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33 Ellos no me miraron de frente, sino que me dieron la espalda. Y, aunque una y otra vez les enseñaba, no escuchaban ni aceptaban corrección. 34 Colocaban sus ídolos abominables en la casa que lleva mi nombre, y así la profanaban. 35 También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá.

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