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27 Tú, Moab, te burlabas de mi pueblo;
siempre hablabas de ellos con desprecio,
como si fueran unos ladrones.
28 Pero ahora les toca a ustedes
dejar abandonadas sus ciudades
y quedarse a vivir entre las rocas;
les toca vivir como las palomas,
que anidan al borde de los precipicios.

29-30 »Mi pueblo y yo te conocemos.
Bien sabemos que tú, Moab,
eres un pueblo muy orgulloso
que se cree superior a todos.
¡Pero de nada te servirá ese orgullo!

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