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Los guié a una tierra de huertos,
para comer sus frutos deliciosos,
pero al entrar contaminaron mi tierra,
hicieron mi heredad abominable.
Los sacerdotes no preguntaban:
“¿Dónde está el Señor?”.
No me conocían los expertos en la ley,
los pastores se rebelaban contra mí.
Los profetas profetizaban por Baal,
caminaban detrás de los inútiles.
Por eso vuelvo a pleitear con ustedes
—oráculo del Señor—,
con los hijos de sus hijos pleiteo.

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