ¡Que no quede ningún remanente de ella!
27 ¡Maten a todos sus novillos!
    ¡Llévenlos al matadero!
¡Ay de ellos, pues les ha llegado el día,
    el día de su castigo!
28 Se oye la voz de los fugitivos,
    de los que escaparon de Babilonia;
vienen a anunciar en Sión
    la venganza del Señor nuestro Dios,
    la venganza por su Templo.

29 »Recluten contra Babilonia a los arqueros,
    a todos los que tensan el arco;
acampen a su alrededor
    y que no escape ninguno.
Retribúyanle según sus obras,
    hagan con ella como hizo con otros.
Porque ella ha desafiado al Señor,
    al Santo de Israel.
30 Por eso en aquel día caerán sus jóvenes en las calles
    y perecerán todos sus soldados»,
    afirma el Señor.
31 «Estoy contra ti, nación arrogante»,
    afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos;
«al fin ha llegado el día,
    el día de tu castigo.
32 El arrogante tropezará, caerá
    y no habrá quien lo ayude a levantarse.
Prenderé fuego a todas sus ciudades,
    fuego que consumirá cuanto le rodea».

33 Así dice el Señor de los Ejércitos:

«Israel y Judá son pueblos oprimidos;
    sus enemigos los tienen apresados,
    no los dejan en libertad.
34 Pero su Redentor es fuerte,
    su nombre es el Señor de los Ejércitos.
Con vigor defenderá su causa;
    traerá descanso a su tierra,
    pero perturbación a Babilonia.

35 »¡Muerte a[g] los babilonios!
    ¡Muerte a sus oficiales y sabios!»,
    afirma el Señor.
36 «¡Muerte a sus falsos profetas!
    ¡Que pierdan la razón!
¡Muerte a sus guerreros!
    ¡Que queden aterrorizados!
37 ¡Muerte a sus caballos y carros!
    ¡Muerte a todos sus mercenarios!
    ¡Que se vuelvan unos cobardes!
¡Muerte a sus tesoros!
    ¡Que sean saqueados!
38 ¡Muerte a sus aguas!
    ¡Que queden secas!
Porque Babilonia es un país de ídolos,
    de ídolos terribles que provocan la locura.

39 »Por eso las fieras del desierto vivirán allí con las hienas;
    también los avestruces harán allí su morada.
Nunca más volverá a ser habitada;
    quedará despoblada para siempre.
40 Será como cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra
    y a sus ciudades vecinas;
nadie volverá a habitar allí,
    ningún ser humano vivirá en ella»,
    afirma el Señor.

41 «¡Miren! Del norte viene un ejército;
    desde los confines de la tierra
    se moviliza una gran nación y muchos reyes.
42 Empuñan el arco y la lanza;
    son crueles y no tienen compasión.
Lanzan gritos como bramidos del mar
    y cabalgan sobre sus corceles.
¡Vienen contra ti, hija de Babilonia,
    alineados para la batalla como un solo hombre!
43 El rey de Babilonia ha escuchado la noticia,
    sus manos flaquean;
la angustia le domina
    como si tuviera dolores de parto.
44 Como león que sale de la espesura del Jordán
    hacia praderas de verdes pastos,
en un instante espantaré de su tierra a los de Babilonia.
    ¿Quién es el elegido que nombraré para esto?
Porque, ¿quién como yo?
    ¿Quién me puede desafiar?
    ¿Qué pastor se me puede oponer?».

45 Por eso, escuchen el plan que el Señor ha diseñado contra Babilonia;
    escuchen lo que tiene planeado en contra del país de los babilonios:
Serán arrastrados los más pequeños del rebaño;
    por causa de ellos, sus praderas quedarán asoladas.
46 Tiembla la tierra por la estruendosa caída de Babilonia;
    resuenan sus gritos en medio de las naciones.

51 Así dice el Señor:

«¡Miren! Voy a levantar un viento destructor
    contra Babilonia y la gente de Leb Camay.[h]
Enviaré contra Babilonia extranjeros que la lancen por los aires,
    que la aviente como se avienta el trigo, hasta dejarla vacía.
En el día de su calamidad
    la atacarán por todas partes.
Que no tense el arquero su arco[i]
    ni se vista la coraza.
No perdonen a sus jóvenes;
    destruyan su ejército por completo.
Caerán muertos en Babilonia;[j]
    serán traspasados en las calles.
Israel y Judá no han sido abandonados
    por su Dios, el Señor de los Ejércitos,
aunque su tierra está llena de culpa,
    delante del Santo de Israel.

»¡Huyan de Babilonia!
    ¡Sálvese quien pueda!
    No perezcan por causa de su iniquidad.
Porque ha llegado la hora de que el Señor tome venganza;
    ¡él le dará su merecido!
En la mano del Señor Babilonia era una copa de oro
    que embriagaba a toda la tierra.
Las naciones bebieron de su vino
    y se enloquecieron.
Pero de pronto Babilonia cayó hecha pedazos.
    ¡Giman por ella!
Traigan bálsamo para su dolor;
    tal vez pueda ser curada.

»“Quisimos curar a Babilonia,
    pero no pudo ser sanada;
abandonémosla y regrese cada uno a su tierra,
    porque llega su condena hasta los cielos;
    ¡se eleva hasta las nubes!”.

10 »“¡El Señor nos ha vindicado!
    Vengan, que en Sión daremos a conocer
    lo que ha hecho el Señor nuestro Dios”.

11 »¡Afilen las flechas!
    ¡Ármense con escudos!
El Señor ha incitado el espíritu de los reyes de los medos
    para destruir a Babilonia.
Esta es la venganza del Señor,
    la venganza por su Templo.
12 ¡Levanten el estandarte contra los muros de Babilonia!
    ¡Refuercen la guardia!
¡Pongan centinelas!
    ¡Preparen la emboscada!
El Señor cumplirá su propósito;
    cumplirá su decreto contra los babilonios.
13 Tú, que habitas junto a muchas aguas
    y eres rica en tesoros,
has llegado a tu fin,
    al final de tu existencia.
14 El Señor de los Ejércitos ha jurado por sí mismo:
    “Te llenaré de enemigos, como de langostas,
    y lanzarán gritos de victoria sobre ti”.

15 »Dios hizo la tierra con su poder,
    afirmó el mundo con su sabiduría,
    extendió los cielos con su inteligencia.
16 Cuando él deja oír su voz, rugen las aguas en los cielos;
    hace que se levanten las nubes desde los confines de la tierra.
Entre relámpagos desata la lluvia
    y saca de sus depósitos al viento.

17 »La humanidad es necia e ignorante;
    todo orfebre se avergüenza de sus ídolos.
Sus imágenes son un engaño
    y no hay en ellas aliento de vida.
18 No valen nada, son objetos de burla;
    cuando llegue el día del juicio serán destruidos.
19 La porción de Jacob no es como aquellos,
    porque él es el Creador de todas las cosas,
incluso el pueblo de su heredad.
    Su nombre es el Señor de los Ejércitos.

20 »Tú eres mi mazo, mi arma de guerra;
    contigo destrozo naciones y reinos.
21 Contigo destrozo jinetes y caballos;
    contigo destrozo carros de guerra y sus conductores.
22 Contigo destrozo hombres y mujeres;
    contigo destrozo jóvenes y ancianos,
    contigo destrozo jóvenes y doncellas.
23 Contigo destrozo pastores y rebaños;
    contigo destrozo agricultores y yuntas,
    contigo destrozo gobernadores y oficiales.

24 »Pero en presencia de ustedes daré su merecido a Babilonia y a todos sus habitantes por todo el mal que han hecho en Sión», afirma el Señor.

25 «Estoy en contra tuya,
    monte del exterminio,
    que destruyes toda la tierra», afirma el Señor.
«Extenderé mi mano contra ti;
    te haré rodar desde los peñascos
    y te convertiré en monte quemado.
26 No volverán a tomar de ti piedra angular,
    ni piedra de cimiento,
    porque para siempre quedarás desolada»,
    afirma el Señor.

27 «¡Levanten la bandera en la tierra!
    ¡Toquen la trompeta entre las naciones!
¡Convoquen contra ella
    a los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz!
¡Pongan al frente un general!
    ¡Que avancen los caballos cual plaga de langostas!
28 ¡Convoquen contra ella a las naciones,
    a los reyes de Media,
sus gobernadores y oficiales!
    ¡Convoquen a todo su imperio!
29 La tierra tiembla y se sacude;
    se cumplen los planes del Señor contra Babilonia
al convertirla en un desierto desolado
    donde nadie ha de habitar.
30 Dejaron de combatir los guerreros de Babilonia;
    se escondieron en las fortalezas.
Sus fuerzas se agotaron;
    se volvieron unos cobardes.
Sus moradas fueron incendiadas
    y destrozados sus cerrojos.
31 Corre un emisario tras el otro;
    un mensajero sigue a otro mensajero,
para anunciarle al rey de Babilonia
    que toda la ciudad ha sido capturada.
32 Los cruces de los ríos han sido ocupados
    e incendiados los pantanos;
    llenos de pánico quedaron los guerreros».

33 Porque así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel:

«La hija de Babilonia es como una parcela
    en el momento en que se limpia el trigo;
    ¡ya le llega el tiempo de la cosecha!».

34 «Nabucodonosor, el rey de Babilonia,
    me devoró, me confundió;
    me dejó como un jarro vacío.
Me tragó como un monstruo marino,
    con mis delicias se ha llenado el estómago
    para luego vomitarme.
35 Dicen los habitantes de Sión:
    “¡Que recaiga sobre Babilonia la violencia que me hizo!”.
Dice Jerusalén:
    “¡Que nuestra sangre se derrame sobre los habitantes de Babilonia!”».

36 Por eso, así dice el Señor:

«¡Mira! Voy a defender tu causa
    y llevaré a cabo tu venganza;
voy a secar el agua de su mar
    y dejaré secos sus manantiales.
37 Babilonia se convertirá en un montón de ruinas,
    en guarida de chacales,
en objeto de horror y de burla,
    en un lugar sin habitantes.
38 Todo su pueblo ruge como leones;
    gruñe como cachorros de león.
39 Cuando entre en calor,
    serviré la bebida;
    lo embriagaré para que se divierta.
Así dormirá un sueño eterno
    del que ya no despertará»,
    afirma el Señor.
40 «Voy a llevarlo al matadero,
    como si fueran corderos;
    como carneros y chivos.

41 »¡Cómo ha sido capturada Sesac![k]
    ¡Cómo ha sido conquistado el orgullo de toda la tierra!
Babilonia se ha convertido
    en un horror para las naciones.
42 El mar ha subido contra Babilonia;
    agitadas olas la han cubierto.
43 Desoladas han quedado sus ciudades:
    como tierra desolada, como un desierto.
Nadie habita allí;
    nadie pasa por ese lugar.
44 Voy a castigar al dios Bel en Babilonia;
    haré que vomite lo que se ha tragado.
Ya no acudirán a él las naciones
    ni quedará en pie el muro de Babilonia.

