Jeremías 21-22
La Biblia de las Américas
Profecía sobre la destrucción de Jerusalén
21 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor cuando el rey Sedequías(A) lo envió a Pasur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, diciendo(B): 2 Consulta ahora de nuestra parte al Señor(C), porque Nabucodonosor, rey de Babilonia(D), nos hace la guerra; tal vez el Señor haga con nosotros conforme a todas sus maravillas[a], para que el enemigo se retire de nosotros(E).
3 Entonces Jeremías les dijo: Así diréis a Sedequías: 4 «Así dice el Señor, Dios de Israel: “He aquí, yo haré volver atrás las armas de guerra que tenéis en vuestras manos, con las cuales peleáis contra el rey de Babilonia y contra los caldeos que os sitian fuera de los muros, y las reuniré en medio de esta ciudad(F). 5 Y yo pelearé contra vosotros(G) con mano extendida y brazo poderoso(H), y con ira, furor y gran enojo(I). 6 Heriré a los habitantes de esta ciudad, y hombres y animales morirán de gran pestilencia(J). 7 Y después” —declara el Señor— “a Sedequías, rey de Judá, a sus siervos, al pueblo y a los que sobrevivan en esta ciudad de la pestilencia, de la espada y del hambre, los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia(K), en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan sus vidas; y él los herirá a filo de espada. No los perdonará ni les tendrá piedad ni compasión(L)”».
8 Y dirás a este pueblo: «Así dice el Señor: “He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte(M). 9 El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de pestilencia(N); pero el que salga y se entregue a los caldeos que os sitian, vivirá, y tendrá su propia vida como botín(O). 10 Porque he puesto mi rostro contra esta ciudad para mal, y no para bien” —declara el Señor(P)—. “Será entregada en manos del rey de Babilonia, quien le prenderá fuego(Q)”».
11 Y di a la casa del rey de Judá:
«Oíd la palabra del Señor(R):
12 Casa de David, así dice el Señor(S):
“Haced justicia(T) cada[b] mañana,
y librad al despojado de manos(U) de su opresor,
no sea que salga como fuego mi furor,
y arda y no haya quien lo apague(V),
a causa de la maldad de vuestras obras(W).
13 ”He aquí, yo estoy contra ti, moradora del valle,
roca de la llanura” —declara el Señor(X)—
“los que decís: ‘¿Quién descenderá contra nosotros(Y)?
¿Quién entrará en nuestras moradas(Z)?’.
14 Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras”
—declara el Señor(AA)—
“y prenderé fuego en su bosque
que consumirá todos sus alrededores(AB)”».
Profecías contra los reyes de Judá
22 Así dice el Señor: Desciende a la casa del rey de Judá y habla allí esta palabra, 2 y di: «Escucha la palabra del Señor, oh rey de Judá, que te sientas sobre el trono de David, tú, tus siervos y tu pueblo, los que entran por estas puertas(AC). 3 Así dice el Señor: “Practicad el derecho y la justicia, y librad al despojado de manos de su opresor(AD). Tampoco maltratéis ni hagáis violencia al extranjero, al huérfano o a la viuda(AE), ni derraméis sangre inocente en este lugar(AF). 4 Porque si en verdad observáis este mandato, entonces entrarán reyes por las puertas de esta casa, y se sentarán en el lugar de David[c], en su trono; entrarán montados en carros y caballos, el rey[d], sus siervos y su pueblo(AG). 5 Pero si no obedecéis estas palabras(AH), juro por mí mismo” —declara el Señor(AI)— “que esta casa vendrá a ser una desolación”». 6 Porque así dice el Señor acerca de la casa del rey de Judá:
Como Galaad(AJ) eres para mí,
como la cumbre del Líbano;
pero ciertamente te convertiré en un desierto,
como ciudades deshabitadas(AK).
7 Designaré contra ti destructores(AL),
cada uno con sus armas,
y cortarán tus cedros más selectos(AM)
y los echarán al fuego(AN).
8 Pasarán muchas naciones junto a esta ciudad, y dirá cada cual a su prójimo: «¿Por qué ha hecho así el Señor a esta gran ciudad(AO)?». 9 Entonces responderán[e]: «Porque abandonaron el pacto del Señor su Dios, y se postraron ante otros dioses y les sirvieron(AP)».
