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y si juras con verdad, con derecho y con justicia, diciendo, “¡Vive el SEÑOR!”, entonces en él serán benditas las naciones y en él se gloriarán.

Porque así ha dicho el SEÑOR a los hombres de Judá y de Jerusalén:

—Abran surcos y no siembren entre espinos. Circuncídense para el SEÑOR; quiten el prepucio de su corazón, oh hombres de Judá y habitantes de Jerusalén. No sea que por la maldad de sus obras mi ira salga como fuego y arda, y no haya quien la apague.

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