45 »¡Huye de ella, pueblo mío!
    ¡Salva tu vida!
    ¡Huye de mi ardiente ira!
46 No desfallezcan, no se acobarden
    por los rumores que corren en la tierra.
Año tras año surgen nuevos rumores;
    rumores de violencia en la tierra
    y de un gobernante que se levanta contra otro.
47 Se acercan ya los días
    en que castigaré a los ídolos de Babilonia.
Toda su tierra será avergonzada;
    caerán sus víctimas en medio de ella.
48 Entonces el cielo y la tierra,
    y todo lo que hay en ellos,
lanzarán gritos de júbilo contra Babilonia,
    porque del norte vendrán sus destructores»,
    afirma el Señor.

49 «Babilonia tiene que caer por las víctimas de Israel,
    así como en toda la tierra
    cayeron las víctimas de Babilonia.
50 Ustedes, los que escaparon de la espada,
    huyan sin demora.
Invoquen al Señor en tierras lejanas
    y no dejen de pensar en Jerusalén».

51 «Sentimos vergüenza por los insultos;
    estamos cubiertos de deshonra,
porque han penetrado extranjeros
    en los lugares santos del Templo del Señor».

52 «Por eso, vienen días»,
    afirma el Señor,
    «en que castigaré a sus ídolos;
a lo largo de toda la tierra
    gemirán sus heridos.
53 Aunque Babilonia suba hasta los cielos,
    y en lo alto fortifique su fortaleza,
    yo enviaré destructores contra ella»,
    afirma el Señor.

54 «Se oyen gritos de dolor en Babilonia
    gran ruido de destrucción
    desde la tierra de los babilonios.
55 El Señor la destruye por completo;
    pone fin a su bullicio.
Rugen sus enemigos como olas agitadas;
    resuena el estruendo de su voz.
56 Llega contra Babilonia el destructor;
    sus guerreros serán capturados
    y sus arcos serán hechos pedazos.
Porque el Señor es un Dios
    que a cada cual da su merecido.
57 Voy a embriagar a sus oficiales y a sus sabios;
    a sus gobernadores, oficiales y guerreros;
dormirán un sueño eterno, del que no despertarán»,
    afirma el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos.

58 Así dice el Señor de los Ejércitos:

«Los anchos muros de Babilonia serán derribados por completo;
    sus imponentes puertas serán incendiadas.
Los pueblos se agotan en vano,
    y las naciones se fatigan por lo que se desvanece como el humo».

59 Este es el mensaje que Jeremías el profeta dio a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando fue a Babilonia con Sedequías, rey de Judá, durante el año cuarto de su reinado. Seraías era el oficial encargado del campamento. 60 Jeremías había descrito en un rollo todas las calamidades que sobrevendrían a Babilonia, es decir, todo lo concerniente a ella. 61 Jeremías dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras. 62 Luego dile: “Señor, tú has dicho que vas a destruir este lugar, que lo convertirás en una ruina perpetua hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal”. 63 Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates. 64 Luego dile: “Así se hundirá Babilonia y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella”».

Aquí concluyen las palabras de Jeremías.

La caída de Jerusalén(D)(E)(F)

52 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamutal, hija de Jeremías, oriunda de Libná. Al igual que Joacim, Sedequías hizo lo malo ante los ojos del Señor, a tal grado que el Señor, en su ira, los echó de su presencia. Todo esto sucedió en Jerusalén y en Judá.

Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

En el año noveno del reinado de Sedequías, a los diez días del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército y atacó a Jerusalén. Acampó frente a la ciudad y construyó torres de asalto a su alrededor. La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedequías.

A los nueve días del mes cuarto, cuando el hambre se agravó en la ciudad y no había más alimento para el pueblo, se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los babilonios[l] la tenían cercada, todo el ejército se escapó. Salieron de noche por la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá,[m] pero el ejército babilonio persiguió al rey Sedequías hasta alcanzarlo en la llanura de Jericó. Sus soldados se dispersaron, abandonándolo, y los babilonios lo capturaron.

Luego lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Jamat. Allí Nabucodonosor dictó su sentencia contra Sedequías. 10 Después, ante sus propios ojos, el rey hizo degollar a sus hijos y a todos los oficiales de Judá. 11 Luego mandó que a Sedequías le sacaran los ojos y le pusieran cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia, donde permaneció preso hasta el día en que murió.

12 A los diez días del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su servidor Nabuzaradán, que era el comandante de la guardia, fue a Jerusalén 13 y prendió fuego al Templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes. 14 Entonces todo el ejército de los babilonios bajo su mando derribó todas las murallas que rodeaban la ciudad. 15 Además, Nabuzaradán, comandante de la guardia, deportó a la gente que quedaba en la ciudad; es decir, a algunos de los más pobres, al resto de los artesanos y a los que se habían aliado con el rey de Babilonia. 16 Sin embargo, dejó a algunos de los más pobres para que se encargaran de los viñedos y de los campos.

17 Los babilonios quebraron las columnas de bronce, las bases y la fuente[n] de bronce que estaban en el Templo del Señor, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 18 También se llevaron las ollas, las tenazas, los cortapabilos, los tazones, la vajilla y todos los utensilios de bronce que se usaban para el culto. 19 Además, el comandante de la guardia tomó las vasijas, los incensarios, los tazones, las ollas, los candelabros, los platos y fuentes para las ofrendas líquidas, todo lo cual era de oro y de plata.

20 El bronce de las dos columnas, de la fuente, de los doce toros de bronce que estaban debajo de la fuente[o] y de las bases, que el rey Salomón había hecho para el Templo del Señor, era tanto que no se podía pesar. 21 Cada columna medía dieciocho codos de alto por doce codos de circunferencia[p] y era hueca por dentro. 22 El capitel de bronce que estaba encima de cada columna medía cinco codos[q] de altura y estaba decorado alrededor con una red y con granadas de bronce. Las dos columnas tenían el mismo adorno. 23 De cada columna pendían noventa y seis granadas, y las granadas que estaban alrededor de la red eran cien en total.

24 El comandante de la guardia tomó presos a Seraías, sacerdote principal, a Sofonías, sacerdote de segundo rango, y a los tres porteros. 25 De los que quedaban en la ciudad, apresó al oficial encargado de las tropas, a siete de los servidores personales del rey, al cronista principal del ejército —encargado de reclutar soldados de entre el pueblo— y a sesenta ciudadanos que todavía estaban dentro de la ciudad. 26 Después de apresarlos, Nabuzaradán, comandante de la guardia, se los llevó al rey de Babilonia, que estaba en Riblá. 27 Allí, en el territorio de Jamat, el rey los hizo ejecutar.

Así Judá fue desterrado y llevado cautivo.

28 Este es el número de personas desterradas por Nabucodonosor:

en el año séptimo de su reinado,

tres mil veintitrés judíos;

29 en el año dieciocho de su reinado,

ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén;

30 en el año veintitrés de su reinado,

Nabuzaradán, el comandante de la guardia real, desterró a setecientos cuarenta y cinco judíos.

En total fueron desterradas cuatro mil seiscientas personas.

Liberación del rey Joaquín(G)

31 En el día veintisiete del mes duodécimo del año treinta y siete del exilio de Joaquín, rey de Judá, Evil Merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, indultó a Joaquín y lo sacó de la cárcel. 32 Lo trató amablemente y le dio una posición más alta que la de los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Joaquín dejó su ropa de prisionero y por el resto de su vida comió a la mesa del rey. 34 Además, durante toda su vida y hasta el día de su muerte, Joaquín gozó de una pensión diaria que le proveía el rey de Babilonia.

Footnotes

  1. 49:1 Moloc. Lit. Malcán; es decir, Milcón. Alt. su rey; también en v. 3.
  2. 49:21 Lit. mar de las Cañas. Término con el que se designa en la Biblia al mar Rojo en su parte septentrional.
  3. 50:1 Lit. caldeos.
  4. 50:8 Lit. caldeos.
  5. 50:10 Lit. Caldea.
  6. 50:25 Lit. caldeos.
  7. 50:35 Muerte a. Lit. Espada contra; también en vv. 36 y 37.
  8. 51:1 Leb Camay es un criptograma que alude a Caldea, es decir, Babilonia.
  9. 51:3 Que … arco. Frase de difícil traducción.
  10. 51:4 Lit. Caldea.
  11. 51:41 Sesac es un criptograma que alude a Babilonia.
  12. 52:7 Lit. caldeos.
  13. 52:7 Arabá. Alt. valle del Jordán.
  14. 52:17 la fuente. Lit. el mar; también en v. 20.
  15. 52:20 debajo de la fuente (LXX y Siríaca); debajo (TM).
  16. 52:21 Es decir, aprox. 8 m de alto por 5.4 m de circunferencia.
  17. 52:22 Es decir, aprox. 2.3 m.

Profecía sobre Amón

49 Acerca de los hijos de Amón.

Así dice el Señor:

¿No tiene hijos Israel?
¿No tiene heredero?
¿Por qué, pues, Milcom[a] se ha apoderado de Gad(A)
y su pueblo se ha establecido en sus ciudades?
Por tanto, he aquí, vienen días —declara el Señor
en que haré que se oiga el grito de guerra(B)
contra Rabá de los hijos de Amón(C),
y será convertida en montón de ruinas,
y sus ciudades[b] serán incendiadas.
Entonces se apoderará Israel de los que lo poseían(D) —dice el Señor.
Gime, Hesbón(E), porque Hai ha sido destruida(F).
Clamad, hijas de Rabá,
ceñíos(G) de cilicio y lamentaos,
corred de un lado a otro por entre los muros,
porque Milcom[c] irá al destierro
junto con sus sacerdotes y sus príncipes(H).
¡Cómo te jactas(I) de los valles!
Tu valle se desvanece,
hija infiel(J),
la que confía en sus tesoros(K), diciendo:
«¿Quién vendrá contra mí(L)?».
He aquí, traigo sobre ti terror
—declara el Señor, Dios[d](M) de los ejércitos—
de todos tus alrededores(N);
y seréis lanzados cada uno delante de sí,
y no habrá quien reúna a los fugitivos(O).
Pero después restauraré
el bienestar[e](P) de los hijos de Amón
—declara el Señor.

Profecía sobre Edom

Acerca de Edom.

Así dice el Señor(Q) de los ejércitos:

¿No hay ya sabiduría(R) en Temán?
¿Se ha perdido el consejo(S) de los prudentes?
¿Se ha corrompido su sabiduría?
Huid, volved, morad en las profundidades,
habitantes de Dedán(T),
porque la ruina de Esaú traeré[f] sobre él
al momento de castigarlo[g](U).
Si vinieran a ti vendimiadores,
¿no dejarían rebuscos?
Si vinieran ladrones de noche,
solo destruirían hasta que les bastara[h](V).
10 Pero yo he despojado totalmente a Esaú,
he descubierto sus escondrijos(W)
y no podrá esconderse.
Ha sido destruida su descendencia[i], sus hermanos
y vecinos, y él ya no existe(X).
11 Deja a tus huérfanos, yo los conservaré con vida;
que tus viudas(Y) confíen en mí.

12 Pues así dice el Señor: He aquí, los que no estaban condenados a[j] beber la copa, ciertamente la beberán(Z), ¿y serás tú absuelto por completo? No serás absuelto, sino que ciertamente la beberás(AA). 13 Porque por mí he jurado —declara el Señor(AB)— que Bosra será motivo de horror, de oprobio, de ruina y de maldición(AC); todas sus ciudades se convertirán en ruinas perpetuas(AD).

