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y no edificar casas para nuestra habitación, ni tener viña ni heredad ni sementera. 10 Habitamos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab, nuestro padre. 11 Sucedió, no obstante, que cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió a la tierra, dijimos: “Venid, ocultémonos en Jerusalén de la presencia del ejército de los caldeos y de la presencia del ejército de los de Siria”, y en Jerusalén nos quedamos.»

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