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32 Lloro también por ustedes,
los que viven en Sibmá,
pues se extendieron como un viñedo;
sus ramas llegaban hasta Jazer
y se extendían más allá del mar.
Pero llegó la destrucción
y acabó con tu cosecha.
33 Ya no hay fiesta ni alegría
en los fértiles campos de Moab;
ya no hay quien exprima uvas
ni quien prepare vino;
¡yo puse fin a esa alegría!

34 »¡Los pozos de Nimrim se han secado!
El llanto de la gente de Hesbón
se oye por todo el país de Moab.

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