14 He oído un mensaje de parte del Señor,
y un mensajero es enviado(AE) entre las naciones, diciendo:
Reuníos y venid contra él(AF),
y levantaos para la guerra(AG).
15 Pues he aquí, pequeño te he hecho entre las naciones,
menospreciado entre los hombres.
16 En cuanto al terror que infundías[k],
te ha engañado la soberbia de tu corazón;
tú que vives en las hendiduras de las peñas[l],
que ocupas la cumbre del monte.
Aunque hagas tu nido(AH) tan alto como el del águila(AI),
de allí te haré bajar —declara el Señor(AJ).

17 Y Edom se convertirá en objeto de horror; todo el que pase por él se quedará atónito y silbará(AK) a causa de todas sus heridas(AL). 18 Como en la destrucción de Sodoma y Gomorra y de sus ciudades vecinas —dice el Señor— nadie habitará allí, ni residirá en él hijo de hombre(AM). 19 He aquí que uno subirá como león de la espesura[m] del Jordán(AN) contra el pastizal de perenne verdor[n], y[o] en un instante lo haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él(AO). Porque ¿quién es como yo(AP) y quién me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que me podrá resistir(AQ)?

20 Por tanto, oíd el plan que el Señor ha trazado contra Edom, y los designios que ha decretado contra los habitantes de Temán: ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño(AR); ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal[p](AS). 21 Al estruendo de su caída tiembla la tierra; hay un clamor. Hasta el mar(AT) Rojo[q] se oye su voz. 22 He aquí, se remonta, vuela veloz como un águila y extiende sus alas contra[r](AU) Bosra. En aquel día el corazón de los valientes de Edom será como el corazón de una mujer de parto(AV).

Profecía sobre Damasco

23 Acerca de Damasco(AW).

Avergonzadas están Hamat y Arfad(AX).
Porque han oído malas noticias(AY)
están desalentadas.
Hay ansiedad(AZ) como en el mar
que no se puede calmar(BA).
24 Desamparada está Damasco;
se ha vuelto para huir,
y el pánico se ha apoderado de ella;
angustia y dolores la oprimen
como a mujer de parto(BB).
25 ¿Cómo es que no ha sido abandonada la ciudad alabada,
la ciudad de mi regocijo(BC)?
26 Por eso sus jóvenes caerán en sus calles,
y todos los hombres de guerra serán
silenciados[s] en aquel día —declara el Señor de los ejércitos(BD).
27 Y prenderé fuego al muro de Damasco
que consumirá los palacios[t] de Ben-adad(BE).

Profecía sobre Cedar y Hazor

28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice el Señor:

Levantaos, subid a Cedar
y destruid a los hijos(BF) del oriente(BG).
29 Sus tiendas(BH) y sus rebaños serán tomados;
las cortinas de sus tiendas, todos sus bienes y sus camellos se los llevarán(BI),
y gritarán el uno al otro: «¡Terror por todas partes(BJ)!».
30 Escapaos, huid; morad en las profundidades,
habitantes de Hazor —declara el Señor—,
porque Nabucodonosor, rey de Babilonia(BK), ha concebido un plan contra vosotros,
ha trazado un designio contra vosotros.
31 Levantaos, subid contra una nación tranquila,
que vive confiada(BL) —declara el Señor.
No tiene puertas ni cerrojos;
viven solitarios(BM).
32 Sus camellos serán el despojo,
y la multitud de sus ganados el botín;
esparciré a todos los vientos(BN) a los que se rapan las sienes,
y de todos lados les traeré su ruina(BO) —declara el Señor.
33 Y Hazor será guarida de chacales,
una desolación para siempre;
nadie habitará allí,
ni residirá en ella hijo de hombre(BP).

Profecía sobre Elam

34 Palabra del Señor que vino al profeta Jeremías acerca de Elam(BQ) al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo(BR): 35 Así dice el Señor de los ejércitos:

«He aquí, quebraré el arco de Elam(BS),
lo mejor[u] de su fortaleza.
36 Y traeré sobre Elam los cuatro vientos
desde los cuatro extremos del cielo(BT),
y a todos estos vientos los esparciré;
no habrá nación(BU)
adonde no vayan los expulsados de Elam.
37 Destrozaré[v] a Elam delante de sus enemigos
y delante de los que buscan sus vidas;
traeré sobre ellos calamidad(BV),
el ardor de mi ira(BW)» —declara el Señor
«y enviaré tras ellos la espada
hasta que los haya acabado(BX).
38 Entonces pondré mi trono en Elam,
y allí destruiré al rey y a los príncipes»
—declara el Señor.
39 «Pero sucederá en los postreros días
que restauraré el bienestar[w] de Elam»
—declara el Señor(BY).

Profecía sobre Babilonia

50 (BZ)Palabra que el Señor habló acerca de Babilonia, la tierra de los caldeos(CA), por medio[x] del profeta Jeremías:

Anunciadlo entre las naciones y hacedlo oír(CB);
levantad estandarte(CC), hacedlo oír.
No lo ocultéis, sino decid:
«Ha sido tomada Babilonia(CD),
está avergonzado Bel(CE), destrozado[y] Merodac[z];
han sido avergonzadas sus imágenes, destrozados[aa] sus ídolos(CF)».
Porque ha subido contra ella una nación del norte(CG)
que hará de su tierra objeto de horror,
y no habrá habitante en ella(CH).
Tanto hombres como animales habrán huido, se habrán ido(CI).
En aquellos días y en aquel tiempo —declara el Señor
vendrán los hijos de Israel, ellos junto con los hijos de Judá(CJ);
vendrán andando y llorando(CK),
y al Señor su Dios buscarán(CL).
Preguntarán por el camino(CM) de Sión,
hacia donde[ab] volverán sus rostros;
vendrán[ac] para unirse al Señor
en un pacto eterno que no será olvidado(CN).
Ovejas perdidas ha venido a ser mi pueblo;
sus pastores las han descarriado(CO),
haciéndolas vagar(CP) por los montes;
han andado de monte en collado(CQ)
y han olvidado su lugar de descanso(CR).
Todos los que los hallaban, los devoraban;
y sus enemigos han dicho: «No somos culpables(CS),
porque ellos han pecado contra el Señor, morada de justicia(CT),
el Señor, esperanza de sus padres(CU)».
Huid de en medio de Babilonia,
y salid[ad] de la tierra de los caldeos(CV);
sed como machos cabríos al frente[ae] del rebaño.
Porque he aquí, yo hago despertar y subir contra Babilonia(CW)
una horda de grandes naciones de la tierra del norte,
que se alinearán para la batalla contra ella;
desde allí será llevada cautiva.
Sus flechas serán como de diestro guerrero[af]
que no vuelve con las manos vacías.
10 Y Caldea[ag] se convertirá en botín;
todos los que la saqueen se saciarán —declara el Señor(CX).

11 Porque os alegráis, porque os regocijáis,
saqueadores de mi heredad(CY),
porque saltáis como novilla trilladora[ah](CZ)
y relincháis como caballos sementales[ai],
12 vuestra madre se avergonzará[aj] en gran manera,
será humillada la que os dio a luz(DA).
He aquí, será la última de las naciones:
desierto, sequedal y yermo(DB).
13 A causa del enojo del Señor, no será habitada(DC),
sino que estará desolada toda ella(DD);
todo el que pase por Babilonia se quedará atónito
y silbará a causa de todas sus heridas(DE).
14 Poneos en orden contra Babilonia en derredor(DF),
todos los que entesáis[ak] el arco;
tirad contra ella, no escatiméis las flechas,
porque ha pecado contra el Señor.
15 Alzad grito de guerra contra ella en derredor.
Se ha rendido[al](DG), caen sus columnas,
son derribadas sus murallas(DH).
Porque esta es la venganza del Señor(DI):
tomad venganza de ella;
como ella ha hecho, así haced con ella(DJ).
16 Exterminad de Babilonia al sembrador
y al que maneja la hoz en tiempo de la siega(DK);
ante la espada opresora[am],
cada uno volverá a su pueblo(DL),
cada uno huirá a su tierra(DM).

17 Rebaño[an] descarriado(DN) es Israel; los leones lo han ahuyentado(DO). Primero lo devoró el rey de Asiria(DP), y después[ao] Nabucodonosor, rey de Babilonia(DQ), quebró sus huesos. 18 Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «He aquí, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria(DR). 19 Y volveré a traer a Israel a su pastizal(DS), y pacerá en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos[ap] en la región montañosa de Efraín(DT) y en Galaad. 20 En aquellos días y en aquel tiempo» —declara el Señor— «se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré(DU) a los que yo haya dejado como remanente(DV)».

21 Sube contra la tierra de Merataim[aq], contra ella
y contra los habitantes de Pecod[ar](DW).
Mátalos y destrúyelos[as] —declara el Señor
y haz conforme a todo lo que te he ordenado.
22 ¡Estruendo de guerra en el país,
y gran destrucción(DX)!
23 ¡Cómo ha sido cortado y quebrado
el martillo de toda la tierra!
¡Cómo se ha convertido Babilonia
en objeto de horror entre las naciones(DY)!
24 Babilonia, te puse lazo, y[at] fuiste atrapada(DZ),
y tú no te diste cuenta(EA);
has sido sorprendida y[au] apresada
porque te pusiste a provocar al Señor(EB).
25 El Señor ha abierto su arsenal
y ha sacado las armas de su indignación(EC),
porque esta es obra del Señor, Dios[av](ED) de los ejércitos,
en la tierra de los caldeos.
26 Venid contra ella desde los últimos confines[aw](EE);
abrid sus graneros,
convertidla en montones
y destruidla por completo[ax](EF);
que no le quede nada.
27 Pasad a espada todos sus novillos;
que desciendan al matadero(EG).
¡Ay de ellos(EH), porque ha llegado su día,
la hora de su castigo(EI)!
28 Se oye la voz de los fugitivos y evadidos de la tierra de Babilonia(EJ)
anunciando en Sión la venganza del Señor nuestro Dios(EK),
la venganza de su templo(EL).

29 Reclutad arqueros[ay] contra Babilonia,
a todos los que entesan[az] el arco;
acampad contra ella por todos lados,
que no haya escape[ba].
Dadle el pago conforme a su obra;
conforme a todo lo que ha hecho, así haced con ella(EM);
porque se ha vuelto insolente contra el Señor(EN),
contra el Santo de Israel.
30 Por tanto sus jóvenes caerán en sus calles,
y todos sus hombres de guerra serán silenciados[bb](EO) en aquel día —declara el Señor(EP).
31 He aquí, estoy contra ti, arrogante[bc],
—declara el Señor, Dios[bd] de los ejércitos(EQ)
porque ha llegado tu día,
la hora en que te castigaré[be].
32 Y la arrogante[bf] tropezará y caerá(ER)
sin que nadie la levante;
y prenderé fuego a sus ciudades,
el cual devorará todos sus alrededores(ES).