10 No lloréis por el muerto ni hagáis duelo por él,
llorad amargamente por el que se va(AQ),
porque jamás volverá
ni verá su tierra natal(AR).
11 Porque así dice el Señor acerca de Salum[f], hijo de Josías, rey de Judá, que reinó en lugar de su padre Josías, y que salió de este lugar: Nunca más volverá aquí(AS); 12 sino que en el lugar adonde lo llevaron cautivo, allí morirá(AT), y no verá más esta tierra.
13 Ay del que edifica su casa sin justicia(AU)
y sus aposentos altos sin derecho,
que a su prójimo hace trabajar de balde
y no le da su salario(AV).
14 El que dice: «Me edificaré una casa espaciosa
con amplios aposentos altos(AW)»;
y le abre[g] ventanas,
la recubre de cedro(AX) y la pinta de rojo[h].
15 ¿Acaso te harás rey porque compites en cedro?
¿No comió y bebió tu padre
y practicó el derecho y la justicia(AY)?
Por eso le fue bien(AZ).
16 Defendió la causa del pobre y del necesitado(BA);
entonces le fue bien.
¿No es esto conocerme?
—declara el Señor(BB).
17 Mas tus ojos y tu corazón
solo están para tu propia ganancia(BC),
para derramar sangre inocente(BD),
y para practicar la opresión y la violencia[i].
18 Por tanto, así dice el Señor acerca de Joacim(BE), hijo de Josías, rey de Judá:
No llorarán por él(BF):
«¡Ay, hermano mío(BG)!» o «¡Ay, hermana!».
No llorarán por él:
«¡Ay, señor!» o «¡Ay, su gloria!».
19 Con entierro de asno, será enterrado(BH):
arrastrado y tirado fuera de las puertas de Jerusalén.
20 Sube al Líbano y clama,
y da voces[j] en Basán;
clama también desde Abarim(BI),
porque han sido destruidos todos tus amantes(BJ).
21 Te hablé en tu prosperidad,
pero dijiste: «No escucharé».
Esta ha sido tu costumbre desde tu juventud,
que nunca has escuchado mi voz(BK).
22 A todos tus pastores(BL) arrasará[k] el viento,
y tus amantes irán al cautiverio(BM);
entonces ciertamente serás avergonzada y humillada(BN)
a causa de toda tu maldad.
23 Tú que moras en el Líbano,
anidada en los cedros,
¡cómo gemirás cuando te vengan los dolores,
dolor como de mujer de parto(BO)!
24 Vivo yo —declara el Señor— aunque Conías[l], hijo de Joacim, rey de Judá(BP), fuera un anillo[m] en mi mano(BQ) derecha, aun de allí lo[n] arrancaría. 25 Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, sí, en manos de los que temes: en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia(BR), y en manos de los caldeos. 26 Te arrojaré(BS) a ti y a la madre(BT) que te dio a luz a otro país donde no nacisteis, y allí moriréis. 27 Pero a la tierra a la cual con toda el alma anhelan volver, a ella no volverán.
28 ¿Es acaso este hombre Conías una vasija despreciada y rota?
¿Es un objeto indeseable(BU)?
¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes(BV)
y echados a una tierra que no conocían(BW)?
29 ¡Oh tierra, tierra, tierra!,
oye la palabra del Señor(BX).
30 Así dice el Señor:
«Inscribid a este hombre como sin hijos(BY),
hombre que no prosperará en sus días;
porque ninguno de sus descendientes logrará[o](BZ)
sentarse sobre el trono de David(CA)
ni gobernar de nuevo en Judá».
Footnotes
- Jeremías 21:2 O, todos sus milagros
- Jeremías 21:12 O, por la
- Jeremías 22:4 Lit., por David
- Jeremías 22:4 Lit., él
- Jeremías 22:9 Lit., dirán
- Jeremías 22:11 I.e., Joacaz
- Jeremías 22:14 Lit., corta
- Jeremías 22:14 O, bermellón
- Jeremías 22:17 O, extorsión
- Jeremías 22:20 Lit., tu voz
- Jeremías 22:22 Lit., pastoreará
- Jeremías 22:24 I.e., Jeconías
- Jeremías 22:24 O, sello
- Jeremías 22:24 Lit., te
- Jeremías 22:30 O, prosperará en
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