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19 Después que me aparté,
me arrepentí,
y después que reconocí mi falta,
me golpeé el muslo;
me avergoncé y me confundí,
porque llevé la afrenta de mi juventud.”
20 ¿No es Efraín un hijo precioso para mí?
¿No es un niño en quien me deleito?
Desde que hablé de él,
lo he recordado constantemente.
Por eso mis entrañas se conmovieron por él,
y ciertamente tendré de él misericordia,
dice Jehová.

21 »Levanta para ti indicadores,
ponte señales altas,
fíjate con atención en la calzada.
¡Vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel,
vuelve a estas tus ciudades!

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