33 Así dice el Señor de los ejércitos:

Oprimidos están los hijos de Israel
y los hijos de Judá a una;
todos los que los tomaron cautivos los han retenido,
se han negado a soltarlos(ET).
34 Pero su Redentor es fuerte(EU), el Señor de los ejércitos es su nombre(EV);
defenderá su causa con energía
para traer reposo a la[bg] tierra(EW)
y turbación a los habitantes de Babilonia(EX).
35 Espada(EY) contra los caldeos —declara el Señor
y contra los habitantes de Babilonia(EZ),
contra sus oficiales y sus sabios(FA).
36 Espada contra los impostores[bh], y se volverán necios(FB).
Espada contra sus valientes(FC), y serán destrozados[bi](FD).
37 Espada contra sus caballos y contra sus carros(FE),
y contra todos los extranjeros(FF) que están[bj] en medio de ella,
y serán como mujeres(FG).
Espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
38 Sequía[bk] sobre sus aguas, y se secarán(FH);
porque es una tierra de ídolos,
y se vuelven locos por sus horribles ídolos(FI).
39 Por tanto, allí vivirán las fieras del desierto junto con las hienas[bl],
también vivirán avestruces en ella(FJ);
nunca más será habitada
ni poblada por generación y generación(FK).
40 Como cuando Dios destruyó a Sodoma,
a Gomorra y a sus ciudades vecinas —declara el Señor
ningún hombre habitará allí,
ni residirá en ella hijo de hombre(FL).

41 He aquí, un pueblo viene del norte,
una gran nación,
y muchos reyes se levantarán
de los confines de la tierra(FM).
42 Empuñan arco y jabalina;
son crueles y no tienen misericordia(FN).
Su voz ruge como el mar(FO),
y a caballo van montados,
alineados como un solo hombre para la batalla(FP)
contra ti, hija(FQ) de Babilonia(FR).
43 Ha oído el rey de Babilonia noticias(FS) de ellos,
y flaquean sus manos;
la angustia se ha apoderado de él,
agonía como de mujer de parto(FT).
44 He aquí que uno subirá como león
de la espesura[bm] del Jordán a un pastizal de perenne verdor[bn],
y[bo] en un instante le haré huir de él,
y al que sea escogido nombraré sobre él(FU).
Porque ¿quién es como yo(FV) y quién me citará a juicio?
¿Quién es el pastor que me podrá resistir(FW)?

45 Por tanto, oíd el plan que el Señor ha trazado contra Babilonia(FX), y los designios que ha decretado contra la tierra de los caldeos; ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño(FY); ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal[bp]. 46 Al grito[bq] de ¡Babilonia ha sido tomada!, la tierra tiembla(FZ) y el clamor se oye entre las naciones(GA).

Juicios contra Babilonia

51 Así dice el Señor:

He aquí, levanto contra Babilonia
y contra los habitantes de Leb Camay[br]
el espíritu de un destructor[bs](GB).
Y enviaré extranjeros[bt] a Babilonia que la aventarán(GC)
y vaciarán su tierra;
porque estarán contra ella por todos lados
el día de su tribulación.
Que no entese[bu] el entesador[bv] su arco[bw](GD),
ni[bx] se levante con su coraza(GE);
no perdonéis a sus jóvenes;
entregad a la destrucción todo su ejército.
Caerán muertos[by] en la tierra de los caldeos,
y traspasados en sus calles(GF).

Porque no ha sido abandonado Israel ni Judá
por[bz] su Dios, el Señor de los ejércitos(GG),
aunque su tierra está llena de culpa(GH)
delante del Santo de Israel.
Huid de en medio de Babilonia(GI),
y salve cada uno su vida.
No perezcáis[ca] por su culpa[cb](GJ),
pues este es el tiempo de la venganza del Señor(GK);
Él le dará su pago(GL).
Copa de oro ha sido Babilonia en la mano del Señor,
que embriagaba toda la tierra.
De su vino bebieron las naciones(GM);
se enloquecieron, por tanto, las naciones(GN).
De repente cae Babilonia y se hace pedazos(GO).
Gemid por ella,
traed bálsamo para su dolor(GP);
quizá se cure(GQ).
Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado;
dejadla, y vayamos cada cual a su tierra(GR),
porque ha llegado al cielo su juicio(GS),
se ha elevado hasta las nubes.
10 El Señor ha sacado a la luz nuestra justicia(GT);
venid y contemos en Sión
la obra del Señor nuestro Dios(GU).

11 Afilad las flechas, llenad las aljabas;
el Señor ha despertado el espíritu de los reyes de Media,
porque su plan contra Babilonia es destruirla(GV);
porque esta es la venganza del Señor, la venganza de su templo(GW).
12 Levantad bandera contra los muros de Babilonia;
reforzad la guardia,
apostad centinelas,
preparad emboscadas;
porque el Señor ha decidido, y también ejecutará(GX)
lo que habló acerca de los habitantes de Babilonia(GY).
13 Oh, tú, que moras junto a muchas aguas(GZ),
rica en tesoros(HA),
ha llegado tu fin,
el término[cc] de tu codicia(HB).
14 El Señor de los ejércitos ha jurado por sí mismo(HC):
Ciertamente te llenaré de hombres como langostas(HD),
y entonarán contra ti gritos de victoria[cd].

15 Él es el que hizo la tierra con su poder,
el que estableció el mundo con su sabiduría,
y con su inteligencia extendió los cielos(HE).
16 Cuando emite su voz, hay tumulto de aguas en los cielos,
y hace subir las nubes desde los confines de la tierra.
Él produce los relámpagos(HF) para la lluvia,
y saca el viento(HG) de sus depósitos(HH).
17 Toda la humanidad es necia, falta de conocimiento;
se avergüenza todo orfebre de sus ídolos[ce],
porque sus imágenes fundidas son engaño,
y no hay aliento en ellas(HI).
18 Vanidad son, obra ridícula;
en el tiempo de su castigo perecerán(HJ).
19 No es como estas cosas la porción de Jacob;
porque Él es el Hacedor[cf] de todo,
y de la tribu[cg] de su heredad;
el Señor de los ejércitos es su nombre(HK).
20 Él dice: Eres mi mazo(HL), mi arma de guerra;
contigo destrozaré naciones(HM),
contigo destruiré reinos,
21 contigo destrozaré el caballo y a su jinete(HN),
contigo destrozaré al carro y al que lo conduce(HO),
22 contigo destrozaré al hombre y a la mujer,
contigo destrozaré al viejo y al joven(HP),
contigo destrozaré al mancebo(HQ) y a la virgen,
23 contigo destrozaré al pastor y su rebaño,
contigo destrozaré al labrador y su yunta
y contigo destrozaré a los gobernadores y a los magistrados[ch].

24 Y pagaré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea(HR)
todo el mal que han hecho(HS) en Sión
delante de vuestros ojos —declara el Señor.
25 He aquí, yo estoy contra ti, monte destructor,
que destruyes toda la tierra —declara el Señor(HT).
Extenderé mi mano contra ti(HU),
te haré rodar desde las peñas
y te reduciré a monte quemado(HV).
26 Y no tomarán de ti piedra angular,
ni piedra para cimientos,
pues desolación eterna serás(HW) —declara el Señor.

27 Levantad señal[ci] en la tierra(HX),
tocad trompeta entre las naciones.
Reunid[cj] las naciones contra ella(HY),
convocad contra ella los reinos de Ararat(HZ), Mini y Asquenaz(IA);
nombrad contra ella capitán,
haced subir caballos(IB) como langostas erizadas.

28 Reunid[ck] a las naciones contra ella,
a los reyes de Media,
a sus gobernadores, a todos sus magistrados[cl]
y a toda la tierra de su dominio.
29 La tierra tiembla y se retuerce,
porque se cumplen los designios del Señor contra Babilonia(IC)
de hacer de la tierra de Babilonia
una desolación[cm], sin habitantes(ID).
30 Han dejado de luchar los valientes de Babilonia,
permanecen en las fortalezas;
se han agotado[cn] sus fuerzas(IE),
se han vuelto como mujeres;
han sido incendiadas sus moradas(IF),
rotos están sus cerrojos(IG).
31 Un correo[co] corre al encuentro de otro[cp](IH)
y un mensajero[cq] al encuentro de otro[cr](II),
para decirle al rey de Babilonia
que su ciudad ha sido tomada de un extremo al otro;
32 también los vados han sido ocupados,
y quemados a fuego los juncos[cs],
y los guerreros están aterrados.

33 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel:

La hija de Babilonia es como una era
al tiempo de ser hollada(IJ);
dentro de poco, le llegará el tiempo de la siega(IK).

34 Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia(IL),
me ha dejado como vaso vacío(IM),
me ha tragado como un monstruo,
ha llenado su estómago de mis delicias,
me ha expulsado(IN).
35 Caiga sobre Babilonia la violencia hecha a mí y a mi carne(IO)
—dirá la moradora de Sión.
Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea
—dirá Jerusalén.

36 Por tanto, así dice el Señor:

He aquí, yo defenderé tu causa(IP),
y ejecutaré tu venganza(IQ);
secaré su mar[ct]
y haré que se sequen sus manantiales(IR).
37 Y Babilonia se convertirá en escombros(IS), en guarida de chacales,
en objeto de horror y de burla, sin habitantes(IT).
38 A una como leones rugirán,
gruñirán como cachorros de león(IU).
39 Cuando entren en calor, les serviré su banquete
y los embriagaré(IV), para que se diviertan,
duerman un sueño(IW) eterno
y no despierten —declara el Señor.
40 Los haré bajar como corderos al matadero(IX),
como carneros y[cu] machos cabríos.

41 ¡Cómo ha sido tomada(IY) Sesac[cv],
y arrebatada la gloria de toda la tierra(IZ)!
¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones!
42 El mar[cw] ha subido sobre Babilonia;
con la multitud de sus olas ha sido cubierta(JA).
43 Sus ciudades se han convertido en desolación,
en sequedal y yermo;
una tierra en la cual nadie habita(JB),
y por la cual ningún hijo de hombre pasa(JC).
44 Y castigaré a Bel en Babilonia(JD),
sacaré(JE) de su boca lo que se ha tragado,
y no afluirán más a él las naciones(JF).
Aun la muralla de Babilonia caerá(JG).

45 Salid de en medio de ella, pueblo mío,
y salve cada uno su vida
del ardor de la ira del Señor(JH).
46 Y que no desmaye vuestro corazón(JI),
ni temáis al rumor que se oirá en la tierra(JJ);
porque el rumor vendrá un[cx] año,
y después otro[cy] rumor en otro[cz] año,
y habrá violencia en la tierra(JK)
con gobernante contra gobernante.
47 Por tanto, he aquí, vienen días
en que castigaré a los ídolos(JL) de Babilonia;
será avergonzada toda su tierra(JM),
y todos sus muertos caerán en medio de ella.
48 Entonces gritarán de gozo sobre Babilonia(JN)
el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay,
porque del norte vendrán a ella destructores(JO)
—declara el Señor.

49 Ciertamente caerá Babilonia por los muertos de Israel(JP),
como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierra(JQ).
50 Los que escapasteis de la espada,
partid, no os detengáis(JR);
acordaos desde lejos del Señor,
y venga Jerusalén a vuestra memoria[da](JS).
51 Estamos avergonzados porque hemos oído la afrenta;
la ignominia ha cubierto nuestros rostros(JT),
porque extranjeros han entrado
en los santuarios(JU) de la casa del Señor.

52 Por tanto, he aquí, vienen días —declara el Señor
en que castigaré a sus ídolos(JV),
y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte.
53 Aunque Babilonia ascienda a los cielos,
y aunque fortifique en lo alto su baluarte[db](JW),
de mi parte llegarán destructores a ella(JX) —declara el Señor.

