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Santo era Israel para el SEÑOR, primicia de su cosecha. Todos los que lo devoraban eran culpables, y el mal recaía sobre ellos’, dice el SEÑOR”.

¡Oigan la palabra del SEÑOR, oh casa de Jacob y todas las familias de la casa de Israel! Así ha dicho el SEÑOR: “¿Qué maldad hallaron en mí sus padres, para que se hayan alejado de mí y se hayan ido tras la vanidad haciéndose vanos ellos mismos?

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