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11 Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los magistrados y a todo el pueblo, diciendo:

—¡Este hombre merece la pena de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes lo han oído con sus propios oídos!

12 Entonces Jeremías habló a todos los magistrados y a todo el pueblo, diciendo:

—El SEÑOR me ha enviado para profetizar contra este templo y contra esta ciudad todas las palabras que han oído. 13 Ahora pues, corrijan sus caminos y sus obras, y escuchen la voz del SEÑOR su Dios, y el SEÑOR desistirá del mal que ha hablado contra ustedes.

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