54 ¡Clamor de gritos desde Babilonia,
y de gran destrucción de la tierra(JY) de los caldeos!
55 Porque el Señor destruirá a Babilonia,
y hará desaparecer de ella su gran bullicio[dc].
Bramarán sus olas como muchas aguas(JZ);
resonará[dd] el estruendo de sus voces.
56 Porque viene contra ella, contra Babilonia, el destructor(KA),
sus valientes serán apresados,
quebrados están sus arcos(KB);
porque Dios de retribuciones es el Señor,
ciertamente dará la paga(KC).
57 Yo embriagaré(KD) a sus príncipes y a sus sabios,
a sus gobernantes, a sus magistrados[de] y a sus valientes,
y dormirán un sueño(KE) eterno y no despertarán
—declara el Rey cuyo nombre es el Señor de los ejércitos(KF).

58 Así dice el Señor de los ejércitos:

La ancha muralla de Babilonia será totalmente arrasada(KG),
y sus altas puertas(KH) quemadas;
los pueblos habrán trabajado en vano,
y las naciones solo para el fuego(KI) se habrán fatigado(KJ).

59 Mensaje[df] que el profeta Jeremías mandó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando fue con Sedequías, rey de Judá(KK), a Babilonia en el año cuarto de su reinado(KL). (Seraías era jefe de abastecimientos.) 60 Escribió, pues, Jeremías en un solo rollo[dg] toda la calamidad que había de venir sobre Babilonia, es decir, todas estas palabras que han sido escritas(KM) acerca de Babilonia. 61 Y Jeremías dijo a Seraías: Tan pronto llegues a Babilonia, lee[dh] en voz alta todas estas palabras, 62 y di: «Oh Señor, tú has hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal[di], sino que desolación eterna será(KN)». 63 Y[dj] tan pronto termines de leer este rollo[dk], le atarás una piedra y lo arrojarás(KO) en medio del Eufrates, 64 y dirás: «Así se hundirá Babilonia y no se levantará más, por la calamidad que traeré sobre ella(KP); extenuados sucumbirán(KQ)». Hasta aquí las palabras(KR) de Jeremías.

Caída de Jerusalén y la deportación

52 (KS)Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal[dl], hija de Jeremías, de Libna(KT). Él hizo lo malo ante los ojos del Señor conforme a todo lo que había hecho Joacim(KU). Por causa de la ira del Señor sucedió esto en Jerusalén y en Judá, hasta que Él los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia(KV). (KW)Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella(KX), y edificaron un muro de asedio alrededor de[dm] ella(KY). Y la ciudad estuvo bajo sitio hasta el año once del rey Sedequías(KZ). En el mes cuarto, a los nueve días del mes(LA), cuando se agravó el hambre en la ciudad y no había alimento para el pueblo[dn](LB), se abrió brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había junto al jardín del rey(LC), a pesar de que los caldeos estaban alrededor de[do] la ciudad(LD), y se fueron por el camino del Arabá[dp](LE). Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y alcanzó a Sedequías en los llanos[dq] de Jericó, y todo su ejército se dispersó de su lado(LF). Entonces capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla en la tierra de Hamat(LG), y allí él lo sentenció[dr](LH). 10 Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos y también degolló a todos los príncipes[ds] de Judá en Ribla(LI). 11 Después sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia lo ató con grillos de bronce y lo llevó a Babilonia y lo puso en prisión hasta el día de su muerte(LJ).

12 (LK)Y en el mes quinto, a los diez días del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio[dt] del rey de Babilonia(LL). 13 Y quemó la casa del Señor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió fuego a toda casa grande(LM). 14 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó todas las murallas alrededor de Jerusalén(LN). 15 Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado[du] al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos(LO). 16 Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para que fueran viñadores y labradores[dv](LP).

17 Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del Señor, también las basas y el mar(LQ) de bronce(LR) que estaban en la casa del Señor, y llevaron todo su bronce a Babilonia(LS). 18 Se llevaron además los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones[dw] y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio del templo(LT). 19 El capitán de la guardia también se llevó los cuencos, los braseros, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones[dx] y los tazones de libación, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura(LU). 20 En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar[dy] y las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del Señor, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos(LV). 21 Respecto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos[dz], y tenía doce codos de circunferencia[ea](LW) y cuatro dedos de espesor, y era hueca. 22 Y había sobre ella un capitel de bronce; la altura de cada capitel era de cinco codos, con una malla y granadas sobre el capitel, rodeándolo, todo de bronce. Y la segunda columna era igual[eb], con las granadas(LX). 23 Y había noventa y seis granadas que pendían[ec]; el total de las granadas era de cien en la malla alrededor(LY).

24 Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres oficiales del templo[ed](LZ). 25 También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey[ee] que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo[ef] que se hallaban dentro de la ciudad(MA). 26 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla(MB). 27 Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat(MC). Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra(MD).

28 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó al destierro: en el año séptimo[eg], tres mil veintitrés judíos(ME); 29 en el año dieciocho de Nabucodonosor, ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén; 30 en el año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, capitán de la guardia(MF), llevó al destierro a setecientos cuarenta y cinco judíos; en total fueron cuatro mil seiscientas personas.

31 (MG)Y[eh] en el año treinta y siete del destierro de Joaquín, rey de Judá, en el mes doce, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac[ei], rey de Babilonia, en el año primero de su reino, favoreció a[ej](MH) Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 32 Y le habló amigablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia(MI). 33 Joaquín se quitó sus vestidos de prisión y comió[ek] siempre en la[el] presencia del rey(MJ), todos los días de su vida(MK); 34 y para su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey de Babilonia, una porción para cada día, todos los días de su vida(ML) hasta el día de su muerte.

Footnotes

  1. Jeremías 49:1 Heb., Malcam
  2. Jeremías 49:2 Lit., hijas
  3. Jeremías 49:3 Heb., Malcam
  4. Jeremías 49:5 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  5. Jeremías 49:6 O, haré volver a los cautivos
  6. Jeremías 49:8 O, he traído
  7. Jeremías 49:8 O, que le castigué
  8. Jeremías 49:9 Lit., lo suficiente para ellos
  9. Jeremías 49:10 Lit., simiente
  10. Jeremías 49:12 Lit., cuya sentencia no fue la de
  11. Jeremías 49:16 Lit., a tu terror
  12. Jeremías 49:16 O, de Sela
  13. Jeremías 49:19 Lit., del orgullo
  14. Jeremías 49:19 O, una habitación perenne
  15. Jeremías 49:19 Lit., porque
  16. Jeremías 49:20 O, habitación
  17. Jeremías 49:21 Lit., mar de Cañas
  18. Jeremías 49:22 O, sobre
  19. Jeremías 49:26 O, destruidos
  20. Jeremías 49:27 O, las fortalezas
  21. Jeremías 49:35 Lit., primero
  22. Jeremías 49:37 O, E infundiré temor
  23. Jeremías 49:39 O, haré volver a los cautivos
  24. Jeremías 50:1 Lit., mano
  25. Jeremías 50:2 O, anonadado(s)
  26. Jeremías 50:2 O, Marduk
  27. Jeremías 50:2 O, anonadado(s)
  28. Jeremías 50:5 Lit., aquí
  29. Jeremías 50:5 En el T.M., venid
  30. Jeremías 50:8 Lit., y que salgan
  31. Jeremías 50:8 O, delante
  32. Jeremías 50:9 Así en algunos mss. y versiones antiguas; en el T.M., un guerrero que causa privación de hijos
  33. Jeremías 50:10 O, los caldeos
  34. Jeremías 50:11 Otra posible lectura es: en la hierba
  35. Jeremías 50:11 Lit., poderosos
  36. Jeremías 50:12 O, ha sido avergonzada
  37. Jeremías 50:14 Lit., pisáis (para entesarlo)
  38. Jeremías 50:15 Lit., ha tendido su mano
  39. Jeremías 50:16 O, la espada del opresor
  40. Jeremías 50:17 Lit., Oveja
  41. Jeremías 50:17 Lit., y este último
  42. Jeremías 50:19 Lit., se saciará su alma
  43. Jeremías 50:21 I.e., doble rebelión
  44. Jeremías 50:21 I.e., castigo
  45. Jeremías 50:21 Lit., dedica al anatema
  46. Jeremías 50:24 Lit., y también
  47. Jeremías 50:24 Lit., y también
  48. Jeremías 50:25 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  49. Jeremías 50:26 Lit., el fin
  50. Jeremías 50:26 Lit., y dedicad al anatema
  51. Jeremías 50:29 Otra posible lectura es: muchos
  52. Jeremías 50:29 Lit., pisan (para entesar)
  53. Jeremías 50:29 Algunos mss. agregan: para ella
  54. Jeremías 50:30 O, destruidos
  55. Jeremías 50:31 Lit., arrogancia
  56. Jeremías 50:31 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  57. Jeremías 50:31 Otra posible lectura es: de tu castigo
  58. Jeremías 50:32 Lit., arrogancia
  59. Jeremías 50:34 Lit., su
  60. Jeremías 50:36 I.e., falsos profetas
  61. Jeremías 50:36 O, anonadados
  62. Jeremías 50:37 Lit., toda la población mixta que está
  63. Jeremías 50:38 Otra posible lectura es: Espada
  64. Jeremías 50:39 O, animales aulladores
  65. Jeremías 50:44 Lit., del orgullo
  66. Jeremías 50:44 O, una habitación perenne
  67. Jeremías 50:44 Lit., porque
  68. Jeremías 50:45 O, habitación
  69. Jeremías 50:46 Lit., A la voz
  70. Jeremías 51:1 Nombre en clave para Caldea; o, el corazón de los que se levantan contra mí
  71. Jeremías 51:1 O, un viento destructor
  72. Jeremías 51:2 Otra posible lectura es: aventadores
  73. Jeremías 51:3 Lit., pise (para entesar)
  74. Jeremías 51:3 I.e., el defensor caldeo
  75. Jeremías 51:3 En el T.M., Contra el que entesa su arco, entéselo
  76. Jeremías 51:3 En el T.M., contra el que
  77. Jeremías 51:4 O, heridos
  78. Jeremías 51:5 Lit., no ha enviudado...de
  79. Jeremías 51:6 Lit., No seáis silenciados
  80. Jeremías 51:6 O, en su iniquidad
  81. Jeremías 51:13 Lit., codo o medida
  82. Jeremías 51:14 I.e., como el cantar de los lagareros
  83. Jeremías 51:17 O, imágenes talladas
  84. Jeremías 51:19 Lit., Formador
  85. Jeremías 51:19 O, del Cetro
  86. Jeremías 51:23 O, sátrapas
  87. Jeremías 51:27 O, bandera
  88. Jeremías 51:27 Lit., Consagrad
  89. Jeremías 51:28 Lit., Consagrad
  90. Jeremías 51:28 O, sátrapas
  91. Jeremías 51:29 O, objeto de horror
  92. Jeremías 51:30 Lit., secado
  93. Jeremías 51:31 Lit., corredor
  94. Jeremías 51:31 Lit., corredor
  95. Jeremías 51:31 Lit., heraldo
  96. Jeremías 51:31 Lit., heraldo
  97. Jeremías 51:32 Lit., pantanos
  98. Jeremías 51:36 O, ancho río
  99. Jeremías 51:40 Lit., con
  100. Jeremías 51:41 Nombre en clave para Babilonia
  101. Jeremías 51:42 O, ancho río
  102. Jeremías 51:46 Lit., en el
  103. Jeremías 51:46 Lit., el
  104. Jeremías 51:46 Lit., el
  105. Jeremías 51:50 Lit., vuestro corazón
  106. Jeremías 51:53 Lit., fortalezca la cumbre de su poder
  107. Jeremías 51:55 O, voz
  108. Jeremías 51:55 Lit., será dado
  109. Jeremías 51:57 O, sátrapas
  110. Jeremías 51:59 Lit., Palabra
  111. Jeremías 51:60 O, libro
  112. Jeremías 51:61 Lit., mira y lee
  113. Jeremías 51:62 Lit., desde el hombre hasta animal
  114. Jeremías 51:63 Lit., Y sucederá que
  115. Jeremías 51:63 O, libro
  116. Jeremías 52:1 Otra posible lectura es: Hamital
  117. Jeremías 52:4 Lit., contra
  118. Jeremías 52:6 Lit., pueblo de la tierra
  119. Jeremías 52:7 Lit., por todos lados contra
  120. Jeremías 52:7 I.e., valle del Jordán
  121. Jeremías 52:8 Lit., el Arabá
  122. Jeremías 52:9 Lit., habló juicios con él
  123. Jeremías 52:10 O, jefes
  124. Jeremías 52:12 Lit., estaba de pie delante
  125. Jeremías 52:15 Lit., caídos que habían caído
  126. Jeremías 52:16 O, trabajadores sin paga
  127. Jeremías 52:18 O, cucharas para incienso
  128. Jeremías 52:19 O, cucharas para incienso
  129. Jeremías 52:20 Así en la versión gr. (sept.) y en la siriaca; el hebreo omite: el mar
  130. Jeremías 52:21 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
  131. Jeremías 52:21 Lit., y una cuerda de doce codos la rodeaba
  132. Jeremías 52:22 Lit., como estas
  133. Jeremías 52:23 Lit., al viento
  134. Jeremías 52:24 Lit., guardas del umbral
  135. Jeremías 52:25 Lit., hombres de los que veían el rostro del rey
  136. Jeremías 52:25 Lit., pueblo de la tierra
  137. Jeremías 52:28 O posiblemente, diecisiete
  138. Jeremías 52:31 Lit., Y sucedió que
  139. Jeremías 52:31 O, Awil-Marduc («hombre de Marduc»)
  140. Jeremías 52:31 Lit., levantó la cabeza de
  141. Jeremías 52:33 Lit., comió pan
  142. Jeremías 52:33 Lit., su

Profecía acerca de los amonitas

49 Así ha dicho el Señor acerca de los hijos de Amón:(A)

«¿Acaso Israel no tiene hijos? ¿Acaso no tiene ningún heredero? ¿Por qué Milcón le ha quitado a Gad su territorio, y ha establecido a su pueblo en sus ciudades? Por eso, vienen días en que haré que se oiga clamor de guerra en Rabá, la ciudad de los amonitas. Entonces Rabá quedará convertida en un montón de ruinas, y sus ciudades serán incendiadas, e Israel retomará el territorio que los amonitas le quitaron.

—Palabra del Señor.

»¡Deja oír, Jesbón, tus lamentos! La ciudad de Hai será destruida. Y ustedes, mujeres de Rabá, ¡griten y vístanse de luto! ¡Lloren de tristeza y rodeen las colinas! Milcón será llevado en cautiverio, junto con sus sacerdotes y sus príncipes. Ciudad contumaz, que confías en tus tesoros y crees que nadie podrá atacarte, ¿por qué te vanaglorias de los valles, si tu valle ha sido desolado? Yo voy a rodearte de espanto por todos lados, y toda tu gente será puesta en fuga, sin que nadie se ocupe de reagruparlos.

—Palabra del Señor de los ejércitos.

»Después de eso, haré volver a los amonitas de su cautividad.»

—Palabra del Señor.

Profecía acerca de Edom

Así ha dicho el Señor de los ejércitos acerca de Edom:(B)

«¿Ya no hay sabiduría en Temán? ¿Ya no pueden sus sabios dar consejos? ¿Se afectó su sabiduría? ¡Huyan, habitantes de Dedán! ¡Retrocedan, y quédense a vivir en lugares escondidos! Porque cuando yo castigue a Esaú voy a traer sobre él la destrucción. Cuando los vendimiadores recogen uvas, no se llevan todas; y cuando los ladrones asaltan por la noche, tampoco se llevan todo. 10 Pero a Esaú lo voy a dejar desnudo. Encontraré sus escondrijos, y no podrá esconderse de mí. Toda su descendencia, y sus hermanos y vecinos, serán destruidos, y dejará de existir. 11 Pero a sus huérfanos yo los criaré, y sus viudas podrán depender de mí.»

12 Así ha dicho el Señor:

«Los que no estaban condenados a beber la copa de mi ira, tuvieron que beberla. Así que tú de ninguna manera serás absuelto, sino que también tendrás que beberla. 13 Yo he jurado por mí mismo, que Bosra quedará asolada y solitaria, y como objeto de oprobio y maldición. ¡Todas sus ciudades quedarán en ruinas para siempre!»

—Palabra del Señor.

14 Yo, Jeremías, recibí un mensaje del Señor. Fue el mismo mensaje que había enviado a las naciones, y que decía:

«¡Júntense contra Edom, y declárenle la guerra! 15 Edom, yo te haré pequeño entre las naciones, y menospreciado entre los hombres. 16 Tú, que habitas en las cuevas de las peñas, en lo alto de las montañas: Tu arrogancia y la soberbia de tu corazón te engañaron. Aunque pongas tu nido en las alturas, como las águilas, de allí te haré descender.»

—Palabra del Señor.

17 Y Edom quedará en ruinas. Todos los que pasen junto a ella, quedarán asombrados y se burlarán de todas sus calamidades. 18 Le pasará lo mismo que a Sodoma y Gomorra y sus ciudades vecinas,(C) cuando fueron destruidas: Nunca más volverá a ser habitada.

—Palabra del Señor.

19 El Señor vendrá contra Edom como un león que sale de los bosques del Jordán y ataca a un rebaño fuerte y robusto. Lo hará huir de su tierra, y al frente de ella pondrá a quien él escoja. Porque nadie puede compararse al Señor; nadie puede ocupar su lugar. ¿Qué jefe hay que pueda oponerse a él? 20 Por lo tanto, escuchen lo que el Señor ha decidido hacer contra Edom, es decir, los planes que piensa ejecutar contra los habitantes de Temán. Todos serán llevados como ovejas, aún los más pequeños, y sus campos serán destruidos. 21 Su caída será tan estruendosa que la tierra temblará, y sus gritos se oirán hasta el Mar Rojo. 22 El enemigo vendrá como águila, y remontará el vuelo y se lanzará contra Bosra. Ese día, el corazón de los valientes de Edom será como el corazón de una mujer parturienta.

Profecía acerca de Damasco

23 Acerca de Damasco.(D) Jamat y Arfad han recibido malas noticias, y no saben qué hacer. Se derriten de miedo; son como el mar, que no puede sosegarse. 24 Damasco ha perdido el ánimo, y se dispone a huir. La dominan el miedo y la angustia; le han sobrevenido dolores, como de mujer parturienta. 25 ¡Abandonada ha quedado la ciudad alabada, la ciudad alegre! 26 Por eso en aquel día sus jóvenes y todos sus hombres de guerra morirán en sus calles.

—Palabra del Señor de los ejércitos.

27 Y el Señor prenderá fuego a las murallas de Damasco, y ese fuego consumirá las casas de Ben Adad.

Profecía sobre Cedar y Jazor

28 Así ha dicho el Señor acerca de Cedar y de los reinos de Jazor, a los cuales el rey Nabucodonosor de Babilonia destruyó:

«¡Levántense, y ataquen a Cedar! ¡Destruyan a los hijos del oriente! 29 ¡Despójenlos de sus tiendas y de sus ganados! ¡Tomen para ustedes sus cortinas y todos sus utensilios, y aun sus camellos! ¡Digan a voz en cuello que hay terror por todas partes! 30 ¡Huyan, habitantes de Jazor! ¡Váyanse muy lejos, y habiten en lugares escondidos! Nabucodonosor, el rey de Babilonia, ya ha trazado planes contra ustedes, y piensa derrotarlos.»

—Palabra del Señor.

31 ¡Vamos, ataquen a esa nación pacífica, que vive confiada y solitaria! ¡Ni siquiera tiene puertas ni cerrojos!

—Palabra del Señor.

32 «Yo voy a esparcirlos por los cuatro vientos; voy a arrojarlos hasta el último rincón del mundo. Sus camellos y sus muchos ganados serán el botín de guerra. De todos lados voy a traer la ruina sobre ellos.

—Palabra del Señor.

33 »Jazor quedará para siempre convertida en un desierto, en refugio de chacales; No habrá nadie que habite ese territorio.»

Profecía sobre Elam

34 Al principio del reinado de Sedequías en Judá, la palabra del Señor vino al profeta Jeremías acerca de Elam, y le dijo:

35 «Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Voy a quebrar el arco de Elam, que es la parte principal de su fortaleza. 36 Voy a traer sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y a los cuatro vientos los lanzaré. No habrá una sola nación a donde no vayan los fugitivos de Elam. 37 Y haré que Elam se deje intimidar por sus enemigos, por los que quieren quitarle la vida. Yo traeré sobre ellos la calamidad y el ardor de mi ira, y enviaré la espada, para que los persiga hasta acabar con ellos.

—Palabra del Señor.

38 »Pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe.

—Palabra del Señor.

39 »Pero en los últimos días haré volver a los cautivos de Elam.»

—Palabra del Señor.

Profecía contra Babilonia

50 Por medio del profeta Jeremías el Señor dio este mensaje contra Babilonia,(E) es decir, contra la tierra de los caldeos.

«¡Anúncienlo en las naciones! ¡Levanten las banderas y háganlo saber! ¡Ya es del dominio público, así que no lo disimulen! ¡Digan que Babilonia ha sido conquistada, que el dios Bel ha quedado confundido, y que Merodac está deshecho. Las imágenes de sus ídolos han sido destrozadas. La atacó una nación del norte, y dejó desolada su tierra. Ya no hay en ella gente ni animales. ¡Todos huyeron, todos se han ido!

»Cuando llegue el momento, vendrán juntos los hijos de Israel y los hijos de Judá, y llorando irán en busca del Señor su Dios.

—Palabra del Señor.

»Preguntarán por el camino de Sión, y hacia allá se dirigirán, y unos a otros se dirán: “Vengan, hagamos con el Señor un pacto eterno que jamás se olvide.”

»Mi pueblo es un rebaño de ovejas perdidas. Sus pastores las hicieron perder el camino, y se descarriaron por los montes. Anduvieron de monte en monte, y se olvidaron de sus rediles. Todos los que las hallaban, las devoraban; sus enemigos alegaban no cometer ningún pecado, porque antes ellas habían pecado contra el Señor, que es mansión de justicia y esperanza de sus padres.

»¡Huyan de Babilonia!(F) ¡Salgan del país de los caldeos! ¡Sean como los machos cabríos, que van al frente del rebaño! Porque yo estoy incitando contra Babilonia a una alianza de poderosos pueblos del norte, y voy a hacer que la ataquen. Desde allá se prepararán para atacarla, y la conquistarán. Son arqueros diestros y valientes, y sus flechas siempre dan en el blanco. 10 Caldea será botín de guerra; todos los que la saqueen quedarán satisfechos.

—Palabra del Señor.

11 »Y es que ustedes, babilonios, se alegraron y regocijaron destruyendo a mi pueblo. Retozaron como novillas sobre la hierba, relincharon como caballos. 12 Pero esa ciudad que los vio nacer quedará avergonzada y humillada, convertida en un desierto, en un árido páramo. ¡Será la menos importante de las naciones!»

13 La ira del Señor hará que se quede abandonada y sin que nadie la habite. Todos los que pasen por Babilonia quedarán asombrados y se burlarán de su desgracia. 14 Ustedes todos, los que tensan el arco: ¡fórmense y rodeen a Babilonia! ¡Disparen sus flechas, y no las escatimen! Porque Babilonia pecó contra el Señor. 15 ¡Rodéenla y lancen gritos contra ella! ¡Tomen venganza de ella, y hagan que se rinda! ¡Derriben sus torres, y echen abajo sus murallas! ¡Hagan con ella lo que ella hizo con otros! ¡Ésta es la venganza del Señor! 16 ¡Acaben en Babilonia con todos los que siembran y siegan! Cuando los extranjeros se enfrenten a la espada destructora, todos ellos volverán los ojos a su pueblo y saldrán huyendo a su país.

17 Israel es un rebaño descarriado, dispersado por los leones. Primero lo devoró el rey de Asiria, y después el rey Nabucodonosor de Babilonia le trituró los huesos. 18 Por lo tanto, así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel:

«Voy a castigar al rey de Babilonia y a su país, como antes castigué al rey de Asiria. 19 Y haré que Israel vuelva a su lugar de residencia, para que se alimente en el Carmelo y en Basán; para que sacie su apetito en el monte de Efraín y en Galaad. 20 Cuando lleguen el día y el momento, se buscará acusar a Israel por su maldad, y a Judá por sus pecados, y no se hallará de qué acusarlos, porque yo perdonaré a los que haya dejado con vida.

—Palabra del Señor.

21 »¡Ataca a la tierra de Meratayin,[a] y a los habitantes de Pecod![b] ¡Destrúyelos, persíguelos hasta matarlos! ¡Haz todo tal y como yo te lo he ordenado.

—Palabra del Señor.

22 Se oye en la tierra estruendo de guerra y de gran destrucción. 23 ¡Babilonia, que desmenuzaba a otros pueblos como un martillo, ahora ha sido totalmente desmenuzada! ¡Se ha convertido en motivo de horror para todas las naciones! 24 El Señor te tendió una trampa, Babilonia, y caíste en ella. Sin darte cuenta, quedaste atrapada, porque lo desafiaste. 25 Abrió el Señor su arsenal, y en su furia sacó sus armas. Esto lo ha hecho el Señor, el Dios de los ejércitos, en la tierra de los caldeos. 26 ¡Vengan contra ella desde los confines de la tierra! ¡Abran sus graneros, y conviértanla en un montón de ruinas! ¡Destrúyanla, que no le quede nada! 27 ¡Maten a todos sus novillos! ¡Llévenlos al matadero! ¡Ay de ellos, pues su día ha llegado! ¡Llegó la hora de su castigo!

28 Puede oírse a los que huyen en desbandada de la tierra de Babilonia, y dan en Sión las noticias de que el Señor nuestro Dios se está vengando por lo que antes hicieron en su templo.

29 «¡Junten alrededor de Babilonia a los arqueros! ¡Acampen contra ella y lancen sus flechas! ¡Que no escape nadie! ¡Denle su merecido!(G) ¡Hagan con ella lo que ella hizo con otros! Porque ella se rebeló contra el Señor, contra el Santo de Israel. 30 Por eso sus jóvenes caerán muertos por las calles. Ese día, todos sus guerreros serán derrotados.

—Palabra del Señor.

31 »Yo estoy contra ti, pueblo insolente. Ha llegado ya el día y la hora de tu castigo.

—Palabra del Señor de los ejércitos.

32 »Y tú, pueblo insolente, tropezarás y rodarás por tierra, y no habrá quien te levante. Yo les prenderé fuego a tus ciudades, y quemaré todos sus alrededores.»

33 Así ha dicho el Señor de los ejércitos:

«Los hijos de Israel y los hijos de Judá fueron oprimidos al mismo tiempo; todos sus opresores los tomaron cautivos y no los quisieron soltar. 34 Pero yo soy su poderoso Redentor. Mi nombre es el Señor de los ejércitos. Yo seré su defensor, y daré reposo a su tierra, pero a los habitantes de Babilonia no los dejaré reposar.

35 »¡Guerra contra los caldeos! ¡Guerra contra los habitantes de Babilonia! ¡Guerra contra sus príncipes y sus sabios!

—Palabra del Señor.

36 »¡Guerra contra los adivinos! ¡Que pierdan su sabiduría! ¡Guerra contra sus valientes! ¡Que pierdan el valor! 37 ¡Guerra contra sus caballos y sus carros, y contra toda la gente que en ella se encuentra! ¡Que se acobarden como mujeres! ¡Guerra contra sus tesoros! ¡Que sean saqueados! 38 ¡Que todos sus manantiales se sequen! Porque son un país idólatra, aturdido con tantas imágenes.

39 »Por lo tanto, Babilonia llegará a ser la guarida de las fieras salvajes y de los chacales;(H) allí también se guarecerán los polluelos del avestruz, y nunca más volverá a poblarse, ni habrá jamás quien la habite. 40 Será como cuando yo destruí a Sodoma y Gomorra, y a sus ciudades vecinas:(I) nunca nadie volverá a habitarla.

—Palabra del Señor.

41 Viene ya un pueblo del norte. Una gran nación y muchos reyes se levantan desde los confines de la tierra. 42 Son crueles y desalmados. Manejan el arco y la lanza, montan caballos, y su voz resuena como el mar. Se preparan a atacarte, pobre Babilonia, como hombres de guerra que son. 43 Cuando el rey de Babilonia supo la noticia, sus manos desfallecieron; le sobrevino la angustia, y le dieron dolores como de mujer parturienta.

44 «Yo vendré contra la fortaleza amurallada, como un león que sale de los bosques del Jordán, y muy pronto los haré huir de la ciudad. Pondré al frente de ella a quien yo elija; porque ¿quién puede compararse a mí?; ¿quién puede ocupar mi lugar?; ¿qué pastor puede hacerme frente? 45 Así que oigan lo que yo, el Señor, he determinado hacer contra Babilonia, y los planes que he trazado contra el país de los caldeos. Aun sus niños más pequeños serán llevados cautivos, y sus casas serán destruidas. 46 Cuando Babilonia sea conquistada, sus gritos harán que tiemble la tierra; su clamor se oirá en todas las naciones.»

Sentencia del Señor contra Babilonia

51 Así ha dicho el Señor:

«Voy a lanzar un viento destructor contra Babilonia y contra sus habitantes, porque se han rebelado contra mí. Y enviaré contra Babilonia gente que la aventará por los aires y dejará vacía su tierra. Cuando llegue el día de la calamidad, la atacarán por todos los flancos. No tendrán tiempo sus arqueros de extender sus arcos, ni de engalanarse con su coraza. Tampoco se salvarán sus jóvenes guerreros. ¡Todo su ejército será derrotado! En la tierra de los caldeos caerán muertos por las calles, atravesados por las lanzas. Aunque Israel y Judá han llenado su tierra de pecado contra mí, que soy su esposo y Dios; contra mí, que soy el Santo de Israel y Señor de los ejércitos, todavía no se han quedado en el abandono.»

¡Salgan de Babilonia! ¡Pónganse a salvo, para que no perezcan por causa de su maldad! ¡Ha llegado la hora de la venganza del Señor, y él le dará su merecido! En las manos del Señor, Babilonia fue una copa de oro que embriagó a toda la tierra; los pueblos bebieron de ella(J) y quedaron aturdidos. En un momento cayó Babilonia, y se hizo pedazos. Lloren por ella, y suavicen con bálsamos su dolor. Tal vez sane.

Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejémosla, y volvamos a nuestra tierra, porque su sentencia ha llegado hasta el cielo,(K) ¡se ha elevado hasta las nubes! 10 El Señor sacó a la luz nuestra justicia; ¡vengan, vayamos a proclamar en Sión la obra del Señor, nuestro Dios.

11 ¡Limpien las saetas, y tomen los escudos! El Señor ha despertado el espíritu de los reyes de Media, y éstos sólo piensan en destruir a Babilonia. Así es como el Señor se vengará de quienes destruyeron su templo. 12 ¡Agiten la bandera sobre los muros de Babilonia! ¡Refuercen la guardia, y pongan centinelas! ¡Preparen las emboscadas! ¡El Señor ha decidido llevar a cabo sus planes en contra de los habitantes de Babilonia! 13 Tú, que pusiste tu trono entre los caudalosos ríos;(L) tú, que posees grandes tesoros: Tu fin ha llegado; ¡llegaste al final de tu carrera! 14 El Señor de los ejércitos ha jurado por sí mismo: «Yo lanzaré contra ti tanta gente, que parecerán una plaga de langostas! ¡Contra ti lanzarán sus gritos de victoria!»

15 Con su poder, el Señor hizo la tierra;
con su sabiduría afirmó el mundo,
con su inteligencia extendió los cielos.
16 Él habla, y en los cielos
las aguas se agitan tumultuosas;
él hace que las nubes se levanten
desde lo más recóndito de la tierra;
en medio de relámpagos envía la lluvia,
y hace que el viento salga de sus depósitos.

17 Todo el mundo es engreído e ignorante;
todo artífice se avergüenza de sus esculturas,
¡sus ídolos son una mentira carente de espíritu!
18 Son una ilusión; obras dignas de burla;
¡Cuando llegue el momento, perecerán!
19 Todo lo contrario es el Dios de Jacob,
el dueño de la tribu de Israel.
¡Él es quien ha dado forma a todo!
¡Su nombre es el Señor de los ejércitos!

20 «Tú eres para mí un instrumento de guerra.
Por medio de ti despedazaré a las naciones;
por medio de ti destruiré a los reinos.
21 Por medio de ti despedazaré
a los caballos y a sus jinetes,
a los carros de guerra y a los aurigas.
22 Por medio de ti despedazaré
a hombres y mujeres, a niños y ancianos,
a jóvenes y doncellas.
23 Por medio de ti despedazaré
a los pastores y a sus rebaños,
a los labradores y a sus yuntas,
a los jefes y a los príncipes.

24 »Yo les daré su merecido a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea por todo el daño que hicieron en Sión, y que ustedes mismos presenciaron.

—Palabra del Señor.

25 »Yo estoy contra ti, monte destructor, porque destruiste toda la tierra. Voy a extender mi mano contra ti, para hacerte rodar por las peñas; ¡para reducirte a monte quemado!

—Palabra del Señor.

26 »Nadie tomará una sola piedra tuya para ponerla como piedra angular, ni como cimiento. ¡Para siempre quedarás hecha un desierto!»

—Palabra del Señor.

27 ¡Levanten la bandera en el país!

¡Toquen la trompeta en las naciones!
¡Preparen a los pueblos para atacarla!
¡Junten contra ella a los reinos de Ararat,
y a los de Mini y de Askenaz!
¡Designen a un capitán que ordene atacarla!
¡Que ataquen los caballos como langostas!
28 ¡Preparen contra ella a las naciones,
a los reyes de Media, y a sus jefes y príncipes,
y a todos los territorios bajo su dominio!
29 La tierra tiembla y se aflige,
porque los planes del Señor se han confirmado
para convertir a Babilonia en un desierto,
¡en un país completamente deshabitado!
30 Los guerreros babilonios han dejado de pelear
porque ya no tienen fuerzas para hacerlo;
como mujeres, se encerraron en sus baluartes,
pues los cerrojos de la ciudad fueron rotos
y sus casas fueron incendiadas.
31 Unos tras otros, los mensajeros
anuncian al rey de Babilonia la caída de la ciudad.
32 Los vados han sido tomados,
los baluartes han sido incendiados,
y el pánico domina a los guerreros.
33 Así ha dicho el Señor de los ejércitos,
así ha dicho el Dios de Israel:
«La bella Babilonia es como un campo de trigo;
el tiempo de la cosecha se acerca,
y se prepara ya el lugar para trillarla.»

34 Y Jerusalén, la que habita en Sión, dice:

«El rey Nabucodonosor de Babilonia me devoró;
me desmenuzó y me dejó como un vaso vacío;
se llenó el vientre con lo mejor que yo tenía,
y como un dragón, me devoró y me echó fuera.
35 Por eso pido que mi sangre
recaiga sobre Babilonia y sobre todos los caldeos
por la violencia de que me hicieron víctima.»
36 Por eso ha dicho el Señor:

«Yo juzgaré tu causa y te vengaré.
¡Voy a dejar secos su mar y sus ríos!
37 Y Babilonia será un montón de ruinas,
un motivo de espanto y de burlas,
una ciudad deshabitada, ¡una guarida de chacales!

38 »Todos ellos rugirán al mismo tiempo,
como leones, como cachorros de león.
39 Cuando más excitados se encuentren,
yo les daré un banquete y los embriagaré;
una vez alegres, los haré caer en un sueño
del que nunca más despertarán.

—Palabra del Señor.

40 »Yo haré que los traigan al matadero
como si fueran corderos, carneros y machos cabríos.»

41 ¡Babilonia, la ciudad alabada en toda la tierra,
ha caído en poder de sus enemigos,
y es ahora motivo de horror entre las naciones!
42 ¡Las olas del mar cayeron sobre Babilonia,
y la cubrieron por completo!
43 Sus ciudades fueron asoladas;
la tierra quedó seca y desierta,
tierra por la que nadie pasará,
y en la que ningún ser humano vivirá.

44 «Yo juzgaré a Bel en Babilonia,
y le sacaré de la boca lo que se tragó.
Ninguna nación volverá a adorarlo,
y la muralla de Babilonia se vendrá abajo.

45 »Ustedes, pueblo mío, ¡salgan de allí!
¡Pónganse a salvo del ardor de mi ira!
46 No se desanimen, ni tengan miedo
por los rumores que oirán por la tierra.
Año tras año habrá rumores de violencia
y de un tirano que se levanta contra otro.

47 »Por lo tanto, ya viene el día
en que yo destruiré a los ídolos de Babilonia.
Todo su país quedará avergonzado,
y todos sus muertos caerán en medio de ella.
48 Los cielos y la tierra, y todo lo que existe,
cantarán de gozo por la caída de Babilonia.(M)
¡Del norte vendrán sus destructores!»

—Palabra del Señor.

49 Babilonia caerá por los muertos de Israel,
del mismo modo que, por Babilonia,
cayeron los muertos de toda la tierra.(N)
50 Ustedes, los que escaparon de la espada,
pónganse en marcha, no se detengan.
Acuérdense del Señor en tierras lejanas,
y no se olviden de Jerusalén.

51 Nos hemos enterado de la afrenta,
y nos sentimos muy avergonzados.
No sabemos dónde esconder la cara,
porque gente extranjera ha venido
contra los santuarios de la casa del Señor.

52 «Por lo tanto, viene el día en que yo destruiré sus ídolos, y en todo su país gemirán los heridos.

—Palabra del Señor.

53 Aun si Babilonia subiera hasta el cielo, y en las alturas se hiciera fuerte, no podría escapar de la destrucción que yo le enviaré.»

—Palabra del Señor.

54 ¡Se oye el clamor de Babilonia, y la gran destrucción de la tierra de los caldeos! 55 El Señor destruirá a Babilonia, y le quitará su mucha jactancia. El bramido de sus olas se oirá como el sonido de aguas tumultuosas, 56 porque ha llegado la destrucción contra Babilonia, y sus valientes han sido apresados; su arco fue hecho pedazos, porque el Señor es el Dios de la venganza, y le dará su merecido.

57 «Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes y nobles, y a sus hombres fuertes. Y caerán en un sueño eterno, del que no despertarán.»

—Palabra del Rey, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos.

58 Así ha dicho el Señor de los ejércitos:

«La ancha muralla de Babilonia será derribada por completo, y sus altas puertas serán consumidas por el fuego. En vano se fatigaron los pueblos y las naciones, pues su trabajo acabó siendo consumido por el fuego.»

59 En el cuarto año del reinado de Sedequías en Judá, el profeta Jeremías envió un mensaje a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maseías, cuando éste iba acompañando a Sedequías al destierro de Babilonia, pues era su principal camarero. 60 Jeremías escribió en un rollo de cuero todo el mal que estaba por sobrevenirle a Babilonia. Todas las palabras contra Babilonia quedaron escritas. 61 Jeremías le dijo a Seraías:

«Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todo esto, 62 dirás: “Señor, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que para siempre será asolado, hasta que no quede en él un solo hombre ni un solo animal con vida.” 63 Y cuando acabes de leer este rollo, le atarás una piedra y lo arrojarás al río Éufrates. 64 Luego dirás: “Así se hundirá Babilonia, y no volverá a levantarse(O) del mal que yo voy a traer sobre ella.”»

Hasta aquí, las palabras de Jeremías.

Reinado de Sedequías(P)

52 Sedequías tenía veintiún años de edad cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal, hija de Jeremías de Libna. Pero Sedequías hizo lo malo a los ojos del Señor, a la manera de Joacín. Y fue tal la ira del Señor contra Jerusalén y Judá, que los echó de su presencia.

Caída de Jerusalén(Q)

Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. Por eso, a los diez días del mes décimo del noveno año de su reinado vino el rey Nabucodonosor de Babilonia con todo su ejército, y atacó a Jerusalén. Acamparon contra ella,(R) y por todas partes levantaron baluartes para atacarla. La ciudad estuvo sitiada hasta el undécimo año del rey Sedequías. A los nueve días del mes cuarto, cuando el hambre arreciaba en la ciudad y la gente no tenía ya pan para comer, fue abierta una brecha en la muralla de la ciudad,(S) y todos los soldados se dieron a la fuga. Salieron de la ciudad durante la noche, por la puerta que había entre los dos muros, cerca del jardín del rey. Tomaron el camino del Arabá, mientras los caldeos aún estaban rodeando la ciudad. Entonces el ejército caldeo siguió al rey Sedequías, y lo alcanzó en los llanos de Jericó, pues todo su ejército lo había abandonado. Lo aprehendieron, y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Ribla, en tierra de Jamat. Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra él. 10 Allí en Ribla el rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos, lo mismo que a todos los príncipes de Judá. 11 A Sedequías, el rey de Babilonia sólo mandó que le sacaran los ojos y que lo sujetaran con grilletes, después de lo cual hizo que lo llevaran a Babilonia,(T) y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió.

Cautiverio de Judá(U)

12 A los diez días del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor de Babilonia, vino a Jerusalén el capitán de la guardia, que se llamaba Nabuzaradán y solía estar delante del rey de Babilonia. 13 Nabuzaradán quemó la casa del Señor(V) y el palacio del rey, y todas las casas de Jerusalén; y le prendió fuego a todo edificio grande. 14 Todo el ejército de los caldeos, que venía con Nabuzaradán, el capitán de la guardia, destruyó todos los muros que rodeaban a Jerusalén. 15 Además, Nabuzaradán hizo que se llevaran cautivos a los pobres del pueblo, a todos los del pueblo que habían quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al bando del rey de Babilonia, y a todo el resto del pueblo. 16 A los pobres del país Nabuzaradán los dejó para que sirvieran como viñadores y labradores.

17 Los caldeos hicieron pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del Señor, lo mismo que las basas y el mar de bronce que estaban allí, y todo el bronce se lo llevaron a Babilonia. 18 Se llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, todos los utensilios de bronce con que se ministraba, 19 y los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas. El capitán de la guardia puso aparte lo que era de oro, y lo que era de plata, y se lo llevó. 20 Se llevó también las dos columnas, el mar y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, y que había hecho el rey Salomón para la casa del Señor. El peso de todo este bronce era incalculable. 21 En cuanto a las columnas, cada una de ellas tenía una altura de dieciocho codos, y estaba rodeada por un cordón de doce codos; eran huecas, y tenían cuatro dedos de espesor. 22 El capitel de bronce que había sobre ellas tenía una altura de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce. La segunda columna con sus granadas era igual. 23 En cada hilera había noventa y seis granadas, aunque todas las que estaban alrededor, sobre la red, eran cien.(W)

24 El capitán de la guardia se llevó también a Seraías, que era el sacerdote principal, a Sofonías, que era el segundo sacerdote, y a tres guardas del atrio. 25 De la ciudad se llevó a un oficial que era capitán de los soldados, a siete de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, al principal secretario de la milicia, que pasaba revista a los del pueblo que iban a la guerra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad. 26 Nabuzaradán los tomó y se los llevó al rey de Babilonia, que estaba en Ribla. 27 Allí en Ribla, en tierra de Jamat, el rey de Babilonia los hirió de muerte. Así la gente de Judá fue llevada lejos de su tierra.

28 El pueblo que Nabucodonosor se llevó cautivo es el siguiente:

En el año séptimo de su reinado, se llevó a tres mil veintitrés hombres de Judá.

29 En el año dieciocho de su reinado, se llevó de Jerusalén a ochocientos treinta y dos cautivos. 30 En el año veintitrés de su reinado, Nabuzaradán, el capitán de la guardia, se llevó cautivos a setecientos cuarenta y cinco hombres de Judá.

En total, todos los cautivos fueron cuatro mil seiscientos.

Joaquín es liberado y recibe honores en Babilonia(X)

31 A los veinticinco días del mes duodécimo del año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, es decir, en el primer año del reinado de Evil Merodac de Babilonia, éste reivindicó al rey Joaquín de Judá y lo sacó de la cárcel. 32 Solía conversar con él amigablemente, y hasta ordenó que pusieran su trono sobre los tronos de los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 33 También ordenó que le cambiaran la ropa de prisionero, y durante todo el resto de su vida Joaquín comía siempre en la mesa del rey. 34 Todos los días de su vida, y hasta el día de su muerte, Joaquín recibía sin falta una ración de parte del rey de Babilonia.

Footnotes

  1. Jeremías 50:21 O, doble rebelión.
  2. Jeremías 50:21 O, castigo.